ALICE VEE

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PRÓLOGO

Habían pasado casi cincuenta años desde la última vez que había visto a mis queridos hermanos mayores.

Jon y Samuel.

El primero en aquel entonces era un santurrón aburrido, demasiado bueno y Samuel se había convertido en uno de los vampiros más temido de todos los tiempos, claro que, hacía ya unos cuantos centenares de años que no escuchaba nada sobre sus jueguecitos y ahora del que se hablaba era de Jon.

¿Qué que he hecho estos 50 años sin mis hermanos?

En 1983 conocí a Peter o como a mí me gusta llamarlo, Pet. Me enamoré de él y tuvimos un romance breve pero intenso. Solo eramos nosotros dos. Hasta que alguien lo alejó de mi vida y nunca volví a saber nada de el, no pude encontrarlo.

¿Y pensaréis, 1983? ¿Viajas en el tiempo? La respuesta es no, la realidad es la siguiente, desde hace dos siglos que me mataron y bueno, soy un vampiro desde entonces.

Tras ese suceso decidí reprimir los sentimientos que aún me dejaban tener una parte humana, ya no me quedaba nada por lo que seguir sintiendo. El dolor de haberlo perdido me perforaba el corazón y no podía soportarlo. Mi mejor opción había sido terminar con todo y aferrarme a la venganza. Me prometí que algún día encontraría a la persona que había hecho desaparecer a Peter.

Ahora volvemos al presente, 2016, las cosas han avanzado mucho, mi investigación sobre Peter me ha llevado hasta mi ciudad natal y eso era realmente extraño, era muy pequeña y no había prácticamente nada que hacer. Aunque por una parte, puede ser una buena idea volver. Encontrarme con mis hermanos puede ser muy pero que muy divertido.

Jon y Samuel eran las únicas personas a las que realmente quería por encima de mi propio cadaver, mis sentimientos hacia ellos eran puros y reales.

Siempre voy a proteger a mi familia.

Aparqué el coche delante de nuestra casa, donde nací y también donde, irónicamente, acabaron con mi vida. Salí del coche observando que todo seguía practicamente igual que hace años. Caminé segura hasta la puerta de la entrada y me detuve delante de ella.

¿Qué iba a decirles a mis hermanos?

Me iba a esperar un largo día de preguntas que tendré que responder si quiero que me dejen tranquila. Abrí la puerta y no escuché ningún ruido. G,enial estaba sola, así podré acomodar mejor mis cosas en mi antigua habitación.

Tras varias horas aburrida de estar ahí porfin alguien entró por la puerta y me escondí porque no eran ni Samuel ni Jon. Saqué un poco la cabeza de mi escondite y vi a...

Tesa...

Pero estaba algo cambiada, no llevaba el pelo corto ni su famoso labial rojo, la verdad que prefiero su estilo de antes. Pero era extraño porque Tesa es bastante astuta y escurridiza y se hubiera dado cuenta de mi presencia a no ser que.. tenga algún lazo sanguíneo con ella y sean muy parecidas. ¿Es eso posible acaso? ¿Cómo se pueden parecer tanto?

El móvil de la chica comenzó a sonar y ésta cogió el movil.

- Sí Samuel estoy en tu casa pero hay un coche aparcado fuera y no es nuestro - La escuché decir y salí de mi escondite.

¿De que conocía a mi hermano?

- ¿Quién eres? - Me acerqué a ella caminando y quedé frente a ella. La chica se atrevió a preguntarme de esa mala manera.

- Debería hacerte la misma pregunta, estás en mi casa - Pregunté curiosa.

Sabía que no era ella pero aún así quiero divertirme un poco con la humana.

- No se quién eres.. - Dijo mirándome segura - ¿Por qué estás en casa de Samuel? - Volvió a preguntar.

Era una de esas personas que se mete donde nadie la llama.

- ¿Por qué estás tu? - Le pregunté divertida.

- Samuel es mí... - Y en ese mismo momento la puerta principal se volvió a abrir y por ella apareció uno de mis hermanos.

- Alice.. - Dijo en un susurro mi hermano.