Capítulo 26

1.6K 112 138
                                    

Me levanto de la cama,busco en mi mesilla de noche y me levanto sin hacer ruido, guardo la cajetilla en el bolsillo de mi pijama, cojo una chaqueta y salgo a la terraza.

Son las dos de la mañana y no puedo dormir, enciendo un cigarro y me siento en el sofá que tenemos en la terraza. Observo Londres bajo mis pies,el silencio de la ciudad, las luces y el tráfico.

Leyla está durmiendo plácidamente en la cama después de haber tenido varias crisis de ansiedad semanas atrás, no sé qué le pasa y no sé qué hacer para ayudarla. Toda esta situación me saca de quicio, me siento tan inútil y tan inservible para ella.

Un par de cigarrillos después, decido volver a la habitación y acostarme de nuevo a su lado, Leyla se revuelve entre las sábanas y me abraza, apoya su cabeza en mi espalda y poco después me duermo.

(....)

-¿Qué te pasó anoche?.- me pregunta mientras desayunamos.

-Sólo me desvelé.

-¿Y eso?

Yo simplemente me encojo de hombros y ella me mira dubitativa.

-Si es por mi culpa, lo siento.

-No, todo está bien.- digo apretando su mano y tratando de fingir una sonrisa.-Mañana es Nochebuena.

-La Navidad me deprime.- me dice haciendo una mueca.

-¿Y hay algo que no te deprima?.- le digo algo molesto.

Leyla me mira incrédula y yo me muerdo el labio una vez me doy cuenta de lo que he dicho.

-Cariño, lo siento.

-No tienes que sentir nada, ya has dejado muy claro qué piensas. No eres el primero que me lo dice.- me dice cabreada.

-Mira Leyla es una situación complicada y yo sólo intento que seas feliz aunque tú ni lo intentas.

-¿Quieres intentar ser feliz cuándo te sientes vacía por dentro y cómo si no valieses una mierda?

-¿Quieres saber cómo me siento yo intentando que seas feliz cuando ni tan siquiera puedes darte cuenta de que yo también lo paso mal? Estoy hasta los cojones de intentar hacerte sentir bien y que sólo consigas mandarlo a la mierda.

Leyla me mira y empieza a llorar.

-Lo siento.-le digo.

-Me acabas de decir muy claro todo Tristan, créeme, no eres ni el primero ni el último que me lo dice.

-Lo siento muchísimo,- le digo intentando abrazarla.

Se aparta de mi y me da la espalda.

-¿Crees qué mi familia no piensa lo mismo que tú? Claro qué lo piensan, están hartos de que su hija esté pasando por esto y que no puedan hacer nada.

-Leyla cariño.

-Déjame sola, por favor.

-Como quieras.- salgo de la cocina, cojo mi abrigo y me voy de casa un rato.

Necesitamos descansar un poco el uno del otro, últimamente no hacemos más que discutir porque ella está muy susceptible y yo tampoco estoy muy receptivo.

Camino tranquilamente por la calle, hurgo en mis bolsillos y cojo la cajetilla de tabaco, saco un cigarrillo y lo enciendo, esto no era lo mío hasta que no empecé a necesitarlo.

Unas cuantas caladas después tiro la parte sobrante al suelo, piso la colilla y sigo caminando. Yo no me merezco esto y ella no se merece estar así. Odio esta situación.
Cada vez más.

Viviendo con The Vamps 3: Independence DayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora