Hana

Capitulo 43

- Básicamente son un montón de rimas las cuales no recuerdo muy bien así que no creo que sea tan importante- dije con nerviosismo
- Hana - dijo Damián en tono de advertencia - Que dice la profecía?- volvió a insistir
Solté un suspiro tratando de calmar mis nervios
- Hace muchos milenios atrás la Diosa luna, quien había sido dominada por su lado obscuro, en un intento desesperado por evitar que una catástrofe ocurriera ante ello, creo a los guardianes de la luz para que hicieran lo que fuera necesario con tal de que la paz perdurará, estos guardianes están conformados por cinco personas las cuales están dotadas de los poderes que puede ofrecer los elementos, agua, tierra, fuego y aire. Pero la Diosa tenía a un favorito a quien otorgó el poder de la clarividencia, quien fue conocido como el "Oráculo" para convertirse en ello esa persona tuvo que entregar su voz pues no podía revelar nada de lo que viese ya que el futuro no debía ser alterado, lastimosamente sus guardianes carecían de alma, eran soldados que seguían órdenes sin titubear...- comencé a relatar con la mirada perdida en mis recuerdos hasta que fui interrumpida por Damián
- No entendiendo que tiene que ver esto con nosotros- dijo confundido
Lo fulmine con la mirada por interrumpirme a lo que él decidió callar de nuevo
- Pasaron los años, los guardianes cumplían con el propósito para el que fueron creados, pero la obscuridad era demasiado poderosa y la Diosa por temor a dañar a sus creaciones, decidió separarse de su lado obscuro sometiendo a una gran variedad de recién nacido para ver quién podría soportar aquello y así poder convertirse en "el lado obscuro de la luna", pero esa historia ya la conoces- dije con tranquilidad
Damián asintió para que prosiguiera
- Pero como había dicho, yo soy la otra mitad de la Diosa y un cuerpo no puede vivir por mucho tiempo sin tener cerca a su otra mitad- dije con pesar
- No entiendo- confesó Damián
- Antes de que yo me convirtiera en esto ya estaba predestinado a que yo te conociera, por fortuna gracias a eso tú solo tienes la mitad de mi alma que no ha sido corrompida por lo que no te verás afectado, pero yo tengo dentro de mí la otra mitad del alma de la Diosa, ya pasaron los siglos, ella se ha ido debilitando y yo te he llegado a conocer- dije con tranquilidad
Damián me miró confundo
- Yo sabía que tarde o temprano la Diosa reclamaría mi vida para volver a unir su alma, después de ello tomaría mi energía vital para recuperarse y volvería a buscar a alguien quien pudiera soportar nuevamente su obscuridad logrando así que la historia se repitiese nuevamente, yo ya tenía más que claro aquello, pero no me importaba lo que sucediese conmigo en aquel entonces, hasta que te conocí- dije con tristeza
- Y-Yo no quiero morir, no quiero desaparecer, quiero estar contigo, tener una familia, cuidar de nuestros hijos, ver cómo crecen y estar por toda la eternidad juntos- dije con tristeza sintiendo como pequeñas lágrimas salían de mis ojos
Damián me abrazo tratando de consolarme
- Ella sabía que esto podía pasar, que yo me negaría a irme con ella si tenía un motivo para quedarme, por lo que hizo que sus guardianes reencarnaran aquí, dándoles órdenes específicas- dije con pesar
- Que órdenes les dio?- dijo Damián con precaución
- Asesinarme en cuanto mi mate me marcara- susurre con pesar
Damián se tensó automáticamente ante mi respuesta y sentí como un escalofrío recorrió su cuerpo
- No dejaré que te haga ni un rasguño- dijo Damián con seriedad mientras sus ojos se tornaban un poco rojos lo que significaba que estaba discutiendo con su lobo
- Una gran guerra se desatara y no quiero que más personas salgan heridas por mi culpa- dije con seriedad recordando la pesadilla que tuve
- NO ESTOY DISPUESTO A PERDERTE- gritó con furia y preocupación mientras se removía el cabello con nerviosismo
Agarre su rostro para luego hacer que me mirara fijamente logrando ver así que sus ojos se habían tornado de un rojo obscuro dándome a entender que ya no tenía control de si
- Nadie va a hacerme daño, no creas que dejaré que me maten tan fácilmente, luchare con todas mis fuerzas para poder estar a tu lado, pero los guardianes ya sé acercan y debemos estar preparados- dije con tranquilidad
- A que te refieres? - dijo él mientras trataba de tranquilizarse
Solté su rostro y me acomode nuevamente a su lado
- Como te había dicho, los guardianes ya han estado reencarnando por mucho tiempo esperando a que el momento de aparecer llegase, cuando me marcaste, la conciencia de los guardianes despertaron, actualmente se encontraban durmiendo en la mente de las personas en quienes reencarnaron, pero cuando despiertan, esa persona es sometida a una dolorosa transformación para poder contener el poder del guardián que habita dentro suyo, al despertar el guardián aquella persona no vuelve a ser la misma, pues como dije, los guardianes no tienen alma y esa persona pierde todo rastro de humanidad para dar paso a aquel ser, ellos ya han despertado y vienen en camino- dije con seriedad
- Desde cuánto tiempo sabías esto- dijo Damián con seriedad
- Oh-Oh- pensé con nerviosismo
- D-Desde siempre- dije con cautela
- Porque no me habías dicho nada de esto antes, pensé que ya no nos guardaríamos secretos- dijo dolido
- No quería ver el tipo de expresión que estas poniendo ahora- dije con tristeza
- Explícate- exigió
- Estas preocupado, enojado, nervioso y sin saber qué hacer- dije con pesar - Y todo es culpa mía- volví a decir
- Solo quería verte sonreír lo más que pudieras y así recordarte con esa hermosa expresión alegre- dije mientras sonreía tristemente
Vi como Damián se destenso un poco y como su expresión se iba ablandando
- Comprendo, si yo estuviera en tu lugar hubiera hecho lo mismo- dijo mientras me abrazaba y besaba mi frente
- Pero aún así estoy molesto- volvió a decir él
- Lo sé, yo también lo estaría- dije mientras me acurrucaba en su cuello
- Jamás había tenido tanto miedo de perder algo- confesó él abrazándome con más fuerza
Sentí como unas cuantas lágrimas se escapaban de mis ojos ante aquellas palabras
- Te prometo que nada malo me sucederá- dije con sinceridad
-Mientes- dijo Marta repentinamente