10. Mi Padre.

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Capítulo 10: "Mi padre".

Emma.

A fin de cuentas, acepté de igual manera la propuesta que me había hecho Cooper; ser su novia de mentira. Después de tanto drama en mi vida, tendría un poco de aventura, aunque sea mentira, quizás podría traerme problemas en un futuro, pero créanme, en estos momentos poco me importaba. Además, Cooper de apoco se estaba convirtiendo en mi amigo y varias veces me había salvado el culo, junto con Sky cuando nos escapábamos al no entrar a clases. Y ella, después que saliera corriendo como loca del comedor, no me la había encontrado en ninguna otra clase, fue como si la tragara la tierra.

No sé por qué desde el beso que me di con Cooper me había incomodado tanto, además me recordaba a Nick en cada momento, cualquier cosa me recordaba a él, una pareja en el parque, un perro rabioso, hasta el mosquito molesto que se posó en el parabrisas del auto.

Cooper estaciona su auto frente a mi casa. El auto venía en completo silencio.

—Lo siento Emma, no quería que te sintieras incomoda con ese beso —me mira, disculpándose— Muchas gracias por ayudar a Coopercito.

Me pongo a reír.

—De nada Coopercito —le doy palmaditas en el hombro— Solo espero que para la próxima me avises, me encontraste desprevenida.

—Sé que no fue buena idea ese beso, al menos fue creíble —vuelve a poner el motor en marcha— Ya lo sabes, si me necesitas para cualquier cosa, aquí estoy para ti.

— ¿Aunque sea una travesura? —pregunto, achicando mis ojos y sacándome el cinturón de seguridad.

—Lo que sea Emma —hace el cambio y el motor ruge. Esa es señal de bajarme, pero como siempre a mí se me ocurren algunas ideas medias locas. A mamá le encantaría tener otro invitado en la casa y más si es Cooper, a esta hora debería haber regresado de su trabajo.

Antes de abrir la puerta lo miro.

—Coopercito ¿Qué dices si te quedas a cenar? —su mano queda suspendida en aire, antes de tomar el manubrio.

—No lo sé...

— ¡Vamos! Di que sí.

— ¿Recuerdas la última vez que pisé tu casa?, casi quedo sin cabello por culpa de Mark y Nick.

Ah sí. Cooper tenía el paso prohibido en mi casa, por dos de los hombres. Según Mark, fue porque mi amigo se estaba pasando de listo conmigo y eso fue porque yo estaba sacando un libro de una repisa muy alta en mi habitación, como soy torpe, mi pie se torció y Cooper me alcanzó a tomar antes de que mi cabeza se golpeara contra el suelo, pero por más que repetía esa historia, el ogro de Mark y Nick no me creyeron una sola palabra y echaron a patas, no se lo tomen literal, a mi amigo de la casa.

—Eso fue —quedo pensativa— Hace más o menos un año atrás Cooper, debes superarlo, además ahora serás mi invitado a la cena y nadie te echará de mi casa sin mi permiso —saco las llaves del contacto— Sin que yo se lo pida, claro. Ahora nos bajaremos del auto y ayudaremos a mi madre en lo que sea necesario ¿de acuerdo?

Refunfuñando se baja del auto y lo sigo, tendría sus llaves escondidas en mi lo que restara la tarde, así no tendría ninguna escapatoria.

Mi casa se veía solitaria, salvo por la columna de humo que salía del patio trasero.

— ¡Se incendia la casa! —exclama Cooper devolviéndose. Yo lo tomo de su ropa y pongo a mi lado.

Mi vista se fue hacia la casa de al lado, ahí estaba la vecina con quien jugaba cuando niña y miraba con el ceño fruncido hacia nuestra dirección. Creo que su nombre tiene relación con comida o flores.

¡No Entres Ahí! [1° TEMPORADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora