Capítulo 10

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Nuestra Plática.

Llegamos al departamento de Joel. Si, al departamento de Joel. No podía ir a mi casa ya que sería donde primero me buscarían tal vez para tomar venganza o algo así. Ahora estaba secando mi cabello para vestirme con una camisa de Joel. Salí del baño y me senté en la cama de Joel. Suspiré. No sabía como agradecerle a Joel por tanto. Justamente pensando en él, entró a la habitación y se sentó a mi lado. Creo que ya era hora de hablar con él.

-Joel, - dije captando su atención - ¿puedo confiar en ti? - pregunté.

-Claro. - dijo mirándome a los ojos.

-Te contaré mi historia. - suspiré y me acomodé - Los primeros 6 años de vida fueron como las de una niña normal. Pude disfrutar de mi padre y madre como una familia normal. A los 7 años mi padre comenzó a separarse de mi madre y de mí. Todos los días llegaba tarde o borracho. Muchas veces llegaba con labial en su camisa o perfume de otra mujer. Veía a mi madre todas las noches llorar por un bastardo que ni siquiera valía la pena. Cuando cumplí 8 años mi padre comenzó en todo eso de las apuestas. Meses después lo perdió todo, hasta a mi madre. El muy imbécil apostó a mi madre, y la perdió.  Mi padre no quería pagar con su apuesta y mi madre seguía en casa. Así que un día que estábamos ella y yo en casa, nos secuestraron. Nos tuvieron allí por días. Un día en un intento de escapar mataron a mi madre frente a mis ojos. Las personas con las cuales mi padre comenzó a apostar fueron los Hudgens. Ese que viste hoy, es el hijo mayor y futuro heredero de todo el negocio de Don Rafael Hudgens, el hombre que asesinó a mi madre. Su hermana es Nathalie Hudgens, por eso la odio tanto. - Joel escuchaba atentamente a todo lo que le decía - A los 11 años, mi padre se recuperó y volvió a tener todo lo que había perdido, todo menos a mi madre. - suspiré con tristeza - Poco a poco todos los problemas de mi padre fueron convirtiéndose en mis problemas. Incluso intentaron raptarme en varias ocasiones, por eso mi padre me pagó unas clases de defensa y lamentable pero cierto a los 13 años ya sabía manejar todo tipo de armas. A los 15 años tuve mi primer asesinato en defensa propia por lo que pasé 2 meses en el tutelar para menores. Cuando salí de allí comencé a adquirir contactos y pues, desde ahí soy la persona que vez ahora. - terminé.

-Wow. - dijo asombrado - Nunca pensé que me dirías algo como eso.

-¿Qué pensabas que te iba a decir? ¿Qué cuando tenía como 15 años empecé a fumar marihuana y que ahora estoy metida en problemas legales por esa razón? - dije.

-Honestamente pensé que me dirías eso. - dijo riendo.

-Ya vez que no. Una usuaria de drogas no sabría manejar un arma tan bien como lo hago yo. - dije sonriendo.

Río. - Bueno, al menos tienes una buena justificación para asesinar a una persona.

-Algo así. - suspiré - ¿Qué me cuentas de ti?

-Bueno, nada interesante. Me mudé aquí con mi familia unos años atrás. Luego ellos se fueron a México y yo me quedé aquí continuando con mis estudios. En mi historia no muere gente. - dijo y reí.

Poco a poco el silencio reinó en la habitación. Sólo éramos Joel y yo, en la habitación con un poco de luz de luna que entraba por la ventana. Tenía al frente al chico que estaba haciendo mi corazón latir a mil por segundo.

Como si nuestras mentes estuviesen sincronizadas, nos miramos a los ojos. Suspiré. Joel bajó su mirada a mis labios y poco a poco fue acercándose a mi. Tomó mi mejilla suavemente acariciándola y finalmente me besó. Suave y dulcemente. Podía sentir mi corazón latiendo fuertemente en mi pecho y miles de mariposas en estómago. Esto era más que un simple beso. Lo podía sentir. Lentamente sus labios dejaron los míos. No se por qué, en mis labios se formó una sonrisa. Sin permiso y sin aviso, le sonreí a lo que el me devolvió la sonrisa.

-Creo que ya es hora de dormir. - dijo.

-A penas son las 7:57pm, abuelo. - dije riendo.

-¿Entonces que quieres hacer? - preguntó.

-¿Tienes películas?

-Vengo en un momento. - dijo y salió de la habitación.

Me levanté y encendí la luz. Me quedé observando todo en su habitación. Era azul marino, su juego de cuarto era de madera,algo moderno, las cortinas eran blancas, al igual que las sábanas de la cama. Tenía un sofá, un televisor plasma, una gran lámpara en la mesa de noche y un cuaderno al lado de esta lámpara. En eso, él entro con algunas películas y las dejó en la cama.

-¿Cuál quieres ver? - preguntó.

-Hmm... - pensé - esta. - dije señalando una - ¿Te parece bien?

-Si. - sonrió y luego la puso.

Nos acostamos debajo de las sábanas a ver la película. Hacía mucho frió. La película comenzó. Se llamaba "Don't breath".

-No me digas que lo va a matar. - susurré - Lo mató. - dije - Lo mató, lo mató.

Se escuchó un disparo. - No puede ser. ¡El viejo ese lo mató! - dije alterada.

-Cálmate, Patricia. - dijo Joel riendo.

Ya la película estaba llegando a su fin. Imagino que tenía a Joel loco de tanto hablar durante toda la película. Es que no podía creer las cosas que pasaban pero Joel sólo reía de mis estupideces. Luego de que la película acabara, pusimos otra película. Esta no tenía ni idea de como se llamaba. La película estaba un poco aburrida. Tenía sueño. Mis párpados comenzaban a pesarme. De pronto dejé de escuchar todo y caí en profundo sueño.

Pov Joel.

Estábamos viendo Spectre 007. En verdad no la estaba viendo, sólo pensaba en todo lo que había pasado. En realidad pensé que Patricia me diría algo como "soy usuaria de drogas desde los 14 y desde ahí estoy metida en líos legales", pero jamás me imaginé que hubiera pasado por todo eso. Si no llega a ser porque vi todo con mis propios ojos hubiera pensado que ella estaba mintiendo. En realidad es algo difícil de creer, pero es cierto. Creo que la subestimé. Ella es más fuerte y lista de lo que parece y que me haya contado eso sin derramar una sola lágrima me hace pensar que es la chica más fuerte que he conocido. La tristeza se notaba en su voz pero aún así seguía firme contándome todo.

Miré a mi lado y la vi. Se había dormido. Se veía tan tierna. Le quedaba tan jodidamente bien mi camisa. Suspiré. Sólo pensar en el beso que tuvimos hoy hacia que millones de mariposas revolotearan en mi estómago.

Me levanté, apagué el televisor y la arropé. Cuando iba a irme, siento como toma mi mano.

-Gracias, Joel. - susurra.

Me agaché y besé su frente. - Por nada. - susurré y luego me levanté para irme a dormir al sofá.

Esta chica cada vez me vuelve más loco. No sé lo que me estas haciendo, Patricia. En serio, no lo sé.


Awww! ¡Pero que tiernos mis tortolitos! Ya era hora. Bueno, espero que les haya gustado el capítulo de hoy. No olvides votar y comentar que te pareció el capítulo de hoy. Gracias por leer.

Bad Girl - Joel PimentelTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon