Querido Suegro

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Luna estaba enfrente de Sousa. Él le hacía entrega de los documentos necesario para llevar a cabo la tarea que Darien le encomendó cuando esté en Londres. Le delegó la entrega de unos fondos de un programa de beneficencia. El abogado estaba de ánimo para conversar amenamente con la joven.

— Señor Sousa usted es la única persona con la que puedo hablar de esto. Conoce a Darien mas que nadie en el mundo ¿Piensa que existe una posibilidad futura de que el confié verdaderamente en mi a pesar de nuestro extraño comienzo y su forma tan obtusa de pensar?

— Darien debe confiar mucho en ti. Eres la primera persona además de mi a quien encarga esta labor. Considero que los hechos valen más que las palabras. Son tan cercanos tal vez el no lo diga pero tu debes ver las señales.

—  Tengo que considerar su punto de vista o quizás debería hablar con el directamente de esto y no darle más largas.

— Lo que has realizado hasta ahora ha funcionado para ampliar sus horizontes. No podrás cambiarlo pero eres buena influencia para el. Luna sigue siendo esa brisa fresca que transforme su rutina. Como me dijo su padre ayer los Fernández son de palabras duras y corazón en alerta.

— ¿El padre de Darién está vivo? me gustaria conocerlo y ver si se parecen.

— Él está retirado y no es muy sociable que digamos. No te recomiendo que le visites.—Luna no respondió. Solo se despidió del abogado  y el cuando vio la puerta cerrarse en voz baja exteriorizó una petición.<< Mi buen Dios encamina a esa niña para quedarse junto a Darien. Tal vez sea la última esperanza de que el clan Fernández no termine con el.>>

Luna bajó y se encontró con Perez leyendo un periódico frente al carro. Ella sin más demora le dijo al próximo lugar al que la llevaría.

— Vamonos Perez. Le daré una sorpresa a mi suegro.


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Otro campo de golf. Era el tercero que Luna contaba. Casas parecidas a las que tenían las estrellas de Hollywood y carros de Lujo estacionados afuera. La casa azul donde se detuvieron era la más ostentosa de todas

"Es una villa de millonarios no parece una casa de retiro. Pensé que era un lugar frío y lúgubre pero mi apartamento era más deprimente"

Luna toco el timbre y al ver a una señora vestida con un uniforme parecido al de las domésticas francesas comenzó a sentirse en la dimensión desconocida. Tuvo la suerte de ser recibida por aquella señora sin muchas explicaciones pues la reconoció como novia de Darien por las fotos en la sección de sociales. Ella se sorprendió nunca leía el periódico y no era por considerarlo arcaico más bien es que las noticias le deprimían. Cuando la llevo al lugar donde se encontraba su suegro lo encontró sentado frente a un tablero de ajedrez en el jardín más hermoso que había visto en su vida lleno de esculturas sumamente majestuosas. Se acerco a el lentamente y al ver al distinguido señor con sus cabellos blancos y pose de aristócrata reconoció algunas de las facciones de Darién en el.

— Hola  Don Agustín ¿Como le va?— Dijo con dulzura pero no recibió respuesta alguna así que continúa.

— Soy Luna...Luna Sarandí la novia de su hijo es un placer al fin conocerlo Señor Fernández.— Su primera idea era darle un abrazo pero se limitó a extender su mano. El solo la miro y ella todavía con una sonrisa subió la mano sacudiéndola como saludo.

— No puedo decir lo mismo, así que me harías un favor si te vas y dejas de perturbar mi paz.— No necesitaba una prueba de ADN que confirmara que era el padre de Darien.

— Perdón si mi presencia no es grata pero vine a conocerlo y es un largo trayecto para simplemente irme sin hablar con usted.

— No creo que tengamos nada de que hablar.

— Claro que sí podemos hablar de Darien su hijo, mi novio ambos queremos lo mejor para el...

— No quiero que vuelvas por aquí. No se que tratas de lograr con esto pero comienzas a fastidiarme.

— Solo espero que nos conozcamos. No piense que es para ganar puntos con Darien ya tengo todo lo que me interesa y ustedes al parecer no se llevan tan bien como para interferir.

— Estoy ocupado.

— Se supone que está retirado no me parece que le esté interrumpiendo nada.—Luna comenzó a sentir empatía por aquel anciano. Imagino que el y Darien no duraban ni cinco minutos hablando por el temperamento que compartían pero ella era lo opuesto—  Es ajedrez a mi me encanta aunque no soy muy buena. Podemos jugar un poco antes de irme.

********

— ¡Regresa cuando aprendas a jugar!— Esas fueron las palabras del padre de Darien cuando ratificó que Luna no tenía ni idea de lo que hacía. No estuvo tan mal para ser la primera visita. Ella regresaría más adelante. Pensó en la idea de adoptarlo como padre. Pérez le abría la puerta trasera para que Luna entrara pero ella la cerró.

— No Perez , yo manejare de regreso a casa.

Darien terminaba una videoconferencia en la sala cuando escucho la puerta abrirse. Era su chofer con la respiración acelerada, el uniforme desajustado y el cabello todo revuelto. Su rostro reflejaba temor. Darien recordó que el y Luna habían salido juntos y sintió una punzada en el estómago al no verla.

—  ¿Dónde está Luna?

— Lo siento..... señor..... yo.... me niego..... —  En ese instante Luna entraba con su jovialidad de siempre incluso tarareaba una canción. Devolviendo la velocidad normal al corazón de Darien— Jefe no volveré a entrar en un auto con la joven al volante ¡Prefiero renunciar!

El chofer se fue casi corriendo en dirección a la cocina. Cuando Darien miró a Luna ella con ojos inocentes levanto y bajo sus hombros como única respuesta. Ella tenía un paquete en la mano y comenzó a colocar el contenido encima de la mesa. Era un libro de Ajedrez para principiantes acompañado de un tablero con las piezas.

—Un nuevo pasatiempo ¿Quieres que te enseñe?—  Ella aceptó de inmediato y ayudó a Darien a colocar las piezas en su lugar. Quedó desconcertada al ver que era paciente como maestro. No se exaltaba cuando ella se equivocaba. Jugaban concentrados solo hablando de los movimientos pero Darien quería hablar de algo más.

— Me iré esta noche espero que cumplas con tus obligaciones.

— ¿Pero no era mañana?

— Surgió un imprevisto y lo adelantamos.

— No te preocupes. Confía en mí. Voy a supervisar todo lo concerniente al instituto que patrocinas y cuidaré tu casa.

— Es enserio Luna. Compórtate como la adulta responsable que debes ser.

— No es necesario que me sermones no se porque me tienes en tan baja estima ¿Cuando te he quedado mal?

— Tal vez tienes razón. Te daré la oportunidad de demostrar que puedo confiar en ti. 

La Novia Del JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora