—Escuchame, Evelyn —tragué saliva—. ¿Confías en mi?

—Claro que lo hago.

—Entonces confía en mi si te digo que tengas un poco más de paciencia. No le tires platos a la cabeza de Allen como si lo obligaras a hacer algo que aún no esta listo, ¿o cómo esperas que la relación funcione entonces? Confía en él, entiendelo y no lo presiones. Lo conozco muy poco y con eso me he dado cuenta que Allen puede ir lento, pero va lento y seguro a su objetivo —estaba inspirada y no me había dado cuenta que Colby estaba observándome de una manera indesifrable—. ¿De acuerdo?

—No lo sé...

—Vamos mujer. ¿O acaso Allen no te esperó casi toda una vida para que te tomaras tu tiempo y te dignaras salir con él de una vez por todas?

—Si, lo hizo...

—¿Entonces por qué no devolverle el favor? Tú lo amas y él te ama, ¿qué otra prueba necesitas? Él ha demostrado que eres todo para él y no lo oculta, al contrario, se enorgullece de tenerte.

—Esta bien —suspiró—. Gracias.

—Recuerda que no voy a estar todo el tiempo ahí para ustedes.

—Lo sé, pero mientras eso no suceda voy a disfrutarte todo lo posible —rió y le entregó el teléfono a Allen.

—¡Y la bestia ha sido domada! —bromeé.

—¿Cómo lo hiciste?

—Con cariño y persistencia —sonreí—. Tu chica puede ser difícil y eso hay que tomarlo con delicadeza.

—Eres bruja —rió—. Bueno Vi, lo siento por molestarte a estas horas.

—No son molestias, llama cuando quieras.

—Gracias —sentí un tono de sinceridad en su voz.

—No es nada, sólo recuerda no desviarte del plan.

—No lo haré. Cuidate.

—Igual tú, nos vemos luego —colgué y miré a Colby quien estaba aplaudiendo.

—No sabía que eras consejera matrimonial —se acostó a mi lado.

—Estudié psicología por unos años, tengo mi título por cierto.

—Vaya —se sorprendió—. No lo sabía.

—Hay mucho que no sabes de mi —guardé el teléfono debajo de la almohada—. Una mujer debe tener sus secretos.

—Eso es sexy.

—¿Eso piensas?

—Si, las mujeres misteriosas son atractivas.

—Es bueno saberlo —lo miré a los ojos sin decir palabras, me gustaba observarlo y sentir ese malestar en mi interior—. Me haces perder la noción del tiempo ¿sabes?

—Y tú a mi —sonrió—. Incluso olvidé ir al coliseo —se sorprendió—. Pero no te preocupes, ellos saben que necesito cuidar de ti.

—Dos meses más, Colb.

—¿Qué? Ya no queda casi nada.

—También me siento insegura —mordí mi labio, pero él me abrazó y todo miedo desapareció, como siempre—. ¿Crees qué... tenga que volver a luchar? —levanté la mirada lentamente hasta toparme con la suya.

—Nena, si eso es lo que quieres. ¿Por qué no? Nada te lo impide —besó mi frente.

—¿Serías capaz de cuidar a Sunshine?

Breaking Down ✧ SR. » II «Where stories live. Discover now