Apple.

617 63 43
                                    

Capitulo 32.

Las contracciones volvieron a hacerse presentes pero esta vez con más intensidad, mi pecho se oprimía cada vez más y me obligaba a ladearme en la camilla del dolor. Era un dolor que me impedía el respirar, cada gesto o movimiento que hacia empeoraba las cosas.

Colby salió del cuarto corriendo en busca del médico a cargo, sus gritos de alguna manera hacían que me abrumara. Ya no sabía que hacer, solo la técnica de respiración que toda embarazada tenia que saber en estos momentos. Hasta que apareciera la enfermera.


Colby Lopez.

¡Demonios! Tenía miedo y no sabía que hacer. Lo más instintivo fue ir por el médico de Violett e informarle de la situación, pero nada es tan sencillo y aquél hombre no aparecía por ningún lado. Grité y blasfemié hasta que apareció, le conté la situación y al igual que yo salió corriendo.
Al llegar al cuarto se puso todo lo necesario, en ese momento me dí cuenta que era aquí y ahora. No había marcha atrás.

—Pongase esto —la enfermera me entregó un par de guantes, una bata, una gorra y sobre todo una mascarilla.

—¿Qué? ¿me tengo que quedar? —pregunté con un hilo de voz. No me habían escuchado—. Disculpe —toqué su hombro—. ¿No sería mejor sacar a mi hija por cesaria?

—No hay tiempo y no es una de las mejores opciones si quiere conservar a su mujer.

«Bien Colby, tu puedes. No debes dejar que el temor te haga su presa.»
Escuché la voz apoyandome. Asentí con la cabeza y subí la mascarilla que tenia debajo de mi quijada, debía apoyar a Violett. No me llenaría de pánico en estos momentos.

—¿Lista? —el médico le preguntó a Violett después de ayudar a que se acomodara. Ella asintió arrugando la nariz—. ¿Y tú? —me preguntó con una sonrisa. ¿Qué era tan cómico?.

—Si —susurré acercandome a ella armandome del valor suficiente para tomar su mano.

—Tiene veinte centimetros de dilatación —apretó sus labios—. Bien Violett, tu puedes —El médico se acomodó los guantes y rápidamente le dio la indicación para empujar, ella al momento de hacerle caso apretó mis dedos con tanta fuerza que de mis labios escapó un jadeo involuntario. No me esperaba tal fuerza—. ¡Otra vez! —gritó y ella lo hizo, no tenía palabras, solo mirarla estupefacto.
Podía ver como el médico trataba de sacar algo dentro de mi mujer y cómo la enfermera le pasaba un paño por la frente, los gritos eran desgarradores y el ambiente estaba intoxicado por el olor a sangre intensificada.

«¡No te marees! ¡lucha contra esa sensación!»
Decantó la voz, pero mis brazos estaban congelados a cada lado de mi cuerpo al igual que mis piernas.

«¡No caigas hacia atrás! ¡no caigas hacía atrás!»

Muy tarde —exclamé y soltando la mano de Vi, mi cuerpo cayó estrepitosamente hacia atrás mientras mis ojos se cerraban esperando el impacto.

«Y lo hiciste..




No estaba seguro de cuanto había pasado, pero de lo que si estaba seguro era de que me había perdido la mejor experiencia de ser padre.

—¿Estás despierto? —escuché una voz.

—E-Eso creo —sobé mi nuca al sentarme, era la parte que más me dolía—. Auch —me quejé al sentir un bulto en esa zona—. ¿Dónde estoy?

—En una camilla.

—¿Qué hago aquí? —miré mi entorno.

—Te desmayaste.

Breaking Down ✧ SR. » II «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora