Planes de Emboscada

66 5 6
                                    

Elizabeth se despertó desconcertada por unos frenéticos golpes en su puerta. Sin preocuparle en lo más mínimo, se cubrió con el edredón dispuesta a volver a dormir,pero cuando los golpes sonaron de nuevo,no tuvo más remedio que olvidar por un momento sus planes de seguir durmiendo. Se levantó y tomó de su armario una bata de seda para cubrir su gran camisola de dormir,y mientras se dirigía a la puerta,con unas hábiles manos recogió su alborotado cabello en un improvisado moño por encima de su cabeza. Tomo el pomo de la puerta,que estaba frío como el demonio,y lo giró para encontrarse con que al otro lado no había nada,tan solo obscuridad, pues aunque era de día en el pasillo no había ventana que permitiera el paso de luz solar. Se quedó mirando por un momento el papel tapis de la pared de enfrente, como esperando que Cassie o cualquiera de las otras chicas se quitará de encima un hechizo de invisibilidad y se riera de ella mientras la señalaba con un dedo y un gesto burlón,pero cuando nada de eso sucedió, comenzó a temer que el cansancio de aquellos últimos días la estuviera volviendo loca de verdad. Con pasos lentos como de anciana,entró de nuevo en su habitación, colgó su bata en el armario y se escondió nuevamente bajo el cobijo de los edredones. En el momento en que cerró los ojos,los golpes en la puerta volvieron y esta ves la molestaron de verdad.

Tiró su edredón al suelo de un manotazo y,con un movimiento igual de agresivo de su otra mano,hizo que la puerta se abriera tan de golpe que choco con la pared interna de la habitación y casi se volvió a cerrar. Se hubiese vuelto a acostar de no ser por el rastro de una sombra que vio pasar en dirección a la escalera de latón que conducía a la cocina y la lavandería. Olvidándose por completo de su bata y del frío que pudiera estar haciendo afuera, saltó rápidamente de la cama y salió al pasillo, cerro su puerta y se lanzó hacia la escalera. Al llegar al inicio de la misma vio solo un rastro de la sombra que doblaba la curva y entraba en la cocina, debería darse prisa o el intruso encontraría la puerta trasera escondida y escaparía. Con el mayor sigilo del que era posible,para no alertar al intruso,Elizabeth colocó un pie en el primer escalón y comenzó a bajar lentamente pero sin pausa. Al llegar a la cocina se encontró con su primer problema;todo el lugar se hallaba en total penumbra, los hornos se le asemejaban a bizarras criaturas deformes mientras que las cucharas y cacerolas que colgaban sobre estos parecían unas especies de murciélagos que solo estaban esperando el momento justo para abalanzarse sobre ella...no le seria para nada difícil invocar en su mano una luz que la guiara hacia las lavanderías pero para mantener el factor sorpresa decidió arriesgarse y caminar a tientas en la oscuridad de la cocina.

Con sus manos delante de ella como una representación burlesca de una sonámbula fue caminando poco a poco. Al encontrarse con la mesa de madera que reposaba en el centro de la habitación se guió hacía la izquierda, el lado con menos utensilios de cocina,a partir de ahí fue caminando a pasos de bebé hasta que por fin encontró los tres escalones que la conducirían hasta la lavandería. Al llegar a su último destino en aquella alocada e improvisada persecución se alegró enormemente al notar que la lavandería estaba en total penumbra al igual que la cocina,lo que quería decir que la entrada no había sido descubierta. Forzando sus ojos pudo distinguir a medias en el extremo más alejado de la habitación,justo al lado de donde deberían estar los cestos de la ropa y la lavadora descompuesta,una figura encorvada que destacaba en la oscuridad...había logrado acorralar al intruso,ahora solo debería darle un buen susto y dejarle bien claro que ni a el ni a nadie le convenía entrar,como quiera que sea que lo hubo logrado,a una casa llena de brujas.

Comenzó a acercarse poco a poco hacía la figura encorvada,meditando cada paso y sintiendo como su corazón golpeaba violentamente sus costillas debido a la emoción. Cada ves estaba más cerca...mucho más cerca...sólo faltaban unos cuantos metros cuando una manos salió de la nada,la tomó con fuerza del hombro...y todo el lugar se llenó de una luz cegadora.

Una Historia De Vampiros Where stories live. Discover now