Vas a quitarme a mi pareja.

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Capítulo 39.

Salí de mi escondite aún descalza y lentamente crucé el pasillo dejándome ver. Allen estaba de espalda pasando una mano por su cabello, pero cuando volvió a girarse y captó mi presencia, su rostro se suavizó y una sonrisa de lado se le escapó.

—¿Hace cuánto estás despierta?

—No te gustaría saberlo —arreglé mi cabello.

—No, no me gustaría —se sentó en el sofá. Sus cosas ya no se encontraban allí.

—¿Y Evelyn?

—Salió con Sunny a dar un paseo, estaba llorando y no queríamos despertarte. Hace un rato me llamó y dijo que estaba más que feliz.

—Bueno —no me preocupé. Temprano me había levantado por los llantos de mi pequeña y le había dado de comer, la hice dormir y la volví a dejar junto a Eve—. ¿Cómo estás tú? —me senté a su lado.

—Bien, ¿quieres comer algo?

—No tengo hambre. Me interesa saber como te sientes en realidad.

—Bien, estoy bien.

—Pues, no lo demuestras —me senté como indio y ladeé mi cabeza—. ¿La visita de hace un rato te afectó?

—Un poco —pasó su mano por su nuca.

—Yo... lo siento —chasqueé la lengua—. Es mi culpa que venga hasta aquí y te deje con un mal sabor de boca, no debí venir aquí desde un principio —me levanté del sofá con la intención de volver al cuarto, tomaría mis cosas y me iría.

—Hey, no he dicho eso —se levantó y jaló mi mano sin dejarme dar ni dos pasos más lejos.

—Pero aún así no debo estar aquí.

—¿A dónde irías entonces? ¿a casa de tu madre o a casa de Matt? Ninguna de las dos son buenas opciones y no serías feliz.

—¿Cómo sabes sobre eso?

—Eso no importa —sonrió dándose cuenta que había soltado más información de la necesaria—. Lo que importa es tu felicidad.

—Iría con mi padre.

—Sé que no hablas en serio, estás consciente de lo que sucedió en ese lugar y sé que no desearías volver nunca más allá.

—Dime como sabes todo eso —me crucé de brazos con una sonrisa irónica en mis labios.

—Nop. Al menos te he hecho sonreír, lo he logrado —rió.

—Dime —lo puncé con el dedo—. Te voy a picar en todo el cuerpo si no me dices como lo sabes.

—No —rió caminando en reversa.

—Vamos —le seguí picando y cayó sobre el sofá, intenté no seguirlo y caer con él—. Al menos dame una buena excusa.

—No diré nada —su risa era contagiosa.

—Entonces te sacaré las palabras —me senté sobre sus rodillas, ni un centímetro más cerca ni uno más lejos—. Ven aquí —sonreí cuando me dí cuenta que había dejado de reír. Agarré su mandíbula e hice que hablara pero no decía lo que yo quería escuchar—. A ver... —suspiré quitando con el aire, un mechon de cabello que se me posaba en la nariz—. Investigué sobre ti... —moví los labios para que lo dijera pero se puso a reír—. No te rías.

—Lo más gracioso es que la que trata de modular es tu boca y no la mía.

—No te burles —me quejé.

Breaking Down ✧ SR. » II «Where stories live. Discover now