28. Perdón.

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Capítulo 28: "Perdón"

Emma.

Miré a Camelia con los ojos y boca abierta.

—¿¡No se te pudo ocurrir una mejor idea!? ¿Embarazada yo? ¡Por favor!

Estaba alegre, nerviosa, con ganas de llorar, todo eso al mismo tiempo. La gente se levanto de sus asientos alegando que había sido una perdida de tiempo venir, que eran unos hipócritas y miles de cosas más. Hasta que sacarían todas sus acciones de la Empresa Adams. Algunos reían del espectáculo, otros simplemente se iban con cara de culo.

—¡No me culpes a mí! ¡Fue toda idea de Nick!

Nick ese infeliz. No pudo utilizar las pocas neuronas que tiene en un plan mejor y menos escandaloso.

—Es un idiota rematado —gruñí— Lo odio.

—No te hagas la enfadada, que no te queda. Sé que tu Emma interior está saltando en una pata —sonreí. Ella estiraba su cuello para poder mirar por sobre la multitud— Emma, es mejor que nos vayamos de aquí. Sky viene como una desquiciada hacia acá.

En efecto. Sky trataba de empujar a la gente de su camino, su cara estaba negra, a causa de las lágrimas que habían corrido su maquillaje.

—¡Corre, corre! ¡Vámonos! —grité y empujé a Camelia.

Correr con tacos de aguja en la piedra era difícil, porque mis pies se doblaban. Me detuve y trataba de sacármelos. Miré hacia atrás y venía Sky, un poco más rezagado, corría Nick, que la tomó de la cintura, la levantó del suelo y se la llevó a otro lugar. Sólo podía escuchar sus gritos.

—Malditos zapatos.

—¡Corre como el viento, Emma Chase! —escuché que gritaba a distancia a Camelia. Cuando ya tenía en la mano mis zapatos, eché a correr. Las piedras hacían un leve dolor en la planta de mis pies.

—¿Qué haces citando a Woody? ¿Y por qué no ha entrado al auto? ¡Sube! —grité.

—Dominik se ha quedado dormido con los auriculares puestos y me es imposible despertarlo.

—Maldición ¿Todo tiene que salir mal hoy día? ¡Lo sabía, este era el presentimiento!

—¿Crees que ese escándalo que montó tu amiga es malo?

Un escalofrío recorrió mi espalda y muchas sensaciones invadieron mi cuerpo. Me giré lentamente. Frente a mí se encontraba ese hombre.

—Nick... —susurré.

—Camelia eres lo máximo —le dio un leve abrazo— Y dile al estúpido de Dominik que termine con su teatrito.

La puerta del auto se abrió de golpe y salió Dominik con una sonrisa.

—¡Qué disfruten su tarde! —dijo esto y se fue junto con su hermana, dejando un ligero polvo en el ambiente, cuando el auto arrancó.

—Espera, espera... estoy tratando de procesar esta información ¿Camelia siempre estuvo de tu lado junto con Dominik —asintió— Esos dos me la van a pagar... todo esto fue idea tuya —asintió victorioso— Te odio ¿sabes? Y mucho.

Se acerca a mí.

—Esa es una vil patraña. Me deseas.

Frunzo el ceño. Me acerco un paso hacia él y estamos peligrosamente cerca.

—Tu nunca cambias, siempre tu ego por delante y después los demás ¿Quién te crees que eres? Pusiste en riesgo la vida de Camelia ¿viste como estaba?

—Nick Donovan y si, siempre supe cómo estaba, nunca perdí el contacto con ella, así como tu lo hiciste —dice con las manos en sus bolsillos, como si hubiese ganado la pelea— Su padre en estos momentos debe estar tras las rejas —dice, mirando el reloj en su muñeca.

¡No Entres Ahí! [1° TEMPORADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora