Capítulo 18- La Verdad Sale A La Luz

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Pasaron varios días. Marinette no dejó de pensar en su embarazo. El miedo la había forzado a ignorar a Adrien y a su familia, a pesar del apoyo incondicional de Alya y Tikki. Parecía no ser suficiente para ella. También faltaba poco para el regreso a la universidad, por lo que la presión era cada vez más notoria.

Se sentó en su sofá mientras sostenía entre sus manos una taza caliente de té de manzanilla, con un gran suéter de tela. El frío disminuía en la ciudad, pero eso no quería decir que ya no estaba presente. De pronto el timbre de su puerta sonó, haciéndola levantarse con pesadez.

Era Alya.

—Hola, te traje un postre de un lugar que conozco, espero que te guste —dijo Alya mientras entraba al departamento con una bolsa de plástico.

—Gracias —sonrió Marinette levemente, observándola dejar sus cosas en la mesa del comedor.

—Un pequeño regalo del tío Nino y de la tía, por supuesto.

La peliazul sintió su corazón sobresaltarse. Bajó lentamente la mirada, reacción que Alya no tardó en percatarse.

—¿Qué pasa?... ¿Todavía no le dices a Adrien sobre...? —preguntó.

—Sí, lo hice.

Marinette se sentó en el sofá cubriendo su rostro con ambas manos.

—Y en cuanto se lo dije, él decidió abandonarme para no hacerse cargo de nuestro hijo —finalizó.

—¡¿QUÉ?! —tiró sus cosas al suelo—. ¿Es en serio? ¡Porque juro que voy a encontrarlo y...!

—¡Claro que no, Alya! No he podido dormir en todas las noches pensando en esto y aún no sé cómo o qué les voy a decir —gritó Marinette con desesperación.

Alya no supo si se sentía aliviada o preocupada en ese momento. Se sentó junto a su amiga y la abrazó de lado.

—Marinette, no dejes que el hecho de cómo reaccione Adrien o tus padres te esté torturando de esa forma —separó sus manos de su rostro—. Sólo mírate, se te notan las ojeras y la palidez.

—Ya lo sé —suspiró.

Desde cierta distancia, la misma persona se encontraba posicionada junto a la ventana del departamento, procurando que no la vieran, y escuchaba en silencio.

—Sabes... Creo que sólo debo decírselo a mis padres y así continuar yo sola con mi vida... Sin Adrien... —soltó Marinette rendida.

La persona frunció un poco el ceño.

—De acuerdo... Espera, ¡¿QUÉ?! —gritó Alya.

—¡Sí, Alya! ¿No crees que es mejor hacerme cargo de mi gran responsabilidad? ¿En vez de tener un corazón roto por el hombre a quien amo? A pesar de... Haber tenido ilusiones con él.

—Pero aún no sabes cómo va a reaccionar, ¿cómo puedes estar segura de que él te abandonará?

—¡Porque él tiene una vida por delante!

La persona suavizó sus facciones e intentó mirar un poco por la ventana.

—No quiero que por culpa de mi embarazo, sus objetivos en la vida se arruinen... Estoy segura de que él tendría grandes oportunidades en lo que se proponga, no lo vería como... A alguien que trabaje sólo para mantener a una familia... A una familia que él no pidió por ahora.

Alya no supo qué responder. Ni siquiera la persona no podía creer lo que escuchó. Por dentro, deseaba entrar por la ventana y consolar a Marinette. Sin embargo, su mente la detuvo diciendo todo lo contrario. Se incorporó y voló lejos de ahí.

Juntos Para Siempre (Adrinette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora