Capítulo 8: Me miraría al espejo y...

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Leo se sacó un par de llaves del bolsillo y comenzó a abrir la puerta.


-¿De dónde las has sacado?- pregunté.


-Digamos que se las he cogido prestadas al conserje. Las tendrá de vuelta antes de que se acabe el descanso.


Pasamos a través de la puerta de cristal y me encontré con un gran balcón. Miraras donde miraras el balcón no terminaba, me acerqué a la barandilla seguida de Leo y enseguida una sonrisa enorme me apareció en el rostro. 

Se podía contemplar gran parte del barrio y estábamos tan altos que aseguraría con total certeza que casi podíamos tocar las nubes. 


-Increíble ¿verdad?


-¿Increíble? ¿sólo? ¡esto es más que increíble, no hay palabras para describirlo!- grité con emoción antes de sonrojarme levemente por mis tonterías. Seguro que para él esto no era para tanto- es decir, he estado en sitios más altos por supuesto. Pero... es bonito.


Y mi vista volvió a contemplar aquella maravilla que tenía ante mí. Entonces Leo soltó una carcajada:


-Tranquila torpedo. A mi también me parece que es increíble y no pasa nada por decirlo.- el chico caminó hacia la puerta y dijo- será mejor que vayamos bajando, no queda mucho para que el descanso se acabe y tengo que devolverle esto a Pitt.


-¿Pitt? ¿Con que eres amigo del conserje no?- contesté mientras salíamos del inmenso balcón.


-Sí, bueno. Somos... unos buenos conocidos- respondió encogiéndose de hombros.


Llegamos por fin al patio tras devolverle las llaves al conserje antes de que las echara en falta y la campana sonó justo a tiempo. Había que volver a clase.


Según Leo no tendríamos que estar mucho tiempo puesto que era el primer día. Y era cierto. Sólo conocimos a los profesores y a los alumnos con los que estaríamos en las clases.


Genial, más nombres que aprender.


Desgraciadamente sólo tenía un par de clases con Luce y Leo. Emma estaría conmigo en historia del arte al igual que Liv y Mackenzie, otra chica Parnell que había estado estos días en casa de una amiga.

Después tenía biología con Jo, Garret, Maggie y Nate; y por último Matemáticas con Luce, Rosie, Leo y el tal Josh.

Por este día sólo nos habían dado esas clases y la verdad que lo agradecía. Mi cerebro no estaba acostumbrado a llenarse de tanta información en tan poco tiempo.


Todos los estudiantes salimos deseosos de terminar y de llegar a casa, divisé a lo lejos la limusina y justo cuando comencé a caminar hacia mi destino alguien me puso una mano sobre el hombro.


-¿Enserio ya piensas irte cuando no hemos podido hablar en todo el día?


Me giré y me encontré de frente a Nate con su típica sonrisa.


-¿Y qué esperabas que hiciera? No iba a ir detrás de ti todo el tiempo.


-Con un simple 'hola' habría bastado- se encogió de hombros.


-Hola, Nate. ¿Contento?


-Lo estaría pero me falta algo.- me crucé de brazos esperando oír lo que tenía que decir- Esta noche Tyler Phipps da una fiesta en su casa.


-¿Es el primer día de clase y ya habéis organizado una fiesta?


-No. Hemos organizado una fiesta porque es el primer día de clase ¿qué dices?- sonrió orgulloso.


-Nate no se cuál es la casa de Tyler y... ¡ni si quiera se quién es Tyler!


-Está en un curso más que el nuestro, y sus padres llevan una de las empresas mas famosas de California. Te va a caer genial. Sobre el tema del lugar yo puedo llevarte.- señaló una Harley Davidson negra aparcada a centímetros de nosotros.


-Ni hablar. No pienso subirme en ese cacharro- se me escapó una risa.


-¿A caso tienes miedo?- se acercó peligrosamente a mí sin dejar de mirarme a los ojos consiguiendo que me pusiera nerviosa y apartara la vista hacia mis zapatos.


-Pues claro que no.


-¡Genial! Te espero en tu casa a las 21:00- Y dicho esto se puso el casco, se subió a la moto y despegó dejándome con la palabra en la boca.


Genial. No llevaba ni dos días y ya les iba a tener que pedir que me dejaran ir a una fiesta de la cuál no conocía ni al anfitrión, ni el lugar y encima iba a ir subida en la moto de al primer extraño que había conocido al llegar que resultaba ser mi vecino.

¿Si era una fiesta de niños ricos tendría que llevar un vestido y tacones? Un momento... ¡¿De verdad me estoy preocupando por la ropa?! 

Llevaba menos de 48 horas aquí y ya estaba pensando en que voy a llevar puesto esta noche. Para cuando acabe el año... ¡¿En qué me habré convertido?!


Y durante el viaje estuve aislada de todo ruido posible pensando en esto y aquello. Pensando si a finales de año me miraría al espejo y ya no vería a la misma Tori de siempre. La misma que odiaba usar vestidos y zapatos caros. Por supuesto que no volvería a ser la misma.


Y entonces me propuse un reto. A finales de año me miraría al espejo y recordaría este momento.




Adoptada Por Los ParnellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora