Trataba de alejar los recuerdos de su niñez, los momentos en los que era feliz con su familia. Pensó en su padre, en myungsoo. Su hermano menor. Él creía que estaba bien si ocultaba el hecho de haberse encontrado con su madre, creía que así lo estaba protegiendo de una gran decepción.





Nunca dijo nada, y estaba seguro de que era lo mejor.





Una mano tocó su hombro, la voz de aquella persona se escuchaba muy lejana pese a sólo tenerla a unos centímetros de él. Debía salir de ese trance, no quería perder los sentidos en recuerdos del pasado.





-¡Secretario Kim!  -movió su cabeza de un lado a otro, logrando reaccionar ante la enojada voz del jefe de equipo.- ¿qué ocurre contigo? Olvidalo no me interesa. Ve a la entrada, y verifica que todo este en orden. No queremos a ningún infiltrado que nos traiga problemas está noche.




-Pero el señor Nam requiere de mi presencia.




-Me ocupare de ello, ahora vete.




Tuvo que obedecer sin reclamar nada. Por un lado no parecía mala idea, así no podría ver a esa persona, aunque por otro lado quería estar cerca de WooHyun. No habían tenido tiempo de verse desde aquella noche, y siendo sinceros extrañaba un poco su cercanía.




Sólo un poco.




A medida que la noche avanzaba, la fiesta estaba a la mitad de su programación, podía oír la música clásica, murmullos y risas de los invitados a lo lejos. Contempló por un momento el oscuro cielo, las nubes cubrían casi por completo a la luna pero aún así su resplandor seguía intacto.




Cerró sus ojos dejando que la ligera brisa acariciaba su rostro.



El chillido de las llantas al frenar interrumpió su tranquilidad. Dirigió inmediatamente su mirada al auto deportivo rojo estacionado frente a él. Tanto los guardias como él se miraron confundidos, mientras el conductor salía del vehículo.



A simple vista parecia alguien importante, tal vez, era una celebridad. Tenía un aura de ese tipo, y su vestimenta informal lo delataba. Un chico alto, de cabello castaño, sus ojos cubierto por oscuras gafas, se acercó intentando ingresar al gran salón.



-Disculpe no puede pasar hasta confirmar su invitación -le dijo uno de los guardias tocando su hombro.



El chico le quito bruscamente la mano, limpiando la zona con cierta arrogancia. SungKyu frunció el ceño. El desconocido arreglo la chaqueta de cuero negro que tenía, y con cuidado retiró sus gafas.




-No necesito invitación. -su voz al igual que su actitud era molesta.



-No podemos dejarlo entrar sin confirmar su invitación -insistió el mismo guardia tomando una posición  firme.



Su compañero se posicionó a su lado para impedirle su ingreso. Él rió, la situación parecía divertirle mucho.



-¿Es así? -dijo entre risas. Enseguida desvío su mirada de los tipos para ver directamente a sungkyu.-. Tú, ¿eres el encargado de la lista, cierto?


El castaño se dirigió a sungkyu quedando a tan sólo unos pasos frente a él, lo suficiente para que sus ojos claros le llamarán la atención. Una sonrisa por parte del chico lo hizo cambiar su expresión. Suspiró cansado, bajando la mirada a la lista en sus manos.



-Su nombre.




-No creo que mi nombre importe, a menos que quieras saberlo por otro motivo. -sungkyu hizo una mueca disgustado por el atrevimiento del castaño.



Lo enfrentó con la mirada, haciendo que la otra persona riera por su expresión.



-Lee JongHyun.


Miró cuidadosamente el nombre del chico, y efectivamente se encontraba en la lista. Sungkyu asintió a los guardias, y ellos se hicieron a un lado. Jonghyun sonrió victorioso, y procedió a encaminarse al interior, no sin antes devolverle la mirada a sungkyu y dedicarle un guiño.



Su expresión total de desagrado le parecía graciosa. Satisfecho siguió su camino pasando desapercibido por las personas a su alrededor. Sungkyu no podía quedarse tranquilo, algo le decía que aquel chico le traería problemas.



Se disculpó con sus compañeros, e ingresó al lugar buscando desesperadamente al chico de ojos claros. No tardó mucho en encontrarlo, en realidad, no hizo falta ya que la voz del presidente  Cho resono en todo el salón.



-¡¿Qué crees que haces?! -sungkyu avanzó entre la multitud, sin despegar la vista de la espalda de jonghyun.


Ya un poco más de cerca fijó su mirada en la mujer con la cabeza agachada, y el vestido rojo con un gran mancha de vino sobre el. La seguridad apreso a jonghyun, quien deshizo el agarre rápidamente.



-Pero que torpe soy, ¿se encuentra bien?. Lamento haber arruinado su precioso vestido -el mayor quiso decirle algo pero su esposa lo detuvo-. Espero y sea tan amable en aceptar mis disculpas, madre.



Woohyun observaba la escena sorprendido, pero no tanto como la persona a su lado. Sintió un escalofrío cuando la mano de sungkyu se aferró al borde de su saco.



"Madre"  esa palabra resonaba una y otra vez en su cabeza.



En cualquier momento colapsaría, sino fuera por el calor, y la fuerza con la que woohyun tomó su mano. Sí, aquello pudo calmarlo por un momento, porque el dolor seguía intacto, y no se iría fácilmente.

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