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Al día siguiente Taehyung dibujaba formas libres junto a su hermana, acompañándola mientras ella hacia sus tareas de la escuela. Los colores chocaban unos contra otros cuando la creatividad del menor se hacía presente.

Su hermana le dijo que se mantuviera en silencio pues no podía concentrarse a pesar de no haber nadie en casa. Una lista de deberes al llegar a casa la esperaba desde que tenía uso de razón y estaba consciente de que tenía que ayudar a su madre en todo lo que podía y cuidar de Taehyung era una de ellas cuando su madre no estaba... como ahora.

–Listo. – dijo Jinhee minutos después de terminar la última tarea del día. Procediendo a guardar todos sus útiles y cuadernos dentro de su maletín. –Ve por tu chaleco, anda. – le ordenó amablemente a su hermano.

Taehyung bajando cuidadosamente de su silla especial y corriendo hacia el cuarto de ambos. Jinhee depositando su maletín al lado de la puerta para tomarlo a primera hora mañana, después yendo al baño por unas vendas y un sujetador. El mismo procedimiento de todos los días y para ella no había problema en hacerlo.

–Tae. – le llamó ella, caminando de regreso a la sala, depositando los necesario en el sofá a la espera del menor.

–Ya voy. – la pequeña voz de Taehyung sonó desde su cuarto, ella ladeó su cabeza por la duda de porque se demoraba. Solo tenía que coger un chaleco de los cuatro que apenas tenía.

Celeste, blanco, azul y rojo.

Jinhee ya se había incorporado de su sitio y fue en busca de su hermano, viéndole aún con sus chalecos sobre la cama de ella, mirándolos sin saber por qué.

–Coge uno. – le pidió amablemente Jinhee, pero su hermano parecía dudar. Iba con uno pero luego se animaba por otro.

–Me ayudas. – dijo Taehyung, mientras se mordía un dedo suavemente. Estaba nervioso.

–¿Quieres uno en especial? – preguntó ella, tratando de comprenderlo. Tomó el de color rojo y lo alzó frente a él. Taehyung negó rápidamente. –¿Este? – trató con otro, el de color azul. Una sonrisa empezaba a aparecer en su rostro pues las alas de su hermano empezaron a alzarse pero luego decayeron.

–No sé. – dijo el menor, bajando ambas manos y estrujándolas un poco.

Jinhee miró por la pequeña ventana de su cuarto y pudo ver que el clima era opaco. –Por qué no le intentas con este. – Jinhee se estiró en su cama, apoyándose con una mano para atraer el chaleco blanco. –¿Uhm? – le sonrió. –Mira allá. – le señaló con su cabeza el exterior. Taehyung haciéndole caso y sus alas se movieron. –Por qué no le damos algo de vida allá fuera ¿eh? –

Taehyung voló un tramo para llegar a ver afueras, sosteniéndose del marco. –A poco no está feo. – comentó su hermana complicemente.

–Muy feo. – dijo Taehyung, volando otra vez hacia su hermana y sonriéndole. –Quiero este. – señaló, agarrando el chaleco blanco.

–Ok. – Jinhee haciendo una seña con su mano. –Vamos a la sala para vendarte. –

Taehyung aceptó y corrió hacia la sala, sentándose en la orilla a la espera de su hermana aun con su chaleco entre sus manos. Jinhee llegó y procedió a vendarle cuidadosamente, no necesitándole darle ordenes; como sube más o apega más este lado, pues el menor ya estaba acostumbrado. Si salían, Taehyung tenía que ocultar sus alas y siempre, siempre usar chalecos.

Jinhee terminó su trabajo, tomando las llaves de la casa y la mano del menor, salieron a pasear y tomar aire libre. Ella lo hacía más por su hermano que por ella. A Taehyung le gustaba ver a los niños jugar pero que no se juntaran a él pues tenía miedo que lo descubriesen, sabía que no era como los otros pero eso era especial, su mamá le decía todos los días y él le creía, un niño hermosamente especial.

Caminaron por el vecindario y algunos vecinos le empezaron a saludar, la sonrisa del menor era su saludo especial, ganándose así varias veces unas golosinas por parte de un comerciante cuando pasaban por ahí.

–¿Cuánto años tienes? – le preguntó como algunas veces la señora comerciante, cuando Taehyung le saludó animadamente.

–Cinco. – respondió, mostrando su mano delante suyo. Su hermana enseñándole pequeñas cosas de acuerdo a su edad pues aún no podía ir al colegio, su madre aún tenía miedo respecto a eso.

–Que grandote. – dijo la señora, riendo después pues Taehyung le señaló un pastelillo de la vitrina, ganándose una leve reprimenda de su hermana. –No te preocupes, todos los niños deben tener dulce en sus vidas, tomen, uno para cada uno. – les invitó la señora luego de sacar dos pastelillos con cobertura de chocolate.

–Muchas gracias. – ambos niños hicieron una reverencia hacia ella. Despidiéndose en el proceso y siguiendo su camino hacia el parque.

Taehyung y su hermana disfrutaron de ese pastelillo, gustándoles demasiado que tuvieron que apenas divisaron un banco en la calle, se sentaron ahí para terminar de comerlo.

–Son frutillas Tae ¿no quieres? – preguntó Jinhee, ya que Taehyung le señalaba unas pequeñas bolitas de colores dentro de su pastelillo mordido. El menor negó y ella empezó a sacarlos uno por uno y reposarlos en el suyo.

–Gracias. – agradeció el menor, empezando a comer de nuevo, su hermana acariciándole su cabellera trasera como aprecio por ser tan buen hermano.

Jinhee ya había terminado el suyo y esperó a su hermano, viendo algunos carros pasar, más bicicletas por esos lares. A Taehyung le faltaba un poco, balanceando sus piernas debajo del asiento como distracción.

Unos pasos corriendo no llamaron la atención de ninguno. Hasta que ese niño se posó delante de ambos.

–Te encontré. – sonrió Hoseok a Taehyung, controlando su respiración debido a que metros más allá divisó una figura blanca y a su memoria llegó el pequeño ángel que había visto el día anterior. Su madre llegando luego y saludando a ambos menores. Preguntándoles que hacían por ahí, Jinhee respondiendo lo habitual y tomando la mano de su hermano desde un inicio.

–No lo sé. – dijo Jinhee, la propuesta de la madre del niño tomándola por sorpresa. Nadie, jamás le habían preguntado si quisieran ir a un fiesta de cumpleaños. ¿qué diría su mamá? Pensaba ella. –¿Quieres ir? – le preguntó a su hermano.

Taehyung, quien ya había terminado de comer miró al otro niño y este tenía ambas manos en su boca como esperando a que dijese algo, los pivoteos de sus pies le hacían querer reír. –¿Puedo? – le preguntó ahora él a ella.

–Todo depende de ti. – intentó su hermana por hacer que su hermano se sintiera cómodo con otros.

Taehyung miró a la mamá del niño y ella le sonrió, haciendo que se avergonzase de algún modo. Debido a su tez clara, en sus mejillas ya se notaban cierto rubor. –Si quiero ir. – aceptó, apegándose más a su hermana cuando el niño frente suyo saltó.

La madre de Hoseok, les llevó a su casa donde se celebraría el cumpleaños de su hijo. Jinhee y Taehyung caminando detrás de ellos a un paso prudente, ella dándole algunos consejos de qué hacer en voz baja, concentrados en eso que no prestaron atención cuando Hoseok le dijo a su madre...



–Al fin un angelito en casa mamá. –







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⏰ Última actualización: May 12, 2017 ⏰

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