Capítulo 32- Nacimiento de Emma

9.7K 548 117
                                    

Mientras tanto, Adrien y Nino caminaban por la plazuela una vez que compraron el objeto valioso, hasta que el teléfono de Adrien comenzó a sonar.

—¿Quién será? —preguntó Nino al verlo sacar el dispositivo.

Era una llamada de Alya, así que no dudó en contestar.

—¿Hola? ¿Alya? —dijo Adrien.

¡Adrien, al fin contestas! Estamos llevando a Marinette a la clínica y tienes que estar ahí —habló Alya.

—¿Por qué? No me digas que...

Sí, ya entró en labor de parto, necesitas estar con ella pronto —respondió.

Adrien quedó boquiabierto.

—¡De acuerdo! Iremos para allá —y sin más, colgó al instante.

—¿Qué pasó? —preguntó Nino.

—Tenemos que ir a la clínica, Marinette ya va a dar a luz —lo tomó del brazo.

Ambos corrieron al auto y manejaron a la clínica. Adrien estaba preocupado. No quería perderse por nada del mundo el nacimiento de su esperada hija, pero mucho menos que algo le sucediera a ambas.

—Pronto estaré allí, Mi Lady —pensó Adrien.

[...]

—¡Aaagh! —se quejó Marinette mientras entraba con la ayuda de Alya y su madre.

—¡Permiso! Disculpen, aquí hay una mujer con contracciones —decía Alya apartando a los que se atravesaban en el camino.

Las tres se detuvieron con la recepcionista.

—¡Hola! Necesitamos una habitación, mi amiga está registrada, es Marinette Dupain-Cheng —dijo la castaña.

—Vengan conmigo, la llevaremos a su sala —dijo la enfermera desde la puerta de una habitación.

—Estoy muy asustada —comentó Marinette entrecortada.

—Tranquila, hija, todo saldrá muy bien, sólo tienes que hacer los ejercicios que la doctora te dijo —respondió Sabine con una sonrisa.

—Lo... Lo sé... ¡Aaaagh!

—¡Marinette!

Las presentes voltearon a ver a la doctora Dumeicq, quien se acercó apresurada a la peliazul.

—Dios mío, ¿qué sucede? —preguntó preocupada.

—La señorita Dupain presenta contracciones constantes —respondió la enfermera mientras sentaban a Marinette en la silla de ruedas.

—¡Eso ya lo sé! —gritó Marinette aguantando el dolor.

—Entraste en labor, descuida, Marinette, pronto tendrás a tu bebé.

Después de un rato, Adrien y Nino lograron llegar a la clínica. Apresurados, entraron y se acercaron con la recepcionista.

—Disculpe, señorita, ¿en qué habitación se encuentra Marinette Dupain-Cheng? Soy el padre —preguntó Adrien.

—¡Y yo la tía! —pronto se arrepintió—. Quiero decir... Tío.

—En la habitación 3, desde hace unos minutos la atendieron —respondió la recepcionista.

Los dos jóvenes se encaminaron a la habitación indicada mientras subían las escaleras. Al llegar, lograron ver a Alya y a Sabine en la sala de espera.

—¡Alya! —dijo Nino.

Las presentes voltearon.

—¡Adrien, Nino! —soltó Alya.

Juntos Para Siempre (Adrinette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora