—Me voy a entrenar afuera—dijo, saliendo de la casa rápidamente, dejando con una sonrisa de satisfacción a una azabache, esperando que esa situación se solucionara.

Mientras, Neji iba a toda velocidad en solo una dirección ¿tan mal está? ¿cómo estará? ¿el habrá pasado algo? Todas esas preguntas pasaban por la mente del castaño, esperando que sus teorías fueran erróneas.

En menos de diez minutos, llego a su destinido. Fuertemente, toco la puerta, esperando una respuesta pero no la obtuvo.

—¡Naruto, abre la puerta!—gritó, pero tampoco un señal de vida por parte del rubio—¡Naruto!—volvió a gritar, esta vez cayendo delante de la puerta, debido al cansancio—por favor, abre, solo para saber si estas bien—dijo con voz quebrada, dejando escapar un par de lágrimas.

Una horas después, entre suplicas y sollozos por parte del Hyuga, este decidió desistir. Cuando se disponía a marcharse, la puerta se abrió.

La luz de la Luna entraba por la ventana, iluminado la habitación revelando dos cuerpos que se estaban demostrando cuanto se amaban y demostrándose todo sus sentimientos.

—No sabes...mnhg...cuanto...te he echado...de menos—decía el rubio entre el apasionado beso que le estaba proporcionando el mayor.

Después de que Naruto abriera la puerta, Neji le explicó todo lo sucedido, en un principio no le creyó, pero el mayor consiguió convencerlo (N/A: Neji loquillo 7u7)

Tiempo FelizWhere stories live. Discover now