Capítulo uno.

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— ¡Avalon! - escucho que alguien me llama y busco a la dueña de la voz con la mirada mientras intento avanzar entre el tumulto de gente con mis maletas. - ¡Cielo, por aquí! - exclama una vez más la mujer, minutos antes de que la encuentre.
- ¡Tía Melissa! - saludo con una sonrisa y suelto mis maletas para darle un fuerte abrazo a la mujer que no he visto desde los 8 años.
- Han pasado 9 años desde entonces. - me recuerda ella con cierta nostalgia.
- ¿No hay abrazo para el primo? - escucho la familiar voz de Scott McCall y me vuelvo hacia él para abrazarlo. - Te he extrañado, pequeña Lonie.
- Oh, no, Scottie, nadie me ha dicho así desde los 8 años.
- Pues acostúmbrate. - dice antes de pellizcar mi nariz. - Te quedarás aquí todo el verano.
- Mitad de verano. - le corrijo. - Falta un mes para regresar a clases.

Mi primo lleva mis maletas al auto y maneja hasta la tan cálida casa McCall. No puedo evitar notar que Scott luce más fuerte y atlético, es como si el pequeño que andaba con inhalador todos lados hubiese desaparecido. Pero no digo algo al respecto, solo me limito a sonreírle por el espejo retrovisor y hablar con mi tía Melissa.

— Esta será tu habitación. - dice Scott al dejar mis maletas sobre el suelo, junto a la cama con cobertores color lila. Es mi color favorito. - La mía está justo al costado, así que si tienes pesadillas, puedes tocar la puerta.
— Tal vez seas tú quien termine pasándose a mi cama a mitad de la noche. - él ríe. - Oh, Scott, ¿me creerías si te digo que no me había dado cuenta lo mucho que los extrañaba hasta que los vi?
— Si, te lo creo. - responde, todavía riendo. - He escuchado todas las veces que mamá intentaba convencerte por teléfono.
— Y le agradezco por hacerlo. - admito al sentarme en la cama. - Pero bueno, dejémonos de sentimentalismos y dime qué podemos hacer aquí para divertirnos.
- Esto no es New York. - me recuerda mientras se acomoda junto a mí. - Pero puedo llamar a Stiles y algo podemos hacer.
— ¿Stiles? ¿El pequeño niño que jugaba con nosotros en el verano? - Scott asiente ante mi pequeño recuerdo de mi crush de infancia. - No puede ser, será genial verlo de nuevo.
— Claro que si. - responde mi primo. - Él estaba entusiasmado con la idea de tu llegada. Lo llamaré para que hagamos algo está...
— ¡Avalon! - exclama un joven al entrar corriendo a la habitación. - ¡Cielo santo, creciste mucho!
— ¿Stiles? - pregunto, sorprendida ante el cambio. - Wow, te ves genial.
— Tu no te quedas atrás. - replica en un tono seductor muy divertido.

Stiles y Scott me llevan al cine a ver una película de acción y luego, vamos a una cafetería a cenar. Stiles y Scott piden comida como si no hubiesen probado un bocado en años y yo me limito a pedir un jugo y un sándwich. Mientras comemos, ambos me hacen reír como si no hubiese un mañana y lucho por que el jugo no salga de mi boca.

— No recuerdo haber reído así en mucho tiempo.
— Si te quedas con nosotros, no pararas de reír. - dice Stiles y me empuja con el brazo. - Excepto por Scott que suele deprimirse algunos días por la pérdida de su amada Allison.
—¿Allison? ¿Quién es Allison? - pregunto rápidamente. - Scott McCall, no le contaste nada a tu preciosa y única prima hermana.
— Dile, Scottie. - le bromea Stiles, recordándole el apodo que le puse de pequeños, y mi primo solo rueda los ojos.
— Es mi novia... Ex novia. - se corrige a sí mismo con pesar. - Nos estamos dando un tiempo y... Bueno, estoy luchando contra el impulso de llamarla.
— Stiles. - le llamo y el joven me dirige una mirada atenta. - La verdad.
— Hay mucho que ha cambiado desde que te fuiste. - me cuenta. - Allison y él tuvieron muchos problemas, así que terminaron. El punto es que Scott está mejor así, sin problemas de chicas.
— No se diga más. - tamborileo la mesa con mis dedos y me inclino para abrazar a mi primo. - Su nombre es palabra prohibida y durante todo el verano vamos a distraernos y pasarla bien.
— Gracias, Lonie. - replica con una sonrisa débil y me da un beso en la mejilla antes de que regrese a mi sitio. - Con que estés aquí ya me ayudas bastante.

Cuando Scott y Stiles ven la luna comenzar a aparecer, sugieren que deberíamos regresar a casa. Así que salimos de la cafetería y comenzamos a caminar hacia el auto.

— Comienzo a pensar que no debimos dejarlo tan lejos. - dice Stiles en un tono de voz un poco nerviosa.
— Sí, tienes razón. - le apoya mi primo y siento su mano envolverse alrededor de mi cuerpo.
— ¿Le tienen miedo a la oscuridad, pequeños? - bromeo pero borro la sonrisa de mi rostro en cuanto veo la seriedad en la de ellos.
— No, no es eso. - se limita a responder Scott y aprieta mi cintura, justo antes de que escuchemos rugir el motor de un auto.

Me vuelvo hacia la calle para ver de qué se trata y veo un carro deportivo color negro pasar juntos nosotros a toda velocidad. A pesar de ello, lo veo a mi costado en cámara lenta y logró ver a los pasajeros. El conductor es un hombre de facciones duras, dando la impresión de que está enojado, y el copiloto es un joven de nuestra edad que, extrañamente, voltea a verme.

Cuando su mirada se encuentra con la mía, me desestabiliza al instante.

No. Puede. Ser.

Primer capítulo y estoy emocionada por ver a dónde llegamos con esta historia.
Tenía muchas ganas de escribir algo sobre Teen Wolf y ha llegado el momento! La historia transcurre en el verano en el que Allison está en París, justo antes de que inicie la 3era temporada. Algunas cosillas van a varias, así que no me odien mucho. Pero no se preocupen, no transformare todo lo que ya conocemos de TW!
Les mando mil besos!

Gold Eyes | Teen Wolf Donde viven las historias. Descúbrelo ahora