Capítulo 6

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-Wolfram-

Dije adiós a los Diez Nobles mientras mi prometido velaba junto a mi hermano en la cama. Habían aprobado nuestro compromiso después de que, en sus palabras, fueron testigos de la fuerza de nuestro afecto. Era una victoria vacía.

No escuchaba del Maou desde su exhibición en el campo de batalla. No estaba seguro si era debido a mi enojo o si tal vez había sido más contundente al suprimirlo. Tal vez, él era tan enclenque como el otro. De cualquier forma, no me sentía con ganas de hablar con ninguno de ellos.

Sentí una pequeña mano sobre la mía y baje la vista. Era natural para ella hacer esto con Yuuri, él era el padre más demostrativo de afecto exteriormente. La sonrisa de Greta me llegó un poco y el mundo comenzó a volver a la normalidad.

—¿Tengo que mostraros quien es vuestro amo y señor? —la profunda voz sonó en mi cabeza.

"Genial."

—Bien, no olvidéis, Lord von Bielefeld —agregó.

Me giré hacia el Castillo, ya que una parte de él ya me estaba molestando, podría bien terminar con esto y hablar con la otra parte.

—Su Majestad —llamó Günter. Greta y yo paramos. La miré y ella asintió. Observé unos momentos su figura retirándose y sonreí. Tenía el cuerpo de Yuuri así que podía mirar con orgullo sin vergüenza todo lo que quisiera.

—¿Si, Günter?

—No tuve la oportunidad de decir esto durante el consejo ya que terminamos apresuradamente, pero quería expresar mis sentimientos sobre su compromiso —miró hacia las colinas como si intentara formar las palabras en su cabeza. Esto no era típico del Günter que normalmente brotaría en una cascada de elocuencia.

—Wolfram es un mocoso caprichoso. Un príncipe mimado. Impertinente. Odioso. Ruidoso. Imprudente —dijo mientras volteaba para verme. "Dime algo que no sepa"—. Pero, Su Majestad, a sabiendas ha ignorado todo eso y reconocido sus fortalezas. No ha sido un accidente que fuera elegido para sucederlo en su ausencia. Su tío puede que lo haya nominado, pero Waltorana no es el tipo de persona que pondría a la familia antes que el reino. Los Diez Nobles no escogieron a la ligera, él podría haber sido un buen rey. Su Majestad, si hay alguien a la altura suficiente de su grandeza, ese tendría que ser Wolfram.

Me quede mirándolo pasmado.

—Por favor no le diga a Wolfram que dije eso —dijo antes de volver adentro—, él sigue siendo un mocoso impertinente después de todo.

Gwendal y yo miramos atónitos en silencio como el hombre desaparecía dentro del Castillo. Mi hermano volteo hacia mí con una sonrisa; era esa sonrisa secreta que compartíamos cuando éramos chicos y habíamos hecho alguna travesura y el pretendía pasar por encima de eso. Reí disimuladamente en respuesta.

Mantuve esa sensación de alegría todo el camino a la habitación de Conrart, pero desapareció demasiado rápido cuando vi a mi rey. Estaba desplomado en una silla al lado de la cama con su cabeza en sus manos. Levantó la vista cuando escuchó la puerta. Me dio una agridulce sonrisa—. Wolf...

Paré frente a él y miré la figura durmiente de Conrart—. ¿Cómo esta? —pregunté igual aunque Gisela ya me había informado. Habían muchas palabras que competían para salir de mi cabeza, pero era demasiado difícil pensarlas, mucho más decirlas. Esto era simple. Fácil.

—Gisela dijo que estará bien. No han golpeado ningún órgano crítico. Sufrió principalmente la pérdida de sangre. Ella ya ha curado la mayoría del daño y solo necesita descansar. Estará de vuelta como nuevo en unos pocos días.

Kyou Kara Wagamama PuuWhere stories live. Discover now