Capítulo 19

730 87 16
                                    

Llevábamos un buen rato caminando en silencio. Yo ni siquiera sabía hacia dónde nos dirigíamos pero después de lo ocurrido no me parecía que Aiden tuviera muchas ganas de explicarme nada. Habíamos tenido que dejar el cuerpo de Agnes allí abandonado porque no podíamos cargar con él.

- ¿Hablaste con Agnes en el búnker? -me preguntó repentinamente.

- No. ¿Sobre qué iba a hablarme?

- No lo sé... -suspiró.

- No entiendo a qué se refería con la cura.

- Yo tampoco sé lo que es, pero Agnes estaba empeñada en que sería la solución a todo esto... y que te necesitábamos a ti para que funcionara. Ella creía plenamente en el plan de su hijo pero nunca tuvieron tiempo de explicármelo, fue todo demasiado rápido. Te capturaron a ti y...

- ¿Por qué me ayudas ahora si fuiste tú precisamente quien me cortó las alas?

- No tenía más opción.

- ¿Por qué el... esqueleto te dijo algo de que te dejaría como antes? Recuerdo algo de eso...

- Este no es mi aspecto habitual... Lo era antes de que me inyectaran el ADN de otra persona y sufriera una reacción.

- ¿A qué te refieres?

- El esqueleto, como tú lo llamas, tiene el poder de absorber energía. Bueno, en realidad ese don lo adquirió injectándose el ADN de un mutante. Cuando nos unimos a él hicimos un trato. El absorbería parte de mi energía para que mi aspecto volviese a ser el de antes, pero a cambio yo tendría que obedecerle siempre. Ahora que estamos lejos de él y le he traicionado, mi aspecto comenzará a cambiar de nuevo...

- Por cierto... -dije después de un rato. -Siento lo de Agnes.

- Gracias.

- ¿De qué la conocías?

- Era mi hermana.

- Oh... ¿Y Jayden qué pinta en todo esto?

- Jayden es mi sobrino. Después de haberte leído la mente unas cuantas veces le dijo a Agnes que había encontrado la forma de arreglarlo todo, que había conocido a una chica con un don fuera de lo común.

- El único don que tengo ahora es la memoria, puedo leer la memoria de la gente. ¿De qué puede servir eso? Y además, mi padre también lo tiene y lo controla mejor que yo.

- Supongo que tendremos que dar con Jayden para averiguar a qué se refería.

Aceleramos el paso, avanzando por el bosque a buen ritmo. Llegamos a una zona del bosque que llamó mi atención. Un hermoso rosal de flor blanca se erguía sobre un bulto alargado en la tierra. Había varias rocas colocadas alrededor de la planta. Parecía... una tumba. Un escalofrío me recorrió la espalda.

- No te pares -dijo Aiden alentándome a seguirle.

Seguimos avanzando hasta dejar atrás el bosque. Ahora nos adentrábamos en un paisaje asolado con los restos de una ciudad en ruinas. Ya veía el puente derruido a lo lejos. Miré a Aiden para preguntarle algo pero al ver su rostro me quedé sin palabras. Su piel estaba empezando a volverse gris y cuarteada, su pelo perdía su lustroso brillo para volverse pajizo. No parecía la misma persona. Se dio cuenta de que lo estaba mirando y dijo:

- Mierda... Ya estoy cambiando...

Recorrimos el borde del cañón hasta llegar a lo que antes era el puente. Unos cuantos metros antes, cuando alcé la vista, lo distinguí allí de pie, mirándonos. No estaba segura de querer verlo.

- Por fin llegáis, habéis tardado mucho.

- Ha habido algún que otro contratiempo -respondió Aiden.

- Hola, Katherine... -dijo precavido cuando me miró.

- Hola -respondí secamente.

- ¿Y mi madre?

Aiden apartó la mirada.

- No... -dijo Jayden con un hilo de voz.

- Nos pidió que te dijésemos que te quería -añadí.

No quería que su última voluntad no se viese cumplida. Cuando hubo recuperado la compostura dijo:

- Tengo la Cura -mostró un botecito alargado con un líquido azul brillante en su interior.

- ¿La Cura? -pregunté.

- Esto hará que todos seamos normales, es la única forma de acabar con todo esto.

- ¿Y qué piensas hacer con ella?

- Para que funcione necesitamos a tu madre... y a ti.

- ¿A mi madre?

- Sí, tenemos que volver.

Dime Quién Eres [2a parte]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora