Capítulo 10

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Liz se despertó con la luz de la mañana que entraba de lleno por la ventana, tardó unos momentos en recordar. Recordar donde estaba y recordar que había hecho el amor con Cristhian. Miró hacia el lado y no lo vio, su instinto la alentó a escapar, pero también recordó que no era posible.

-Buenos días...- dije una voz demasiado conocida, y vio a Cristian entrar a la habitación. Por lo visto acababa de bañarse, llevaba el cabello mojado y ropa limpia. Se sintió un poco resentida por eso, se veía arrebatador y ella estaba acurrucada en la cama hecha un desastre.

-Buen día – contestó cohibida.

-Te traje ropa y te preparé el baño – dijo acercándose a ella.

-No es necesario...- contestó incómoda. La verdad era que no sabía cómo proceder y menos cuando ni siquiera podía levantarse o conservar algo de dignidad.

- Vamos Liz, un baño caliente te vendrá bien.

-¿De verdad piensas que dejaré que me ayudes?

-No hay nada que no haya visto...o tocado...-respondió provocador y Liz le lanzó una almohada, lo único que podía hacer.

-Vete...

-De acuerdo, pero el personal llegará en un rato ¿no te importa que te encuentren en mi cama? – le dijo y amagó con retirarse. Odiaba la idea de que la ayudara a darse un baño, de volver a ser una pobre y patética mujer después de lo sucedido entre ellos, pero más odiaba que fueran a encontrarla allí.

-Está bien, el baño, acepto – respondió casi en un gruñido y él apenas esbozó una sonrisa.

-Buena chica...- comentó acercándose a ella. Fue hasta su lado y se inclinó para levantarla en brazos tomándola con sábanas y todo- Agárrate fuerte, pelirroja – susurró y la llevó hasta el baño donde había preparado la tina con espuma y esencias aromáticas para ayudarla a relajarse.

Suavemente la depositó en el agua y dejó la sabana a un lado.

-Llámame cuando quieras salir, o si necesitas ayuda para lavarte el cabello, estaré afuera – dijo él con sobriedad girándose para salir.

-Cristhian - lo llamó ella y se acercó, arrodillándose junto a la tina.

-¿Qué necesitas pelirroja?

-¿Fue tu manera de convencerme para que haga la rehabilitación? – preguntó ella refiriéndose a la noche que habían pasado juntos y la expresión de él cambió, casi como si acabaran de darle un golpe físico.

-Piensa lo que quieras, de todas formas nunca has tenido muy buena opinión sobre mí...-contestó indiferente.

-Te equivocas, siempre tuve la mejor opinión. Eras el más inteligente, el más tenaz, capaz de volver realidad cualquier quimera, fuerte, confiable, leal , justo, tú lo eras todo...por eso no quise quedarme a ver en lo que te convertías...- susurró ella cobijada en el agua caliente, casi como si estar ahí le diera vía libre para decir lo que había guardado tanto tiempo.

-No quisiste quedarte- la contradijo Cristhian.

-Tú me echaste de tu lado – aclaró ella.

-Ya nada de eso importa. Y aquello en lo que me he convertido es mucho mejor que lo que era.

-No es verdad, ya no ríes, no de verdad. Has hecho cosas que van contra tu idea de justicia, y la revancha te ha costado demasiado cara, también te paseas con esas mujeres como si fueran trofeos, sin permitirte sentir nada...

Heridas de AmorWhere stories live. Discover now