Capítulo 4

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DAN

Me despierto tarde. El despertador no ha sonado y prometí a mi padre estar en el taller hace dos horas. Me visto rápidamente y voy. Al menos no está muy lejos de nuestra casa y tardo sólo cinco minutos en llegar.

- ¡Buenos días, Bella Durmiente!- me dice mi padre cuando me ve entrar.

- Lo siento, me tenías que haber despertado- le digo quitándome el abrigo.

- Es igual- me dice metiéndose bajo un coche.

- ¿En qué necesitas que te ayude?- le pregunto.

- Ve pasándome las herramientas- dice y me sitúo de rodillas en la parte delantera del coche.- ¿Qué tal anoche con Mila?

- Bien, papá- le digo sin entrar en detalles.

- La podrías traer algún día a casa a cenar.

- Está muy liada, ya te lo dije- le digo agobiado.

- ¿No puede hacer un hueco para cenar con su suegro?

- Ya se lo preguntaré.

De pronto el teléfono de la oficina suena y mi padre sale rápidamente de debajo del coche para ir a contestar.

Me duele mentir a mi padre sobre mi relación con Mila pero sé que es lo mejor. Mi relación con mi padre es muy estrecha y temo contarle la verdad por miedo a su rechazo. No creo que pudiese soportar que nos distanciásemos.

- Dan, me tienes que hacer un favor- me dice viniendo hacia donde estoy yo.

- ¿Cuál?

- Ha llamado Joel.

- ¿El encargado de las grúas de la ciudad?- pregunto.

- El mismo- me dice.- Su hija se ha puesto enferma y no la puede dejar sola. Ha recibido una llamada de alguien al cual su coche le ha dejado tirado en medio de la autovía y me ha pedido el favor de ir a buscarle yo pero no puedo ir ahora, tengo que tener este coche,- señala el auto que estaba arreglando antes de la llamada de Joel,- para esta tarde. ¿Podrías ir con nuestra grúa a buscarle y traerle hasta aquí?

•••

Conduzco hacia donde mi padre me dijo que estaba el vehículo averiado. Voy atento buscando el coche y a veinte kilómetros, en el arcén derecho lo veo parado y junto a él un chico joven.

Me detengo detrás de él y bajo de la grúa. De repente noto ese extraño olor que sentí anoche. Alzo mi cabeza y le veo.

ANDREW

Me dirijo hacia la casa de mis padres; les prometí que hoy iría a verlos. A medio camino mi coche hace ruidos raros.

- No, no, no- murmuro cuando comienza a disminuir su velocidad.

Me echo a un lado de la carretera y el coche termina parándose por completo. Bajo, abro el capó y una gran humareda choca contra mi cara. ¡Mierda! Espero que no sea del motor.

Llamo a la grúa y me dice que hoy está cerrada pero que intentará llamar a alguien para que me venga a buscar. Los poco minutos vuelve a llamarne diciéndome que alguien ya estaba de camino. Se lo agradecí y colgué. Espero sentado sobre el quitamiedos durante media. Cuando ya estaba empezando a pensar que se habían olvidado de mí, una pequeña grúa aparca detrás de mi coche. De ella se baja un chico joven que al verme se queda parado en el sitio. De nuevo vuelve a mí ese olor tan maravilloso.

Es él, ¡por fin lo encontré!

Sonrío lo máximo que da de sí mi cara. ¡Encima es impresionante! Es rubio, alto, con un cuerpo atlético y sexy hasta decir basta, muy atractivo. Pero lo que más llama mi atención son sus ojos. Son los ojos más bonitos que nunca antes haya visto. No me cansaré nunca de despertarme por la mañana y verlos.

Cuando está casi a mi altura, creo que mi corazón se va a salir del pecho.

- ¿Cuál es el problema?- me dice pasando de largo por mi lado.

Yo me quedo quieto en el sitio con la boca medio abierta. ¿Él no ha sentido lo mismo que yo? Imposible, su reacción le delató.

Al no recibir respuesta de mi parte, mira en la parte delantera y hace una mueca.

- Creo que puede ser el motor- murmura.- Si es eso, ya sabes que poco arreglo tiene- me dice y me quedo en shock.

Es la primera vez que me mira directamente a los ojos y me ha dejado sin respiración. Aparta rápidamente la mirada y baja el capó. Vuelve a la grúa y engancha mi coche a ella. Cuando lo ha hecho se monta y enciende el motor. Al ver que se va a marchar reacciono al fin.

- ¡Oye! ¿Y qué hago yo?- él da un largo suspiro.

- Monta, te llevaré al taller- dice y lo hago.

Subo y pone en marcha el auto. Yo le miro de reojo disimuladamente. ¿Qué le ocurre? Conduce tenso sin desviar lo más mínimo su mirada de la carretera. Hemos llegado hasta el pueblo y aún no me ha dirigido la palabra.

Se acabó. ¡no puedo más con esto!

Alcanzo el freno de mano, tiro de él hacia arriba y las ruedas del coche se detienen chirriando hasta que paramos por completo.

- ¿Qué mierdas haces? ¡Nos podíamos haber matado!- me grita histérico y yo ruedo mis ojos.

- No dramatices que tampoco íbamos tan rápido- él se baja del coche y yo le imito.

Coloca ambas manos en sus caderas y respira hondo.

- ¿No piensas decirme nada?- le digo y él ni siquiera me mira.- ¡Sé que sientes lo mismo que yo! Por mucho que te empeñes en negarlo, lo sabes tan bien como yo.

- ¿Y qué quieres que te diga? ¡Joder!- dice reaccionando al fin.- Yo no quiero tener ningún mate, ¡y menos que sea un hombre!- me dice y hago una mueca.

Eso ha dolido.

- Cuando madures y estés dispuesto a hablar como un adulto, me buscas- le digo serio.- Yo no tengo por qué ir detrás de nadie- le digo dándome la vuelta para marcharme.

- ¡Espera! ¿Dónde vas?- me grita.

- A cualquier sitio que esté mínimo a cien metros alejado de ti- le digo sin volverme para mirarle y sigo caminando.

Sufro al separarme de él pero se tiene que dar cuenta de que no me puede manejar, de que yo también tengo carácter y no podrá jugar conmigo.

Tengo miedo de salir mal parado de esta relación.

Sí, Soy Lobo Y Gay, ¿Algún Problema? [COMPLETA]Where stories live. Discover now