27. ¡Yo me opongo!

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Capítulo 27: "¡Yo me opongo!"

Emma.

Después de unos cuantos llantos, perdones y abrazos, Camelia me contó que ya tenia todo listo antes de que ocurriera lo de su padre, si es que se podía llamar así. Cuando tuvimos la última conversación ella compro vestidos para la ocasión, eran muy simples pero bonitos. El mío era largo de tirantes, color turqués, según ella combinaban con el color de mis ojos y un sutil tajo en la pierna izquierda. El de ella era un poco mas corto, color rojo brillante, tenía un escote en la espalda y por último nuestros zapatos de tacón. Nos volvemos a ver zapatanques.

A decir verdad, me sentía cómoda vestida de esa manera, mas que la vez cuando Sky me vistió.

—Solo lo falta el maquillaje, Emma —dijo Camelia, examinando mi cara— No hay nada que el maquillaje no pueda ocultar. Tus ojeras son peores que las mías, así que...

—No soy muy fan del maquillaje —hice una mueca de desagrado— Pero la ocasión lo amerita.

—Así se habla —ella comenzó a buscar entre sus cosas— Sera algo sutil, nada extravagante. Palabra de amiga.

Asentí y dejé que ella hiciera la magia sobre mi cara. Camelia puso una cara de satisfacción cuando termino, que nunca se la había visto.

—¿Tan fea me veo? —pregunté.

—Tss, todo lo contrario —ella me entrega un espejo— Estas hermosa. No te ha crecido un ercer ojo todavía.

Dominik soltó una carcajada detrás de mi.

—Más te vale —era otra Emma Chase. Ojeras fuera, tenia un poco mas de color en mis mejillas y el brillo labial me hacía sentir linda.

Camelia me miraba muy entusiasmada.

—Acabo de recordar algo —se levanta de su cama— Si mis cálculos son correctos... Emma Chase en una semana más será mayor de edad ¿o me equivoco?

Mierda, mi cumpleaños, lo había olvidado por completo. Estaba nerviosa, ya seria una adulta, el próximo año entraría a la universidad. sentí nuevamente el balde de agua fría sobre mi cuerpo y todavía no sabía que estudiar.

—Tengo miedo de cumplir 18 —le dije mordiendo mi labio— Estoy a un paso de ser casi una adulta y eso me asusta. Quisiera quedarme con 17 por toda la vida.

—Aunque no lo queramos, así es el ciclo de la vida... —comenta Dominik— Creces, estudias, trabajas, te enamoras, te casas, tienes una familia, te mueres. Suena feo, pero así es la vida.

—Ni que fuéramos Peter Pan en la tierra de Nunca Jamás —reímos— Hay que tener los pies en la tierra querida Emma, si no estamos jodidas.

—Ojalá todo esto fuera un maldito sueño. De esos que despiertas y ves que eres una niña pequeña y que tu madre está durmiendo a tu lado, después de leer tu cuento favorito. Así, todo sería más fácil.

Me levanto y me miro en el espejo de cuerpo entero que tiene Camelia en su habitación. Ella me mira a través del espejo.

—Tu tranquila —estira sus brazos y deposita una caja diminuta sobre mis manos— Ábrela.

Lo hago, dentro de la caja hay un collar hermoso, dorado. La miro sorprendida, es uno de los regalos mas lindos que he recibido.

—Es mi inicial —susurro, lo tomo entre mis dedos. La letra E esta sobre un pequeño circulo con perlas brillantes, es tan delicado que lo hacer ser perfecto— Lo amo.

—¿Te gustó? —pregunta ella.

—Me encantó —la abrazo— Muchas gracias Camelia, no sabes cuanto lo cuidaré

¡No Entres Ahí! [1° TEMPORADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora