XVIII

786 71 9
                                    

Mi expresión en blanco desapareció al cabo de unos segundos convirtiéndose en una de enojo.

-¿Qué haces aquí? -fue lo primero que salió.

-Debería ser yo quien pregunta, soy tu padre.

-¿Ah sí? -me burlé sin poder evitarlo- Mamá y yo estamos mejor sin ti así que deja de darte crédito.

-Eres el mismo adolescente idiota que eras antes, dime ¿Aún se te da lo de atropellar gente? Chico idiota -escupió con la indiferencia característica de él.

-Ni siquiera estabas aquí, no tienes derecho de hablar.

-Tengo todo el derecho de hacer lo que quiera mocoso, soy tu padre.

-Como sea ¿Vas a responder mi pregunta o qué?

-No me hables así, parece que olvidaste quién manda -amenazó.

-Nunca mandaste a nadie realmente ¿Qué sabes de mí además de mi nombre?

Pude sentir su mirada cargada de varios sentimientos, sin embargo, me mantuve firme.

-Estaré afuera, date prisa al salir, iremos a casa.

-Vete a la mierda.

No habían pasado ni siquiera cinco segundos cuando mi rostro golpeó la pequeña cama en la que había despertado, sentía una de sus manos haciendo presión sobre la parte trasera de mi cráneo para mantener mi cara de esa manera. Mi sangre se calentó de inmediato y empujé hacia atrás con todas mis fuerzas, me reincorporé de inmediato y lo miré lleno de furia. 

-No soy más un niño al que puedes hacer mierda cuando te dé la puta gana -gruñí-. No te molestes en ir a casa, estás vetado de allí desde que te fuiste.

Hubo una pausa, tuve que apretar mis puños con fuerza para contenerme de golpearlo allí mismo, él sólo me miraba como si fuera un completo extraño.

-Tienes suerte de que estemos en un hospital -dije en un susurro antes de abandonar la habitación y salir caminando como alma que lleva el diablo pasando a enfermeras y personal que me miraban como si fuera un asesino.

Una vez afuera suspiré frustrado e hice más presión en mis manos, necesitaba calmarme antes de arremeter contra lo primero que tuviera enfrente, tallé mi cara como si quisiera borrar algo de ella con desesperación y me pasé las manos por el cabello una y otra vez antes de gritar. Me hinqué en el suelo por unos segundos y solté un golpe contra el pavimento debajo mío antes de ponerme de pie y correr como un maldito demente lejos de todo.

No estaba yendo a casa, ni al restaurante o a casa de alguno de mis amigos, simplemente corría sintiendo mis piernas cansadas con el pasar del tiempo, llegué a una parte alejada en el bosque que había por los alrededores y me dejé caer contra un árbol, mi pecho subía y bajaba con fuerza pero no me sentía agotado, permanecí así un buen rato hasta que mi respiración se calmó y mi ritmo cardíaco volvió a la normalidad.

Era de noche para cuando volvía a casa a paso lento, había tenido un día demasiado agotador desde mi encuentro con Wonbin, desearía volver a ser el viejo yo, el Min YoonGi que tenía una vida tranquila y aburrida, extrañaba tanto esos días en que mi más grande preocupación eran las carreras con mis amigos ¿En qué momento cambió todo eso? 

El accidente con TaeYeon fue una cosa, una de esas que te golpean con tanta fuerza que incluso ahora me afecta como si acabase de ocurrir... no se va, no va a irse nunca estoy más que seguro de eso ahora. Sin embargo, aún con todo ese horror después del accidente solía vivir tranquilamente, al menos de mejor manera que ahora, desde hace unos meses atrás mi vida ha sido problema tras problema, peleas, hospital, drama y dolores de cabeza para mi madre, ya ni siquiera la veo como antes.

I NEED U ➳	SUGAWhere stories live. Discover now