S.O.S

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La puerta está cerrada, se ha metido dentro para llorar.

Me apoyo en la madera. Mi frente choca contra esa estúpida puerta.

Y yo también lloro.

Lloro.

Lloro.

Y lloro.

Porque me odio, por haberla hecho llorar.

¿Por qué tengo que ser tan gilipollas?

¿Por qué, aunque la ame, la daño inconscientemente?

Por eso, porque la amo.

Y tristemente, dañamos lo que más amamos. Y lo que mas amamos nos deja hechos mierda a la par.

Somos todos unos inservibles trozos de mierda.

Y, seamos sinceros, lo sabemos y no hacemos nada para cambiarlo.

Yo el que menos.

Me odio. Ella lo sabe. Ella sabe que me odio.

Ella es la encargada de recordarme que puedo ser amado.

Ella me demuestra cada día que por muy trozo de mierda que yo pueda llegar a ser, con tan solo una de sus sonrisas. Puedo sentir como me quiere.

Puedo ser algo o alguien importante. Sólo si ella me da el coraje para serlo...

-Pumpkin Pie...

No contesta, solloza más.

-Yo...lo siento, Mr. J. No quería que te enfadaras...

-Y no estoy enfadado, Harls...sabes que suelo ser agresivo.

No contesta, pero me da la impresión de que asiente con la cabeza.

-Tengo hambre... -susurra al cabo de unos minutos.

Largo una carcajada. Por dios...

-¿Qué quieres que te prepare?

-¿Tú..., cocinar para mi?

-Sí, haz el favor de quitar ese tono burlón de tu voz eh, que no es nada del otro mundo.

-¡Pero sí lo es! -exclama riendo-, oye, ¿podrías prepararme esas tostaditas con queso de cabra y mermelada de frambuesa?

-¿Las galletas redondas y saladas?

-Sip, pero no las que tienen hierbitas esas...si las como, comienzo a pensar en Ivy y me siento culpable por comerme a sus posibles amigos.

Sonrío y bajo la mirada.

-Vale...lo que sea por mantener a ese palo verde fuera de tus pensamientos.

Me levanto y camino hacia la salida, me apoyo en el marco de la puerta.

-No entiendo como puedes soportarme, Puddin'...

Frunzo el ceño y meto las manos en los bolsillos del pantalón.

-Fácil... De la misma forma que tu me soportas a mi, no matándome debido a que estamos enamorados...

-¿Estamos?

-Yo lo estoy, ¿tú?

-Sí, nunca pensé que tu fueras parte de esa frase.

-Pues, yo me considero parte. Ya era hora de que lo supieras...

Y salí de ahí, preguntandome dónde mierda iba a encontrar queso de cabra a estas horas...creo que tendré que secuestrar una.

A Beautiful MadnessWhere stories live. Discover now