capitulo 43 (Editado)

55.1K 2.9K 197
                                    

Carther

Me dolía todo, realmente lo quería, y sólo me di cuenta de cuánto cuando me dejo, ni siquiera son sus palabras las que me duelen, es el te quiero pero no puedo estar a tu lado.

¿por que? ¿que puede ser tan malo? Estábamos perfectamente hasta que a mi se me ocurrió la brillante idea de ir con Alex, que tonta, si hubiera sabido que eso me costaría la relación con Stephen, me hubiera quedado en casa.

Le he enviado mensajes todos los días desde que me dejó, de los cuales ninguno ha contestado, llevo tres semanas sin verlo, tres semanas sin saber nada de él, y necesitaba verlo, saber que está bien, lo necesitaba a el.

Carlos se enteró de todo, no hizo más que regañarme al principio, "te lo dije" repitió más de cinco veces, yo también lo sabía, pero supongo que no me importó.

Los días pasan más lento, espero  que sea solo un proceso, Sofia me dijo que dejara los llantos, lo conocía hace un par de meses y lloraba como si fuera una relación de años.

No necesitaba años para sentir lo que sentía por el, me moleste, asique preferí no hablar demasiado con ella por estos días, de todas formas ella estaba furiosa conmigo por lo que le había hecho a su novio.

Hoy tenía que entregar el cuadro, me demoré más de lo normal para terminarlo, ¿que título iba a colocarle? Me decidí por uno y lo coloque al final del cuadro. Papá había vuelto a casa, su licencia me permitía tenerlo más cerca, se que me escuchó llorar muchas veces, pero sabía que no quería hablar de ello, se lo agradecería, cada vez que hablaba de el tenía unas inmensas ganas de llorar.

Tome el cuadro y lo coloque en la parte trasera del auto, no podría ir en mi moto hoy, es una lastima. Conduje hasta la Universidad lo único que me alegraba era que podía dar mi entrega e irme. No había demasiada gente asique no demore nada, el profesor estaba bastante sorprendido, pensaba que iba a pintar algo más abstracto o bien algún paisaje, espero que eso sea bueno, por ahora pensaba refugiarme en los estudios, si el no quería hablar conmigo, no podía hacer nada más que esperar a olvidarme de el.

Luego dejar el cuadro, salí del salón, estaba bastante distraída, mi cabeza tenía lugar para pensamientos depresivos, debía ayudarme a mi misma o pasaría los próximos meses de la misma manera.

En cuanto salí fui por mi auto, no podía encontrar las benditas llaves, no entendía para que utilizaba una cartera tan grande para cosas tan pequeñas, dentro habían cosas que no utilizaría probablemente nunca, pero aún así las dejaba ahí. Suspire frustrada, hasta que por fin di con ella. Un chico con chaqueta de cuero, y lentes de sol estaba apoyado sobre mi auto, me acerqué para pedirle amablemente que moviera su trasero del capó de mi auto.

—Disculpa, necesito que te muevas - el chico volteo a verme y puede parecer muy estúpido pero ver a Stefano me hizo muy feliz, sólo por el hecho de que el se relacionaba directamente con Stephen, me acerqué de golpe y lo abrace, llevaba mucho sin saber nada de ellos, parecía bastante sorprendido de mi reacción, pero no tardó en devolverme el abrazo.

—Si que estas feliz de verme- río y se apartó para poder besar mi mejilla- y esto a que se debe?- ¿a que se debía? A que extrañaba a su hermano...¿seria muy cruel decirlo?- nada, hace mucho no te veía-

—Si es que tuve algunos problemas - hizo una mueca , ¿familiares? ¿stephen está bien?- pero ya está todo solucionado, venía para invitarte a tomar un helado ¿puedes?

—Si, claro, me encantaría - abrí la puerta del auto- entra,  te mostraré los mejores helados de la ciudad.

Sonrio y entró al auto. Stefano era  distinto físicamente a Stephen, el no llevaba tatuajes, y era un poco más delgado que el. Sus ojos eran de un azul cielo, y parecía bastante seguro de si mismo, eso era algo que compartía con su hermano. Me encontré a mi misma comparando todo con Stephen, debía dejar de pensar un momento en el.

—¿por que me miras así?- su sonrisa era arrogante, pero encantadora, era de esas sonrisas que usa un tipo para conquistar y cualquiera accederia-

—Nada, yo ...lo siento estoy algo distraída - reí nerviosa y me concentré en conducir, sentí su mirada sobre mi, me hacía sentir algo incomoda, y no me gustan el silencio que se formaba-

—No tienes que estar nerviosa Carther, te noto demasiado incomoda - se quitó los lentes de sol, dejándolos en el bolsillo de su chaqueta-

—No, estoy bien, es sólo que estoy distraída ya te lo dije - sonrei amablemente y estacione frente a mi heladería favorita, quise pagar mi helado pero Stefano no lo permitió, me pidió uno con chocolate doble, mientras yo fui a buscar un lugar donde sentarnos, la chica en la caja lo miraba descaradamente, me pregunto si yo me veía igual cuando veia a Stephen. Stefano volvió con los helados y una sonrisa en su rostro.

—Aquí tienes tu helado preciosa - dejo la Copa sobre la mesa y se sentó frente a mi-

—Tu si que rompes corazones - mire la servilleta, ¿habia sido capaz de escribirle su número?-

—Ninguna que me interese - la tomo y la hizo a un lado, sin darle importancia alguna- por ahora - dijo esto último sin apartar la mirada, la aparte de inmediato volviendo a mi helado, chocolate suizo, hace mucho no comía uno-

—Entonces? A que debo está visita tan repentina?- apoye mis codos en la mesa, mamá siempre decía que era de mala educación, pero en este momento no me interesaba demasiado dar una buena impresión -

—Quería verte, me gustó mucho tu compañía cuando fuimos a la exposición - se inclinó un poco acercándose a mi- eres especial Carther - no pude evitar rodar los ojos, ¿ellos compartían sus frases también?-

—Eso lo había escuchado antes ..- meti una cucharada de helado a mi boca-

—Yo no soy igual - sonrei limpiando mi boca-

—Esa también - me regalo una sonrisa y dejo su helado a un lado-

—Sólo quiero ser tu amigo Carther, no necesitas levantar tus murallas conmigo...tu estas sola y yo también, sólo quiero una buena compañía, alguien con quien conversar de vez en cuando - lo mire algo desconfiada, aunque no tenía verdaderas razones, el siempre fue muy amable conmigo, desde el primer día, y parecía sincero, acercó su mano a la mía y la tomo acariciando mis nudillos con su pulgar-  se que quieres hablar de muchas cosas y que ahora te sientes herida, se lo que se siente tener el corazón roto... pero quiero que sepas que puedes contar conmigo ¿si?-

Le sonrei y asenti, tener un amigo como el me haría bien, a pesar de ser el hermano de la persona que me estaba lastimado, no tenian porque ser iguales, Stephen debió contarle algo, me gustaría preguntarle qué es de el, pero no quiero que sienta que sólo me interesa ser su amiga para saber de su hermano.

—Tienes una sonrisa preciosa Carther, no deberías dejar que nadie te la quitara - me colocaban incomoda los cumplidos, mis mejillas se sonrojaban automáticamente. Descubrí que Stefano tenía buen sentido del humor,  y que podía hacerme reír hasta que me doliera el estómago. En cuanto terminamos el helado me acompañó a una biblioteca, no estaba muy contento con la idea, pero de todas formas lo hizo, no me pregunto ni una sola vez sobre Stephen, ni siquiera lo nombró, y se lo agradecí, la verdad este era el mejor día que tenía desde que ocurrió lo que ocurrió.

—Gracias por todo Stefano, de verdad, me hacía falta esto - tomo mi mano y me acerco a el para rodearme con sus brazos, me sentí algo incomoda, y así lo sintió el, porque me soltó de inmediato disculpándose por ello-

—Descuida, está bien...es sólo que no lose aún - asintió haciendo que guardará silencio -

—Lo entiendo Carther, Stephen ¿verdad? Tienes que seguir adelante Carther, es mi hermano y lo quiero, pero no vale la pena, si te dejo ir, es un cobarde - beso mi mejilla y se apartó- nos vemos cuando tu lo desees, ya tienes mi numero asique, estaré esperando por tu mensaje, sonríe Ángel - volteo una última vez para verme y con las manos en sus bolsillos lo vi desaparecer al doblar la esquina.

Las cosas eran tan extrañas, pero me alegraba de haberle visto. Volví a mi casa temprano, Carlos estaba sentando en la acera, ¿Por qué estaba aquí tan tarde? Cuando vio aparecer ni auto se levanto de inmediato, las lágrimas corrían por sus mejillas, y entonces lo supe, mi corazón latía rápidamente, no quería escuchar lo que tenía que decirme. Baje rápidamente para ir donde el, me abrazo fuertemente, escondiendo su rostro en mi cuello, lloraba como un niño pequeño sin consuelo, sabía exactamente lo que se sentía, sólo podía decirle que lo sentía, por no estar ahí para el, cuanto lo sentía.

Deseos Prohibidos {#DP 1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora