Capítulo 10

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Después de una semana, mi móvil no había dejado de sonar. Volví con mi padre y me dijo que no volviera a irme porque fue una tortura tremenda no tenerme en casa.
También que lamentaba haberme dicho cualquiera y que no lo volvería hacer porque el sabia que yo no era una cualquiera.

Diane me preguntó si Ruben estaba bien y yo, con cierta ironía, le dije que el estaba muy bien. Diane también me pidió disculpas pero que después de todo esto, las cosas entre Ruben y yo cambiarían muchísimo. No quería verlo así que me pareció muy bien que ella evitara cualquier contacto entre nosotros.

Había regresado al instituto pero Mildred no me busco más y me ignora. Me parece muy bien que haga eso porque ya tengo bastante con las putas llamadas del idiota este, no estoy para que una guarra como ella este jodiendome la vida.

Mangel había intentado hablar conmigo cuando me lo encontré en la salida del instituto ayer pero yo le deje en claro que no quería nada con Ruben por el momento. Mangel ha insistido tanto que he tenido que llamar a papá para que me viniera a recoger.
Entendía que era su mejor amigo pero el y Ruben debían entender que necesito mi espacio y poder calmarme después de la semejante estupidez que hizo.

Estaba sentada en mi cama comiendo unas gomitas y escuchando un poco de Skrillex cuando llamaron a la puerta. Diane y mi padre habían salido a una cena romántica pero no me extrañaba para nada que el hubiera olvidado su corbata o algo por el estilo.

Fui a abrir y me sorprendió muchísimo la persona que estaba de pie allí- ¿Qué coño haces aquí? -Le dije a un Ruben que sostenía un ramo de girasoles.

-Vine a pedirte disculpas de frente -Me miró y eso me enfado más.

-Tus disculpas te las puedes meter por el culo, ¿Vale?...Y esos girasoles los puedes ir a dejar a la casa de Mildred, si quieres te doy la dirección y todo -Me di la vuelta y agarró mi brazo. ¿Qué es lo que estoy sintiendo en mi estómago?.

-Por favor _________. Sé que la cague al besarme con Mildred.

-No me digas -Reí, irónica- Suéltame o llamó a mi padre -De pronto, lágrimas se asomaron y estaba llorando- Por favor- Susurré.

-_________ no llores por favor -Me suplico y yo me solté de su agarre.

-Déjame en paz -Me di la vuelta y me puse en frente de él. Limpie las lágrimas, aunque otras vinieron y mojaron más mis mejillas- No sé que esta pasando conmigo pero necesito que me des mi espacio. Sólo eso te pido y ya -Le susurré y baje mi cabeza. Ruben me miró y asintió.

Me ofreció los girasoles y yo los acepte para luego que el se retirara. Cerré la puerta y mire los girasoles, busque un envase, lo llené de agua, coloque los girasoles adentro y puse el arreglo a la par de las fotos de mi madre.

Lloraba como una Magdalena y no sabia la razón del porqué. Todo se había complicado en un segundo y ahorita no se si llorar o enojarme por la acción de Ruben.

¿Sería tan malo enamorarte de tu hermanastro?

Sacudí mi cabeza, olvidando esa pregunta estúpida. Nadie podría enamorarse de su hermanastro y menos en la situación en la que estoy yo ahora mismo. O sea, tampoco es que fuera tan malo enamorarse de un hombre como Ruben porque es muy majo y todo pero...¿Pero que coño estoy diciendo?.

Tome mis tennis Converse y me las puse. Un buen paseo al parque despejaría mi mente y podría pensar mejor mi situacion ahora. Salí de la casa, comprobando que la puerta estuviera totalmente cerrada. Camine hacia el parque pensando en algunas razones para seguir enfada con Ruben pero no encontraba una coherente. Estaba tan distraída que no me di cuenta que unos suscriptores de Ruben me estaban rodeando.

Mi Hermanastro (elrubius)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora