Capítulo 56

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Después de un entierro de casi una hora nos trasladamos al cementerio siguiendo al coche fúnebre, voy en el coche con Finn, su padre y James, que se ofrece a venir conmigo.

-Gracias.- le digo cuando nos subimos al coche.

El padre de Jack conduce hasta el cementerio, no decimos nada, sólo aguantamos el trayecto en silencio.

Salimos del coche y James me coge del brazo, caminamos juntos del brazo por el cementerio, cuando llegamos tras el ataúd mi familia y los chicos están allí, me suelto de James y me acerco a Finn.

Me agarra del brazo con fuerza y trata de no llorar, pero es imposible, acabamos llorando los dos.
Miramos hacia el agujero que hay en suelo, no puedo ni tan siquiera pensarlo.

Me acerco al ataúd, ya está cerrado y enseguida van a meterlo en el agujero. Me acerco y me apoyo en la madera sin poder evitar llorar.

-Mi vida, te amo.

Finn se acerca y me coge del brazo.

-Summer, tenemos que dejarle ir.

-No quiero, no puedo Finn.

Me separa del ataúd, pero yo vuelvo a acercarme y le doy un beso a la tapa de madera.

-No te dejaré nunca.

Finn y yo volvemos junto al padre de Jack y nos quedamos en silencio.
Mi madre me rodea con el brazo y rompo a llorar cuando meten el ataúd dentro, y comienzan a taparlo poco a poco con tierra.
Finn me da unas flores y comienzo a tirarlas encima de la tierra sin poder evitar llorar.

-Hasta siempre mi vida, te quiero, te quiero.- sin poder evitar llorar.

Media hora después salimos del cementerio, todos en silencio. El ambiente es frío y está nublado, el viento sopla suavemente.

Miro una última vez atrás, contengo las lágrimas y agarro la mano de mi madre con fuerza.

(....)

Seguimos trasladando cajas por todas partes, Finn se muda a casa de su padre otra vez, y ya hemos vaciado el piso en el que vivía con Jack.

-Summer.

-Dime.

-¿Quieres llevarte a los conejos?

-Claro, sin problema.

-Sé que a Jack le gustaría que los tuvieses tú.

Y a mi me gustaría que Jack estuviese aquí, pero por lo visto la vida no es justa, la vida es una mierda.

Te da la felicidad y sin más te la quita para no devolvértela jamás.

-Si, cuidaré bien de nuestros pequeños.

Caspar y yo le ayudamos a cargar las cosas al camión de mudanzas,  aunque entre caja y caja sé nos escapan las lágrimas.

-¿Quieres ir a comer algo?.- me pregunta Caspar cuando Finn se va con su padre en el camión.

Yo asiento, vamos a mi piso a dejar a los conejos y nos vamos a una cafetería cercana.

Nos sentamos el uno frente al otro, y después de pedir la comida nos quedamos en un silencio absoluto, hasta que Caspar lo rompe:

-Jack me pidió que cuidase de ti, que vigilase que estuvieses bien.

-Jack pidió demasiadas cosas en sus últimos días.

-Te quería tanto.

-Yo también le quiero.

-¿Qué vas a hacer ahora?

Viviendo con The Vamps 3: Independence DayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora