Capítulo 21

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Reyna estaba nerviosa. Tenía a Thalia tumbada a su lado, dándole la espalda.

Thalia. Que tenía los mismos ojos que Jason, pero no tan estrictos. Los ojos de Thalia le hablaban de aventura, de inconformismo.

Cerró los ojos con fuerza, tratando de dormir. Tenía calor, y la presencia de la hija de Zeus la inquietaba por alguna razón.
Mezclaba sus rasgos con los de Jason, pero algo le decía que Thalia era mucho más hermosa.

Si esto no era bastante, parecía que Solace y Nico estaban pasándoselo realmente bien, y no podía evitat sentirse incómoda.
Thalia, por lo contrario, parecía muy a gusto, aunque tampoco dormía. Miraba al techo de la tienda de campaña con una traviesa sonrisa en sus labios.

Reyna leía libertad en su expresión, algo que ella anhelaba desde que era pretora.

Libertad. Eso era Thalia, al contrario que su hermano, la personifcación del deber.

Reyna tragó saliva tratando de centrarse en lo cansada que estaba, pero entonces Thalia le cogió de la mano.

Ninguna de las dos dijo nada, y se quedaron dormidas en seguida, con las manos de ambas entrelazadas en un acto de confianza, cuando acababan de conocerse. Hay veces que no hace falta más.

La mañana siguiente, Nico despertó, y la primera imagen que tuvo fué la de Will... desnudo. Se sonrojó salvajemente, pero tampoco trató de tapar al muchacho.

Para cuando Will abrió los ojos, toda expresión se había borrado del rostro de di Angelo.

Solace sonrió, incorporándose y besando a Nico con suavidad.

- Buenos días chico muerte. - al ver como el italiano ponía los ojos en blanco, Will rió.

- Solace, por Hades, no me llames así.

- No entiendo por qué no te gusta, es lo que eres. Nico di Angelo, el chico muerte. Suena aterrador.

Nico no pudo evitar sonreir, y observó como Will se vestía. No pudo evitar fijarse en la espalda del hijo de Apolo. Veía cómo los músculos se tensaban y relajaban al tiempo que este se movía.

No pudo evitar un suspiro de decepción cuando Will se puso una camiseta, un suspiro que Solace escuchó. Se dió la vuelta divertido, pero solo encontró a Nico mirándole mal.

Que raro.

Al salir de la cabaña, el hijo del dios del Sol le cogió de la mano, y no lo soltó ni cuando Reyna salió de la tienda de campaña de Thalia, algo nerviosa, y lo fulminó con la mirada, para acabar dándose por vencida.

Al llegar dónde los demás se encontraban desayunando, Nico se puso nervioso.

- Will, quizá deberías soltarme.

- Ayer no decías lo mismo, di Angelo.

Nico se sonrojó.

- Cállate, Solace.

Y le apretó la mano con fuerza.



Bien, bien.
Me merezco la muerte.

Ha sido verano, y he estado con la cabeza en mil sitios. He viajado mucho, y no tenía tiempo para escribir, lo siento. Sé que merezco ser lanzada al Tártaro, pero espero que me perdonéis.

En fin, he vuelto. Y de verdad, actualizaré más a menudo :v

Shut Up, SolaceWhere stories live. Discover now