Dangerous Woman ©

Capítulo Quince: Mía

DEREK

Cuando veo su espalda desnuda, un sonido grueso sale desde el fondo de mi garganta. El deseo está más que presente en mi mirada, pero no quiero presionarla a hacer algo que no quiere. Después de dejar unos cuantos besos en la parte que tengo al frente, le explico que la esperaré hasta que se sienta lista para dar este paso conmigo. Me alejo un poco de ella para que no sienta mi deseo. Cuando veo que se duerme, salgo de la cama y entro a la ducha para darme un baño de agua fría. Después de salir del servicio, me la encuentro despierta, mirándome de pies a cabeza.

Verla así me hace imaginarme varias cosas, las cuales hacen que aquella parte de mi cuerpo comience a reaccionar. Muerdo mi labio inferior con fuerza y me volteo para no verla, tratando de no recordar aquellos bellos pechos que sé que posee.

—¿Sucede algo? —Su voz es inocente, mostrándome que no sabe nada de lo que me está haciendo sentir en estos momentos.

—Sí. —Mi voz sale más ronca de lo normal, a lo que maldigo mentalmente —. Voy a bañarme de nuevo.

—¿Otra vez?

—Sí, lo necesito. —Vuelvo a entrar al baño y no salgo de él por varios minutos, los cuales se me hacen eternos.

Esta vez me la encuentro dormida, hecha una pequeña bolita en medio de la gran cama de dos plazas. Sonrío mientras las gotas de agua caen al suelo debido a mi cabello. Me quito la toalla, rompiendo la barrera entre mi desnudez y su vista, la cual está cerrada debido a que está durmiendo. Camino hacia mi armario y saco un bóxer, el cual me lo pongo rápidamente. Me seco mi cabello con la toalla mientras que mis ojos siguen mirándola atentamente.

No me percato que es de día hasta que Claudia me despierta con un abrazo. Río al igual que ella, mientras que siento sus labios sobre mi mejilla izquierda. Me pregunto qué sería poder congelar este momento y vivir en él para siempre, solo nosotros dos. Me encantaría poder estar así con ella sin que nada ni nadie nos interrumpiera. La amo, más de lo que se imagina, y haré de todo para que siempre sea feliz a mi lado.

Cuando me levanto de la cama para hacernos el desayuno, ella decide ayudarme. Nuestra cocina termina llena de risas y bromas, las cuales hacen que mi felicidad empiece a crecer. De seguro Andrew le ha demostrado mucho más amor del que yo le estoy entregando, pero, ¿cómo puedes entender algo que jamás has sabido tener? Mi móvil comienza a sonar y veo que es Patch quien me está llamando. Contesto y lo primero que escucho son sus sollozos, lo cual me hace abrir los ojos.

—Ayúdame, Derek —es lo primero que dice —. Por favor no me dejes solo.

—¿Patch? ¿Qué sucede, por qué lloras? —pregunto, preocupado.

—¡Por ella, joder! ¡Es sola y únicamente por ella! —Me tenso cuando capto de quién habla —. ¡La odio!

—Cálmate, respira —le pido, a lo que él hace lo que le ordeno —. Dime dónde estás.