Capítulo 28- Ecografía Y Grave Problema

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Llegó el día de la ecografía, lo que significaba la revelación del sexo del bebé de Adrien y Marinette. Por ello, Alya decidió acompañarlos para la ocasión.

—¡Marinette, apresúrate! Ya quiero saber si va a ser mi sobrino... O sobrina —dijo Alya en voz alta desde la puerta.

—¡Ya voy! —gritó Marinette desde la habitación.

—¿Ella siempre es así? —preguntó la castaña.

—Sí —asintió Adrien mirándola de reojo.

—Pobre de ti —suspiró.

Marinette caminó por el pasillo ya alistada.

—¡Al fin! —dijo Alya alzando sus manos.

—Lo siento, no me decidía por cuál ropa ponerme —respondió Marinette encogiendo los hombros.

Los tres salieron del departamento en camino a la clínica donde Marinette tuvo sus ultrasonidos. La enfermera salió de la habitación minutos después de que ellos llegaran.

—Señorita Agreste, la doctora Dumeicq está lista —avisó.

—S... Sí, gracias —respondió la peliazul sonrojada mientras se levantaba.

Tanto Alya como Adrien contuvieron la carcajada, imitando la acción de Marinette.

—Ustedes entren, yo... Tengo algo que hacer —interrumpió Alya con una sonrisa.

—No me digas que vas a llamar a todos para que vengan —dijo su amiga entrecerrando los ojos.

—Claro que no —rodó los ojos.

Y sin más, ambos jóvenes entraron a la habitación y pudieron ver a la doctora Dumeicq encendiendo la pantalla, para luego voltear con una sonrisa.

—Hola, ¿están preparados para la ecografía? —preguntó.

—Claro —sonrió Marinette.

—Excelente, entonces ya sabes lo que tienes que hacer, luego comenzaremos.

Ella asintió y se recostó en la camilla, subiendo su blusa hasta la mitad, dejando ver su vientre abultado. Adrien se sentó junto a su novia, mientras la doctora activaba el aparato del ultrasonido y realizaba la revisión.

—Muy bien, todo sigue bastante bien —dijo la doctora en voz baja—. Dime algo, Adrien, ¿aún continúas despertándote por los antojos?

—Sí, supongo que dos veces a la semana —rio.

—Es lo mismo con los otros padres, algunos de ellos tenían enormes ojeras —bromeó—. Pero luego se acostumbran, ¿no es así?

Adrien asintió entre risas, mientras Marinette se sonrojaba.

—Bueno, ¿quieren saber qué es? —preguntó la doctora Dumeicq.

Ambos jóvenes se miraron de reojo.

—Sí, queremos saberlo —respondió Marinette.

Fue entonces cuando la doctora sonrió mientras observaba la pantalla, volteó a ver a los futuros padres, para después decir...

—¡Es u...!

[...]

Finalmente Adrien y Marinette salieron de la habitación y se percataron de no sólo la presencia de Alya, sino también de otras personas. Tom, Sabine, Rose, Juleka, Luka y Nino, éste último desde la tablet de su novia.

—¡Hola! ¿Qué están haciendo aquí? —sonrió Adrien.

—¿En serio los llamaste? —preguntó Marinette mirando amenazante a Alya.

Juntos Para Siempre (Adrinette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora