Capítulo 8.

357 43 4
                                    

Effie

Luego de cortar, al instante entro otra llamada. Se trataba de Mabel, le habían avisado que Alice comenzó a sentir nauseas por algo que había comido, tuvo que ir a buscarla y por ello se disculpaba de no poder traer a mi pequeña de la escuela.

Una parte de mi estaba ansiosa por regresar a la rutina. Mientras iba caminando lento recibí miradas curiosas por parte de los niños que iban saliendo por la puerta de la escuela, quería suponer que estaban sorprendidos de verme otra vez por aquí. Clary no fue la excepción pero a diferencia de los muchos que observaban vino corriendo a mis brazos, besando mi vientre al mismo tiempo que hablaba con el bebé.

Al regresar dimos una caminata por el centro, entrando a cada tienda con accesorios de bebé, me asegure de comprarle un conjunto de tres piezas junto con un gorrito color gris. Por mas que odiara ese color tenía que admitir que combinaba a la perfección con lo que había comprado. Una vez que llegamos al departamento escuche el teléfono sonar nuevamente, intente convencerme a mi misma que no era él para regular mis nervios, fui rápidamente a tomar la llamada, confirmando que era Katniss, me bastó para poder relajarme.

Me contaba como reclamaron el hecho de que Haymitch me haya hablado de esa manera.

La niña al escuchar su nombre dejo la comida a un lado para luego acercarse a mi lado, buscando respuestas. Había optado por no decirle nada así que solo le acaricié la cabeza, susurrando que todo estaba bien. Sin embargo, su mirada seria se mantenía intacta, y con una excusa algo torpe termine con la llamada.

Necesitaba explicarle, y al hacerlo me tomo por sorpresa que me rodeara con sus brazos, no esperaba que entendiera pero creo que las lineas rojas en mis ojos decían mas que suficiente.

—¿Por qué no me dijiste que él llamo?—preguntó, preocupada—, ¿volvió a decirte cosas feas?

—Por supuesto que no cielo, es solo que...tenía la esperanza de que preguntara sobre mi embarazo—sonreí triste—. También pregunto por ti, y pude notar como te echa de menos.

—Puedes decirme todo lo que quieras mamá pero esa sonrisa triste demuestra todo lo contrario, es igual a la que llegue a tener cuando mi madre me decía que era un estorbo en su vida—limpió las pequeñas gotas que resbalaron por mi mejilla—. Dale tiempo, cuando lea el sobre...

—No lo hará—interrumpí—, no leerá nada que yo no quiera que lea. Lo enviará de regreso pronto, creo que es lo mejor.

Mi voz se quebró, y mi respiración volvía a ser agitada.

—Cálmate, no te hace bien y tampoco a Ronnie.

—¿Ronnie?—pregunté, confusa—, no habíamos decidido todavía que nombre le pondríamos.

—Tómalo como una opción si es que llega a ser niño. Anímate, aunque sea por él o ella.

De pronto ya la tenía en mis brazos, llenando de besos todo su rostro. Disfrutaba de su compañía, en este punto era difícil imaginarme un futuro sin Clary.

—Te amo demasiado mi pequeña—susurré.

—Te he repetido día y noche que yo también—sonrió—. Ante todo, le agradezco a Amber.

—¿Qué?—estaba alterada, permití que se zafara de mi agarre hasta quedar de pie frente a mi—, ¿cómo podrías estarlo? Esa mujer solo te causo daño, ayudo a Ryan a esconderte, no merece ni el mas mínimo agradecimiento.

—Si ella no me hubiera dejado en ese tren probablemente ahora seguiría sufriendo, y no hubiera conocido a la persona más increíble de todo Panem—agregó, alzando ambos brazos, sonriendo—, es por eso que le agradezco.

Me dejo sin habla.  

—Ahora te pido por favor que borres esas lágrimas, sonriendo te ves mucho mejor—me guiño el ojo—. Anda, vayamos a dar un paseo. Lo necesitas, y además de eso podemos comprar ese helado que quería la otra vez.

Lo dude unos segundos hasta que el antojo pudo mas que yo, también tenía ciertas ganas de darle ese gusto a mi bebé. 

—Tu ganas—bese su mejilla—, pero solo al parque que esta aquí cerca.

—Iré por mi abrigo. 

Apenas salimos mi vista se fijo en todos lados, estaba alerta por un pequeño presentimiento que sentía, después de saber que ella la esta buscando no puedo poner a la niña en riesgo. La tome de la mano mientras íbamos camino a la heladería que estaba frente al parque, Clary adoraba el de fresa con pequeñas chispas de chocolate. 

El brazalete brillaba en su muñeca que iba ganando miradas curiosas de la gente que estaba a los alrededores. Cruzamos al parque y apenas me soltó la mano corrió a los juegos dejándome sola. Por mas que mentalmente se lo agradecía me preocupaba que estuviera sola, sin embargo tome asiento en una banqueta degustando lo poco que quedaba del helado, no necesitaba ni quería pensar pero fue inevitable. 

Haymitch, hombre grosero, pensé.

Una lágrima empezaba a caer por mi mejilla, ¿desde cuando ese hombre se adueño tanto de mi mente? No debió llamar, solo me provocó dolor y el pensamiento de que nada volvería a ser como antes regresara en cuestión de segundos. Negué varias veces, no quería perder las pocas esperanzas que aun quería mantener, por lo que haciendo caso omiso a mis pensamientos fije la mirada en mi pequeña, desesperada me puse de pie al no verla en ningún lado. Me acerqué a revisar cada juego pero solo veía niños que no conocía, grité su nombre varias veces pero nadie respondió. 

Se que fui grosera al negarme bruscamente a la amabilidad de varias madres que comprendían mi angustia, no quería responder de esa manera pero la preocupación me hacia olvidarme por completo de mis modales, no podía perder otra vez a Clary. Me cubrí el rostro con ambas manos al tomar nuevamente asiento en la banqueta, ignorando las preguntas que me hacían. Cansada de oírlos estaba por pedirles espacio, cuando reaccioné al verla correr hacia mi, el alivio me abrazo de pronto, dejando que la molestia se hiciera cargo. 

Tiene mucho que explicar si no deseaba un castigo, pero antes me aferré a ella sin dejar de llorar, estaba muerta del susto, por un momento creí que algo malo le había pasado.

—¿Donde estabas?—pregunté molesta—, ¿sabes acaso lo angustiada que me tenías?, no vuelvas hacerlo, ni siquiera por un minuto se te ocurra volver hacerme algo así.

—Lo siento...yo estaba...no sabía que tu...—no logró formar frase alguna, solo devolvió su abrazo de la misma manera—. Perdóname mamá.

Me tome el tiempo de agradecer y disculparme con los que habían  intentado ayudarme. Una vez que se dispersaron a seguir con sus actividades. Deje de abrazar a mi hija para mirarla seriamente. 

—¿A donde fuiste?—pregunté, seria—. No quiero mentiras, quiero la verdad, ¿dónde estabas?.

—Es que...—titubeo cabizbaja—...Mabel paso por aquí y quise saludarla es todo. No me detuve a pensar que en ese tiempo te pondrías de esa manera.

—Bien, seguiremos con esto después—respondí dudosa, extendiendo mi mano hacia ella, disimulando un poco el enojo—, debemos ir a casa pequeña. 

—Este lugar esta muy lejos de ser casa—la oí susurrar, observando hacia otro lado. 

Al seguir su mirada pude ver que lo decía por la familia que se estaba abrazando a unos metros lejos de nosotras. Una pareja que disfrutaba jugar junto a sus dos hijos.  

Recordé que a este parque vinimos con Haymitch, en esos momentos apenas si sabía que estaba embarazada, éramos felices la primera vez que vinimos aquí, y se podría decir que eramos una familia. 

Ella tiene razón, el Capitolio siempre estaría lejos de ser nuestro verdadero hogar.

——————————————————

Ese último párrafo me recordó todos los momentos hayffie de antes 😪.  Wa iorar (? :'v

Para las que esperan ese reencuentro, y no es por dar spoiler pero me emociona decir que no falta mucho para eso uwu. 

-Beso tierno.

Yes, we are a teamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora