Era un día especial para Scott. Se había despertado muy feliz ya que hoy iría a ver a su amada novia. No habían planeado nada, pero Scott le quería dar una sorpresa.
Se había vestido vastante elegante, más de lo normal ya que a su chica le gustaba verlo con traje y una buena loción.
Salió de su habitación y se encontró con Jean.
—¿A dónde vas Scott?
—Voy a ver a mi novia— dijo feliz.
—Ten cuidado Scott, ella no es una buena chica— le advirtió.
—No sabes lo que dices Jean. Llevamos 5 meses juntos y créeme que somos muy felices— no dejó que la chica dijera algo más y se marchó de allí.
Scott salió de la escuela/mansión y caminó por la calle hasta llegar a la casa de su amada.
La chica vivía sola, así que al llegar tocó la puerta un par de veces pero no recibió respuesta alguna. Decidió entrar. Estaba cerrado así que tuvo que forzar un poco la puerta.
Cuando entró, estaba todo en silencio, caminó hasta llegar a la habitación de su amada. Y allí estaba, sin embargo no de la manera que esperaba.
La chica estaba recostada sobre su cama con poca ropa y sobre ella estaba un chico sin playera, de cabello negro, con una bien formada espalda y únicamente vestido con un pantalón besandola.
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Scott tosio para llamar la atención de los chicos.
—¡Scott! No es lo que parece, ¿qué haces aquí?— dijo poniéndose de pie y vistiendose.
—Sabes... todos me decían que me alejara de ti, que no eras una buena persona para mí. Pero yo te amaba y no escuchaba a las otras personas, por que de verdad te amaba— sus ojos se cristalizaron.
—Scott, Perdóname, yo te amo, por favor no te vayas.
—Lo lamento, pero se acabó.
Scott salió de la habitación con lágrimas en los ojos y con el corazón hecho pedazos.
Estaba furioso y terminó destruyendo algunas cosas a su paso.
