Capítulo 3

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"Para Animar al Militar"

En una de las cuantas habitaciones de aquella residencia, los rayos del sol habían podido infiltrarse para iluminar una habitación ordenada, repleta de juguetes en los estantes y decorada al estilo militar.

Envuelto entre todas las sabanas y dormido sobre el suelo, todavía descansaba el hermano mayor de la familia ojiverde. Se removía cómo si tratase de escapar, con el ceño fruncido e intentando clavar los dedos en el suelo.

De nuevo esa pesadilla; hombres extraños irrumpían en su casa para llevárselo, diciendo que lo volverían un niño sano y cuerdo. Se lo llevaban contra su voluntad, los gemelos lloriqueaban y su madre estaba inconsciente en el suelo con la cabeza sangrando.

En preescolar Alexander había tenido su primera pelea, y pobre del pequeño niño que la inició. Todos le tomaron temor, le decían millones de cosas hasta hacerlo llorar...

"Nunca hagas llorar a un militar ~".

Su mente recordó preescolar, justo ese día;

Alexander se encontraba sentado en los columpios alejado de todos, escuchando las risas de la convivencia que jamás experimentaría por más que quisiera.

Un niño que no había notado antes estaba de pie frente a él, lo miraba con una pequeña sonrisa amigable, pero el ojiverde había sentido que ese niño no era bueno.

El chico extraño sólo lo miraba, al igual que el ojiverde que no entendía lo que ocurría. Hasta que fue en un parpadeo cuando el contrario bañó a Alexander con jugo de limón ácido, este le alcanzó a entrar en los ojos.

Ya no eran risas de convivencia, ahora eran gritos de agonía y sufrimiento lo que se escuchaba en aquel lugar.

Los profesores asistieron en su ayuda, y uno se encargó de llamar a su madre junto a la del niño que le había echado el jugo encima.

La madre de Alexander llegó lo más rápido que pudo para llevar a su hijo al hospital, todo era sufrimiento para Alexander en esos momentos.

Después de chequeos y medidas para evitar que el líquido fuera más allá del globo ocular, lo dejaron en reposo, al ojiverde no le gustaba estar en reposo, eso era un "encierro disfrazado de buenas palabras" al igual que lo era aquel niño, que pagaría por haberle hecho eso.

Los días pasaron y por fin Alexander pudo volver, ese fue el primer día en el regresaría sólo. Ese día no sólo él asistía, se había conseguido un "amigo" con el cual haría llorar a ese niño.
El tiempo para aprender terminó, y había llegado la hora de "jugar" .

Con engaños el ojiverde pudo atrapar a ese chico entre los arbustos que se hallaban detrás detrás de un salón desocupado. Lo derribó, se le colocó encima para poder atrapar sus brazos y piernas dejándolo inmóvil, y por último, pura evitar que los gritos del niño llamaran la atención e interrumpieran, le llenó la boca con tierra y piedras.

Se quitó su pequeña mochila de "The Rugraths" y lo que sacó de esta fue sólo el inicio para un juego que jamás se podría olvidar. Un martillo, tijeras, cuter, fósforos, pica hielo entre otros objetos que fue usando con sabiduría para torturarlo.

Trastorno (HTF/Yaoi)Where stories live. Discover now