Capítulo 22

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Ya están publicados los tráilers de las dos partes de esta saga. Los encontraréis en el capítulo PERSONAJES de ambas historias o en mi perfil de youtube GAIBIRU. Si tenéis algún problema para verlos o encontrarlos comunicádmelo.

Estoy flotando. Ambas flotamos. Puedo notar su mano agarrando la mía. Abro los ojos. No estamos flotando en agua sino en sangre.

— Ma...... —consigo decir.

— ¡Katherine, cariño! ¿Dónde estamos? ¿Hemos... muerto las dos?

— La cue...va...

— ¿La cueva?

Mira a nuestro alrededor y la ve, entonces comienza a nadar arrastrándome hacia la orilla. Una vez en tierra me toma en brazos para llevarme. El rostro de mi madre es lo único que no está cubierto de sangre, pero sí de lágrimas. Cuando hemos llegado me deja con cuidado en el suelo.

— ¿Qué hago ahora? ¿Cómo te ayudo?

Tomo su mano y la llevo a mi colgante.

— La Cura... —susurro intentando no ahogarme en mi sangre.

— ¿Debo darte esto?

— Eso... Nos cura.. a todos... En la ciudad...

Ella toma el colgante y se lo pone en el cuello. Ya veo las luces en las paredes. Mi madre se da cuenta y observa maravillada.

— Son... Caleb... Dereck... —musita.

— Debes... debes entrar en un recuerd... —la tos me interrumpe y no puedo terminar la frase.

— Katherine —solloza abrazándome.

— N... nos vemos den...tro de unos años —digo con un hilo de voz.

Ya no la veo, solo veo claridad.

— Rápido —la apuro.

Noto que se aleja de mí, al igual que el dolor, el aire, mi cuerpo, la vida.

DIANA

La cueva entera comenzó a desvanecerse, las rocas se convertían en polvo ceniciento que quedaba flotando en el aire. El cuerpo de Katherine también se estaba... evaporando. Hice un tremendo esfuerzo por apartar la vista de su pálido rostro y dirigí la vista hacia una de las pocas paredes que estaba casi entera. Vi el rostro de un Adonai joven y dolido. Acaricié su rostro con la mano y esta atravesó la roca. Extrañada, introduje el brazo entero y después todo el cuerpo. Entonces caí al vacío. Caí y caí durante lo que serían un par de minutos. Miré mis manos y comprobé que su piel parecía ahora más lisa y tersa. Luces comenzaron a bailar a mi alrededor, formando rostros lejanos. Vi el mío, el de Adonai, el del Fundador, el de Caleb... el de Amber, Rashid, Aarón, Odette, Agnes, Aiden...

De pronto dejé de caer. Estaba sola en un absurdo vacío con luces bailarinas. Miré a mi alrededor y distinguí un cuchillo detrás de mí, flotando. Lo tomé entre mis manos y contemplé su mágico brillo. Escuché un grito ahogado a mi espalda y me topé con una versión más joven de mí, con esa mirada inocente que ya había perdido hacía tanto tiempo. Su expresión de inocencia se esfumó al verme con el cuchillo. Me di cuanta de que ella empuñaba otro con fuerza. Soltando un grito, corrió hacia mí. Era torpe pero joven y repleta de energía. Esquivé su ataque con facilidad pero no vi venir el segundo, por lo que grité al sentir la hoja del cuchillo rasgando mi pierna. No fue demasiado profundo pero seguía doliendo. Me di la vuelta y arremetí contra ella con el cuchillo, produciéndole un corte leve en la mejilla izquierda. Forcejeamos durante un rato hasta que ella me quitó el cuchillo en una rápida patada alta, lanzándolo hacia el infinito vacío. Esquivé sus siguientes ataques con más preocupación, pues ahora era ella la que tenía ventaja. Se lanzó sobre mí y caí al suelo. Sujeté con todas mis fuerzas la mano con la que empuñaba el cuchillo hacia mi cuello ya a una distancia peligrosamente cercana. En un rápido movimiento conseguí que se le cayera el cuchillo a apenas medio metro de nosotras y rápidamente enredé mis piernas alrededor de su cuello para estrangularla. Apreté con todas mis fuerzas mientras ella pataleaba y me clavaba las uñas allá donde sus desesperadas manos llegaran. Aparté la vista. A pesar de saber que era yo, yo no era la misma persona que antes y me sentía una sucia asesina matando a una chica tan joven con esa expresión de terror. Esperé unos segundos más después de que dejara de moverse antes de soltarla. Iba a comprobar su pulso pero entonces ambas empezamos a evaporarnos.

Dime Quién Eres [2a parte]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora