Especial; You're my true beginning

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Dicen que una boda es uno de los acontecimientos más importantes en la vida de una pareja. En la que se prometen estar juntos por el resto de sus vidas y hasta después de esta, mientras se encuentran llenos de alegría y esperanza para su brillante futuro. 

—¡A la mierda todo esto!

O al menos eso pensaba mientras veía entretenido a la pelinegra pasearse por la habitación. 

—Recuérdame por qué estamos aquí—Murmuré entre risas hacia el samoano de pie cerca de la ventana, el cual dejó de apartar la cortinilla para dar una mirada a las afueras del lugar. 

—Paige necesita nuestro apoyo—Roman se acercó a mí, rodeando mi hombro con su brazo y apegándome a él con una sonrisa.—Aunque no nos vea, prometimos estar en su boda ¿recuerdas?

Una sonrisa danzó por mis labios en cuanto mis ojos se encontraron con los suyos, sintiendo que mi corazón saltaba a pesar de ser imposible. 

Pero nuestro trance se interrumpió ante las maldiciones y gruñidos por parte de la fémina. Volteamos hacia ella, encontrándola tal como hace más o menos una hora. 

Perdiendo la calma y paseándose a cada lado de la habitación con una bata de ceda cubriendo su cuerpo. 

—Creo que perderá la calma muy pronto—Susurró Roman. 

—Yep...

Nos quedamos en silencio una vez más, mientras que Paige se pasaba las manos por su rostro hasta finalmente enredar sus dedos entre las hebras de su cabello bicolor. 

—Maldición...—Se oyó entre dientes, antes de que la fémina cerrara con fuerza los ojos y volviera a pasearse sobre su lugar.—No puedo con esto...

Entonces unos golpecitos resonaron en la puerta de aquel vestidor, llamando la atención de la nerviosa novia y que sus manos por fin se alejaran de su cabello. 

—¿Sí?

—¿Paige? Soy Brie—Dijeron del otro lado, causando que la pelinegra soltase un suspiro notablemente aliviado. 

—P-Pasa—Logró balbucear, colocando una mano en su frente y encaminándose hacia la ventana en la que nosotros nos encontrábamos de pie. 

Paige dio una pequeña mirada exasperada a través de las cortinillas que Roman dejó a medio cerrar. Pareció ponerse más nerviosa, por lo que tragó con fuerza y con un bufido dejó caer la tela de entre sus dedos mientras la puerta se cerraba con suavidad. 

Aquella castaña de delgada figura cubierta por un vestido rojo ya se encontraba en el cuarto cuando la novia volteó, regalándole una pequeña y perpleja sonrisa ante la probable expresión en su rostro. 

—Hey, Brie—Saludé con una sonrisa, recibiendo tan solo una mirada de Roman. 

Él parecía aceptar el hecho de no ser escuchado o visto, mientras que por mi parte no importaba el tiempo que pasara. Seguía comportándome como siempre hice, y eso me hacía sentir muchísimo mejor de alguna manera. 

Brie dejó su pequeño bolso a juego con su vestido justo antes de que la pelinegra casi corriera hasta sus brazos y la enredara en un fuerte abrazo. 

—Wow...—Murmuró ella por la sorpresa, dejando que sus manos tocaran la espalda de su amiga luego de un par de segundos.— M-Me alegro también de verte.

Paige se separó de ella, dejando que las curvaturas alzadas en el rostro de la castaña bajaran lentamente. 

—¿Está todo bien, Paige? ¿Qué tienes?

Ghost of Love ||Ambreigns||Where stories live. Discover now