Pinocho Capítulo: 11

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Escritora: Si, lamento la demora, la prepa me tiene ocupada y no tengo el lujo de escribir algo, ayer iba a escribir algo pero me ocupe toda la tarde haciendo tarea, y hoy estoy de viaje, y donde estoy no hay internet, tengo algo de datos pero, debo estar  aquí hasta el lunes que es cuando ingreso, pero, les juro que estoy aburrida hasta el tope, y aprovechando mi tiempo libre escribiré un capítulo, claro que ustedes leerán esto el lunes, así que, bueno, sin más nada que decir, comencemos con el capítulo 11.

Narra: Adrien

Veía venir una caída dolorosa de unos ¿dos metros?, tal vez tres, pero, por reflejo mis dedos se aferraron a la pared lo que provocó que mis uñas se partieran, chille un poco al sentir el punzor pero, lo importante era que, me había logrado sostener y evitar ir al hospital, suspire y seguí subiendo, no faltaba mucho para llegar a una de las ventanas del hotel, solo que, mirar hacía arriba me provocaba una leve ceguera, así que, no sabría con exactitud si la ventana esta abierta o cerrada, subí un poco más y, con una mano trate de tantear que la ventana estuviese abierta, a mi suerte, lo estaba, me sostuve del marco y escale un poco más, sabía en el problema que me metería después de esto, pero, ¿que importa?, solo tengo un objetivo, una ilusión, y una promesa a la que no debo faltar, subí a la ventana y con cierta agilidad logre entrar, mi vista no veía más que negro al rededor, tenía que acostumbrarme un poco, me talle los ojos y al fin pude ver con claridad, era una habitación bastante frívola, aunque, a mi perspectiva no era de una chica, por suerte, sino de un chico, lo supe al ver unas camisas en el suelo, zapatos y algo de papel usado, asqueroso...
Si este lugar estaba en estas condiciones, era obvio que alguien la ocupaba o solo era que nadie había podido o querido limpiar, me imagino que es la primera opción. Suspire y camine con cuidado, trate de no hacer ruido o tropezar y llamar la atención de algún guardia ó a un huésped, estaba a pocos centímetros de la puerta, al parecer alguien, la iba a abrir, mi corazón se iba a salir de mi pecho en ese momento, así que, con torpeza me escondí debajo de la cama ¡puaj!, estaba asqueroso debajo, comida mohosa, calcetines sucios, alguna extraña bebida derramada y que ahora se sentía pegajosa, trate de no moverme mucho, escuche la puerta abrirse, un chico entraba y escuche una risa proveniente del mismo.
-. Vaya, Mari si que es ¡una estúpida!, sino fuese por su dinero no estaría detrás de esa poca cosa, todo lo que hace es despreciarme, a mi, ¡el príncipe Ali!-. Vaya, vaya, vaya, el señorito soy perfecto y limpio tiene esta habitación infestada de asquerosidades, si que era un idiota, ¿como puede hablar así de una persona tan amable como Mari?, ella era perfecta y no pensaba en su beneficio, sino en el beneficio de todos, ella no era ambiciosa por el dinero, ojala este tipo usara más su cerebro.
-. Que molesto, bueno, da igual, solo me vestire e iré con mi prometida, ojala la boda llegue pronto, necesitó ser príncipe oficial y nada ni nadie lo evitará-.
Ya lo veremos principito de cuarta, ya lo veremos...
-. Bueno,  a volver con mi futura esposa-. Pude escuchar como caminaba hacía la puerta y cerraba la misma tras de si, suspire de alivio y con cierta torpeza logre salir de ese asqueroso lugar, tendría pesadillas después de esto, nuevamente con mucho cuidado camine sin más, abrí la puerta poco a poco y al parecer no había moros en la costa, abrí un poco más la puerta, al menos lo suficiente para poder salir, una vez salí cerré la puerta sin hacer mucho ruido y camine con rapidez por los pasillos, había infinidad de cuartos, por alguna extraña razón con cada persona que me topaba no me hacía la menor pregunta. Solo me fulminaban con la mirada, creía que se debía a mi apariencia y probablemente pensaban que era un actor o algo parecido, sino fuese así, estoy seguro que me habrían echado a patadas en un segundo, estaba seguro mientras no me topará con Mari, el principito de cuarta o algún guardia que me haya visto el día del "incidente". Anhelaba que nada así sucediera, esperaba encontrar a Manon o a la señora Ca, pero, no había rastros, de tan grande lugar parecía un laberinto, y, el casi mar de gente en algunas habitaciones era más complicado poder encontrar a alguien.
Estaba algo cansado, debía encontrarlas antes de que algo malo sucediera; camine de lugar en lugar, pero, nada, probablemente estaban en su habitación o limpiando alguna, habían muchas posibilidades, pero, sería peligroso emplear alguna con tanta gente al rededor, seguro el princito idiota no tardará en verme, mire a los lados lo más rápido que podía, pero, sin darme cuenta choque con alguien, estaba en problemas...

Cerré los ojos con fuerza esperando algún golpe, grito, o una patada en el trasero por molestar a un inquilino.
-. Cuidado amigo, ¿he? ¿Estas bien?-. Era la voz de un chico más o menos de mi edad, abrí los ojos lentamente, wow, ese chico no tenía la apariencia de alguien ambicioso, se veía, ¿agradable?, pero, no debo confiarme demasiado.
-. Esto, yo... hu, perdón-. Sólo decía balbuceos. Que torpe.
-. Hey, no es nada, sin resentimientos hermano-. Vaya, el chico si que era amable al menos, por ahora, era un chico de tes morena, lentes, ojos casi color miel, y usaba una gorra junto con unos emmm ¿como se llamaban esas cosas grandes con las que puedes escuchar música? No lo recuerdo, pero, eran algo así.
-. Oh, gracias, lamento el empujón de nuevo, no mire por donde iba-. Dije sonriendo, en un momento tenía su mano en el hombro, y en su rostro había una sonrisa.
-. Descuida no sucede nada, mi nombre es Nino, ¿y el tuyo? Jamás te había visto por aquí, ¿eres nuevo?-.
-. Hu, yo, me llamó Adrien, un gusto conocerte Nino, y, se que si te digo quien soy, dejarías de ser amable-. Suspire y trate de seguir mi camino, pero, Nino seguía tomando mi hombro y escuche como comenzaba a reír.
-. Ja, ja, chico, yo se que no eres alguien de alta economía, pero, no eres mala persona, algún otro de esta sala si habría chocado conmigo, te aseguró que habría dicho que era mi culpa o habría hecho un alboroto o ambas-. Dijo riendo, comencé a tornarme algo pálido, ¿que me esperaba a continuación?.
-. Bueno, es un gusto conocerte Adrien, hey, ¿que haces por aquí?-. Él se veía de confianza, no era nadie cruel y atolondrado como casi toda la gente de aquí.
-. Es una larga historia...-. Dije bajando la mirada y suspirando.
-. Tengo tiempo, vamos a mi habitación, me estoy sofocando de tan sólo estar aquí-. Note que hizo una mueca de disgusto al ver por un momento a toda la gente detrás...
¿Era amigo o enemigo?.

Continuará

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