Capítulo Siete: Manos Traviesas

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DEREK

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DEREK

Permito que el agua fría recorra mi cuerpo unos segundos más, esperando que aquello haya sido suficiente para calmar mi evidente deseo por ella. Muerdo mi labio inferior al ver mis manos, recordando sus pequeños pechos llenando mis palmas. Me ha sorprendido en cada uno de los aspectos posibles, y ella aquello lo sabe demasiado bien. Una vez que me encuentro tranquilo, salgo del baño y voy hacia mi habitación.

—¿Qué te pasó? —pregunta Seth, refiriéndose a mi húmedo cabello.

—Hace demasiado calor, tenía que bañarme o morir —digo, sabiendo que es la peor excusa que he podido darle, pero no puedo pensar con claridad ahora cuando lo único que hay en mi mente son sus labios provocando aquellos sonidos los cuales...

Abro ligeramente los ojos al comenzar a notar una erección volver a formarse dentro de la ligera tela de mis calzoncillos, los cuales no serán lo suficiente para cubrir mis pensamientos impuros. Sin pensarlo más me tiro en la cama, protegiéndome de la cintura para abajo con ayuda de las mantas. Mis amigos continúan mirándome algo confundidos.

—Chicos, quiero ir a dormir. —Bien, aquello los confunde mucho más —. No me estoy sintiendo bien.

—Está bien —dice Patch con cautela —. Te vemos mañana.

Doy un aplauso, provocando que las luces se apaguen completamente en mi habitación. Me echo en la cama tratando de pensar en todo menos lo que ha sucedido en la cocina hace unos minutos. Trato de pensar en mis canciones, y en que debo de escribir otras nuevas. Pero no importa en cuantas cosas piense, solamente puedo recordarla a ella mirándome de aquella manera, pidiéndome miles de cosas con su mirada, esas las cuales su boca no se atreve a decirme.

Llega un momento en el cual no puedo dormir por más que quiera cerrar los ojos, la presión en mis pantalones me lo hace casi imposible porque es un recordatorio, una vivida imagen de lo malditamente bueno que se sintió poder apreciar cómo mi cuerpo encaja de maravilla entre sus piernas.

Mi móvil vibra en la mesa de noche, así que estiro la mano pensando en que no me queda de otra más que volver a entrar a la ducha. Gruño al ver que es un mensaje de ella, al parecer, ella tampoco puede dormir después de lo sucedido entre nosotros.

Claudia: No puedo dormir.

Le respondo que yo también me encuentro de la misma manera gracias a ella y a su maldito, pero al mismo tiempo bendito, cuerpo. Siento que me he causado un daño en mi labio inferior de tanto morderlo, debido a que lo único en lo que estoy pensando es en la sensibilidad que tiene en sus pechos. Joder, tenía que tener una debilidad con su busto, simplemente genial.

Derek: La puerta de mi habitación está completamente abierta para ti.

Dejo el móvil a un lado cuando veo que ha leído mi mensaje, pero debe de haberse quedado sin palabras ya que no responde. Estoy por dejarme caer en las manos de un sueño doloroso cuando escucho la puerta de mi habitación abrirse, para luego sentir como el colchón se hunde detrás de mí.

Dangerous Woman ©Where stories live. Discover now