Capítulo Veinticuatro: Declaración

2.1K 150 27
                                    

DEREK

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

DEREK

Tomo su rostro entre mis manos, acercando mi frente a la suya. Mis labios acarician los suyos, haciendo más larga la espera de juntarlos, y cuando por fin lo hacen, se reclaman en un beso lleno de desesperación. Puedo sentir su cuerpo tensarse en sorpresa cuando mi lengua acaricia la suya, ya que no esperaba para nada este tipo de acción de mi parte.

—Corte —grita el director, a lo que me alejo de ella ofreciéndole una pequeña sonrisa a pesar de que no me interesa en lo absoluto —. Derek, empezamos a grabar en quince minutos.

Asiento sin decir nada más y camino hacia mi camerino, cerrando la puerta detrás de mí. Me siento en el sofá y enciendo uno de los cigarros después de mucho tiempo, dando largas y profundas caladas, el humo provocando un poco de alivio a pesar de todo.

—Esto está mal —me dice mi mejor amiga cuando entra, quitándome el cigarro de entre los dientes. Lo tira por la ventana, sacándome un bufido —. No puedes dejar que tu vida se acabe por completo cuando hay miles de personas dependiendo de ti —me dice mirándome a los ojos. Entonces se acerca más a mi rostro, abriéndolos ligeramente —. ¿Qué demonios...? —Se acerca a la mesa y toma el pequeño frasco que me regaló un amigo.

Simplemente miro a la nada, mi boca ligeramente abierta mientras humedezco mis labios con mi lengua. No me importa joder, no me importa lo que ninguno de ellos piense de mí. Yo soy esta persona, ¿no es así? Este es mi verdadero ser y soy toda esa porquería de persona la cual la prensa ha mostrado al mundo desde hace semanas, ¿verdad?

—¿Por qué, Derek? Habías estado muy bien —sus grandes ojos cafés se llenan de lágrimas —. Prometiste...

—Yo no he prometido ni una mierda —espeto entre dientes, demasiado brusco —. Porque soy esa persona que todo el mundo dice, Kilian, ¿recién te das cuenta? Soy esa porquería de hombre el cual engañó a su novia con la primera falda que se me abalanzó encima —le ofrezco una sonrisa llena de sarcasmo —. No me importa ni una mierda lo que todos ustedes piensen.

—¿A sí? No te importa ni un poco los pequeños niños que te admiran, que desean ser como tú algún día —Suelto un gruñido, levantándome del sofá —. ¡Nos prometiste que jamás volverías a consumir drogas, Derek! ¡Has estado más de cuatro años sin ello, no tienes que recurrirle de nuevo!

—¡Vete a la mierda, Kilian! —Eso la deja en su lugar hecha un frío bloque de hielo, varias lágrimas cayendo por sus mejillas —. ¡Ahora si te acuerdas de mí, y de que soy tu mejor amigo! ¡Pero cuando yo me encontraba hecho una miera hace semanas, tú estabas ahí con ella!

—¡Porque tú la engañaste! ¡Tú no fuiste lo suficientemente hombre como para merecerla! —grita hecha una furia —. ¡Y sí, lo siento! ¡Pero no me pidas que me quede aquí viéndote regresar a esa vida como si no me afectase! ¡Yo te quiero, Derek demasiado! ¡Me duele verte así! ¡Me duele ver a tus padres preocupados y llorando por ti!

Dangerous Woman ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora