0.2

26.6K 1.1K 28
                                    

Pasé la noche en la que siempre había sido mi habitación y que seguía igual que la dejé hace 100 años, se ve que nadie había entrado excepto para limpiar.

Desperté al sentir los rayos del sol en mi cara y abrí los ojos, a velocidad vampírica me levanté y me vestí, me miré en el espejo y pude ver que estaba perfecta para hoy. Bajé al salón y me encontré a Jon con Tesa, mi posible y futura enemiga mortal.

¿Dónde está Samuel? Le pregunté a mi hermano ignorando por completo a la no tan desconocida.

Está en el sotano — Dijo mirándome con cierta tristeza.

Sabía que a él mismo le dolía no haber ido tras de mí ayer, lo conocía mejor que nadie.

Ajá... Miré con cara de pocos amigos a Tesa y me senté mientras los dos me miraban — ¿Nadie va a traerme algo de beber? Pregunté molesta.

Samuel apareció por el salón y se acercó a mí ofreciéndome un vaso con lo que más disfrutaba, sangre fresca. Estaba deliciosa aunque yo prefiero la sangre caliente directamente de la vena de una persona.

No me gusta de los vasos — Dije dándole el vaso vacío.

¿Y cómo lo haces entonces, robas en los hospitales?Preguntó la aburrida y metenarices de Tesa. Solo su presencia e ignorancia sobre nuestra propia raza me irritaba.

Solté una carcajada sin gracia y la miré con cara de pocos amigos. Ilusa.

Soy un vampiro y actuo como tal, me alimento de personas — Dije despacio y me levanté, caminé hacia ella y me paré delante de ella — Justo aquí — Toqué su cuello con los dedos de las manos.

Déjala en paz Alice.. Dijo Samuel interrumpiendome.

Me encogí de hombros y me volví a sentar.

En ese caso, necesito que me traigan a una persona por día — Dije con una sonrisa en la cara.

Esto no es un buffet Alice — Dijo Jon con mala cara.

Tesa es mejor que nos vayamos o llegaremos tarde — Samuel cogió a la chica de la mano y salieron de casa sin apenas despedirse.

Ahora solo quedamos tu y yo hermanito — Dije divertida cogiendo una de sus botellas de Ron y dándole un trago.

Eh eso es mío y tu eres muy pequeña para beberMe quitó la botella de las manos.

Jon querido, ya no soy una niña, te recuerdo que tengo más de 200 años y evidentemente estoy muerta Dije tranquila.

Menuda actitud niña.. Escupió divertido mi hermano.

Acabo de llegar y ya estoy harta de estar aquí — Solté cogiendo mi chaqueta de cuero y caminando hacia la puerta.

¿A dónde vas? Preguntó el mayor de mis hermanos caminando detrás de mí.

A un sitio donde sea mejor recibida Jon Contesté dolida.

No espera.. lo siento ¿Vale? Pude ver sinceridad en sus ojos y me quedé con ganas de darle un abrazo pero si algo había sacado de él era el orgullo y no pienso dejarlo a un lado y verme como una patética humana lanzándose a los brazos de su querido hermano.

Adios Jon — Me solté de su agarre y salí a caminar por el pueblo que hace años había sido donde crecí.

Todo estaba muy cambiado respecto a la última vez que había estado y apenas se podían reconocer las cosas antiguas entre tantos arreglos. Llegué a un sitio llamado El bar de Olly donde había bastante gente y decidí entrar a echar un vistazo. Era el típico bar lleno de adolescentes y de algún adulto que ahogaba sus penas en alcohol.

Me tomé un par de chupitos rápido y salí de ahí pera seguir viendo la ciudad, caminé un par de calles más hasta que llegué a una desviación donde había un par de casas enormes casi a las afueras del pueblo. Me sorprendió como había cambiado todo, llamó mi atención una casa en especial, era muy tétrica y elegante al mismo tiempo.

Eso me recordó única y exclusivamente a una persona.

Peter.

ALICE VEEWhere stories live. Discover now