-¿Desde cuándo te gusta Justin? -gritó Cam.

Salí del baño y volví corriendo al salón. Los Jacks me miraban divertidos.

-No me gusta, pero es algo que hay que ver. Es como La Torre Eiffel. Aunque no te guste Francia, tienes que verla una vez en la vida.

-¿Estás comparando a Bieber con un monumento? -preguntó Johnson divertido.

-Ese cuerpo debería ser un monumento nacional.

-¿Perdona? -Cam se hizo el ofendido y se subió la camiseta.- ¿Y qué hay de mí?

-A ti te tengo muy visto. Demasiado. Es más, ponte una bolsa en la cabeza.

Los cuatro soltamos una carcajada. Adoro la faceta de Cam en la que puedes decirle prácticamente cualquier cosa que nunca se va a enfadar. O casi nunca.

Miré el reloj de la cocina y vi que sólo eran las tres de la tarde.

-Chicos, ¿a qué hora es la fiesta? -miré a los dos amigos confusa. No dijeron que venían y aparecieron de la nada con una fiesta bajo el brazo.

-Sobre las diez. -contestaron a la vez y suspiré.

Me tiré de nuevo en el sofá y durante cinco minutos nadie dijo nada. Observamos la televisión hasta que Cam bufó.

-¿Qué pasa?

-Nada, Shawn y sus enamoramientos. -dijo cansado.

Johnson se incorporó de un salto en el sillón y lanzó una mirada a su tocayo, que asintió.

-¿A ti también te está con lo de la chica esa? -preguntó el teñido y Cam asintió.- A nosotros nos lo dijo hace una semana, o así. Cuando quedamos con él en Malibú.

-Pero es que dice que la conozco y no tengo ni idea. Piensa que eres tú. -Cam me señaló y le miré sin entender.

-Pero si yo no le he conocido.

-Eso le he dicho yo. Da igual, entendería mal. -bloqueó su teléfono y seguimos viendo la tele hasta que fue hora de arreglarnos.

Después de ducharme y de arreglar mi pelo, decidí ponerme unos pantalones negros, con una camisa blanca y mi cazadora de cuero, pero al salir de mi habitación y bajar al salón, la mirada de Cam me dijo todo lo que necesitaba saber.

-Vete a cambiarte, no vas a ir a esa fiesta en vaqueros, ponte un vestido. -dijo girándome y empujándome por los hombros.

-Oye, voy muy guapa. Me hacen más culo del que tengo. Tú deberías cambiarte y ponerte algo que no utilices de pijama.

Los Jacks asistían a nuestra conversación divertidos.

-Ponte un vestido, Smith.

-No quiero. No me gustan. -lloriqueé mientras Cam me seguía empujando escaleras arriba.

-Me da igual. Vístete como si quieses impresionar a Bieber, ¿sí? -hizo una pausa.- Bueno, no tanto.

Rodé los ojos y caminé de brazos cruzados hasta mi habitación. Mi cerebro movió los engranjes y la bombilla encima de mi cabeza se encendió. Busqué por todo el armario hasta que encontré lo que buscaba en el fondo. Un vestido totalmente blanco y ceñido que me llegaba hasta un poco más arriba de la rodilla. Tenía la espalda abierta en forma de pico y era de manga tres cuartos.

Cam se iba a arrepentir de no haberme dejado ir en vaqueros. Me puse unos tacones color crema muy altos -con ellos era igual de alta que Cam, incluso quizás un poco más- y un bolso a juego. Metí todo lo necesario: móvil, clínex, llaves y cartera.

Me pinté los labios del mismo color que los zapatos y el bolso y me puse delineador con ayuda de unos cachitos de celo. Doy pena en todo lo que requiere tener buen pulso, así que mejor prevenir que curar.

-¿Te falta mucho? ¡Tenemos que irnos! -exclamó mi amigo. Bajé las escaleras con cuidado de no tropezarme. Mi hermana me obligó a aprender a andar en tacones cuando tuvimos que ir a la boda de nuestro tío, así que sí que sé andar con ellos. Otra cosa es que no me gusten. Como sea, siempre tardo unos minutos en acostumbrarme a ellos.

La cara de Cam fue lo mejor del día.

-Sube y vuelve a ponerte los vaqueros. -dijo señalando la planta de arriba. No había ningún atisbo de sonrisa en su rostro, lo decía en serio.

-Lo siento pero no. Me gusta como me queda. -di una vuelta sobre mí misma para provocarle y apretó la mandíbula enfadado.

¿Alguien ha dicho sobre protector?

-Brook, no lo digo más veces. Ponte algo que... que no sea tan Kylie Jenner.

-Ya no hay tiempo. -dijo Gilinsky y Cam le fulminó con la mirada.- O sí, tampoco hace falta llegar tan pronto.

Pasé caminando al lado de ambos y abrí la puerta. A mi lado, Johnson se rió del enfado de Cam.

-Yo me voy ya.

-Eres una vengativa y una rencorosa.

-Y tú un celoso que piensa que por ser mejores amigos soy de su propiedad. Pues te recuerdo que yo no soy de nadie.

¿Os acordáis del 5% de veces que yo ganaba una discusión con Cam? Acaba de ascender a un 6%.

Cuando llegamos a la fiesta mi boca cayó al suelo. Esta es la casa más grande, lujosa, cara y llena que he visto en mi vida. No me estrañaría que me dijesen que la casa era de Taylor Swift.

La casa de los Jacks al lado de esta parecía la cabaña del jardinero. La piscina era fácilmente igual de grande que nuestro piso y tenía unas vistas al mar increíbles.

Tardamos un poco, pero al fin encontramos a Matt y Kate.

-¡Brooklyn! ¡Llama a los bomberos porque vas provocar un incendio! -exclamó Kate y a continuación me dio un cariñoso abrazo. Al separarse me volvió a mirar sin creérselo.- Recuérdame que soy hetero.

-Eres hetero. -dije riéndome.

-Vale. -hizo un extraño sonido con los labios, algo así como ''pap'' y se hizo a un lado para dejar que Matt me abrazase.

-¿A qué viene este... -buscó las palabras adecuadas.- cambio de vestuario tan drástico? ¿De chándal a parecer una modelo de Chanel?

-Cam me dijo que no podía venir en vaqueros, me enfadé y decidí hacérselo pagar. -Matt asintió divertido y luego miró a Cam, que me seguía mirando con los ojos entrecerrados.- Aunque ahora estoy empezando a arrepentirme, le voy a tener encima toda la noche. No podré hablar con ningún chico sin que venga con la escopeta por detrás.

Matt soltó una sonora carcajada, aunque no se escuchó tanto con todo el ruido que había allí.

En seguida Kate tomó mi mano y caminó hacia la pista de baile donde empezamos a movernos. Llegó un punto que necesitaba beber algo, así que fuimos a la cocina, que estaba habilitada como una barra y pedimos al camarero dos copas.

-Así que has conocido a los Jacks. -dijo bebiendo de su copa rosa. La mía era azul. No sé qué llevaba, pero estaba buenísimo.

-Ajá. Gilinsky es un poco... pero bueno, me cae bien. Y Johnson es un cielo, también me cae muy bien.

-Cuando yo conocí a Johnson le espachurré la cara y le dije que me recordaba a un osito de peluche.

Reí ante eso. No tenía tanta confianza como para hacer eso, pero sí había pasado por mi cabeza.

-Increíble fiesta. ¿Te acostumbras a esto?

-Con el tiempo sí. Aunque sigo flipando cuando me cruzo con famosos y algunos me saludan. De todas formas sigo teniendo una vida normal, supongo que eso es lo que me mantiene con los pies en la Tierra. Ya sabes, tener que estudiar, ver a mi familia, preocuparme por poder pagar el alquiler...

-Te entiendo. Supongo que cuando empiece el curso todo será más calmado. No me puedo creer que sólo falten tres semanas. -sólo de pensarlo me dio escalofríos. ¿Adónde había ido a parar el verano? Me bebí lo que me quedaba de Copa de un trago y mi amiga hizo lo mismo.

Volvimos a la pista y seguimos bailando al son de Lush Life.

Fame » Old Magcon BoysWhere stories live. Discover now