03 ➸ Él no debería estar allí.

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9 de septiembre, 2016. Viernes. Vanity Fair Office. 9:30 pm.  

Cassandra se removió incómoda en su lugar mientras miraba hacia ambos de sus costados en busca de alguna persona que pudiese ayudarla en aquel momento y sacarla de la conversación en la que se había visto obligada a entablar. Caroline o Car, como ella se había presentado desde el primer momento que la conoció, no paraba de mencionarle lo emocionada que estaba por trabajar con ella y lo mucho que la admiraba desde su primer trabajo en New York Magazine. 

"Me gustaría presentarte a mi compañero de ésta noche. Es uno de los modelos más importantes que tiene Vanity Fair en este momento, y te encantará conocerlo. Lo iré a buscar, espérame." La muchacha, hablando de forma atropellada, corrió fuera de su campo de vista, haciéndole soltar el suspiro cansador que había mantenido en sus pulmones desde que la conversación había comenzado. No es que no quisiera estar allí en ese momento, si no que el miedo de encontrarse con aquel hombre de su pasado en aquel establecimiento le sacaban las ganas de disfrutar. 

Había visto en diversos sitios de Internet que su ex esposo,  había renunciado a su anterior trabajo y ahora estaba modelando para Vanity Fair. Esa era una de las mayores causas por las que no quería tomar ese contrato que, aunque era muy importante para las futuras ganancias de su empresa, lograría hacerla re-encontrarse con Justin, tarde o temprano. Sin embargo, y porque su mejor amiga Sarah la había obligado a tomar ese beneficio y olvidarse de su pasado, decidió firmar esos papeles.  

"Un dólar por tus pensamientos." Su voz masculina logró que se asustara de inmediato al escucharla. Cassandra sumida en sus pensamientos, dio un salto en su lugar ante el terror que le había causado ser interrumpida mientras nadaba en su mar de ideas. 

"Dijimos que nada de asustarme." Murmuró la muchacha mientras miraba a Oliver con el ceño fruncido y una pequeña sonrisa queriendo escaparse por la comisura de sus labios. Sus manos se apoyaron suavemente contra el pecho ajeno mientras levantaba su mirada hacia los preciosos ojos que aquel muchacho poseía. "Intentaba no perder la cabeza por culpa de este lugar." Bromeó la más pequeña de las Moore, riendo por lo bajo en el momento que él tomó su cintura y la acercó suavemente hacia su cuerpo, besando su frente de manera instantánea. 

"Sólo una hora más, preciosa. Luego podemos ir a caminar por allí, si quieres." Con emoción, una sonrisa se instaló en sus labios, acercando su rostro al suyo para dejar un beso sobre su mentón. 

Oliver York había sido de ayuda desde el primer momento en el que se dio a conocer la noticia de su divorcio. Él solía ser su jefe en New York Magazine pero cuando ésta había querido empezar una nueva vida y renunciar a su trabajo, él le propuso ser su mano derecha en la nueva compañía editorial que tenía pensada armar. Ella, sin pensarlo dos veces aceptó, porque escribir y editar era todo lo que amaba hacer en su vida. Ahora, seis meses más tarde, eran los propietarios de una de las empresas más conocidas a nivel editorial en las grandes manzanas de New York, y ella no podía estar más feliz por ello. 

Oliver la había ayudado a salir de ese pozo depresivo en el cual se había instalado desde que se enteró del vil engaño que había sufrido por parte de su ex pareja. Había estado a su lado y, en cierta forma, la había conquistado de a poco. Era un hombre increíble: la llevaba al trabajo todas las mañanas, y luego la llevaba de vuelta a su hogar sin importar las altas horas de la madrugada en las que ella se quedaba terminando de escribir; la escuchaba y la hacía reír en cualquier ocasión en la que la tristeza la venciera; la acompañaba en cada uno de sus proyectos y, lo más importante, la quería. Aunque no eran una pareja oficial, todos alrededor de ellos sabían lo mucho que se adoraban y la química que había entre ellos.

En el momento que se había decidido por responder su propuesta, se vio interrumpida por la chillona voz de la chica con la que había hablado tan sólo unos minutos atrás, haciéndola soltar una carcajada amarga al no poder estar en un momento íntimo con Oliver.

"Hola de nuevo, Mi acompañante vendrá en unos minutos." Murmuró Caroline antes de dirigir la mirada hacia el muchacho castaño, mirándolo curiosa al verlo como rodeaba con tanto cariño a la rubia. "Mucho gusto. Usted debe ser Oliver, yo soy Caroline. Es un placer conocerle, señor. " Aquella chispa adolescente y tímida hizo que Caroline la mirara con una sonrisa divertida en sus labios. 

"Puedes tutearme, Caroline. Un placer conocerte. " Oliver asintió en su dirección mientras dejaba sus manos sobre el plano abdomen de la muchacha y su mentón apoyado contra uno de los hombros de Cassandra. Sin embargo, ella había desaparecido de la conversación en la que ambos se habían refugiado, cuando su mirada vio más allá del tumulto de gente y reconoció aquella cabellera rubia. 

Él no debería estar allí.

Una onda eléctrica recorrió su cuerpo con terror en el momento que vio como Caroline levantaba su mano para llamar con efusividad al mismísimo chico que había dejado su corazón en pedazos hace unos seis meses atrás, haciéndola entrar en pánico en ese mismo momento.

No lo había visto en meses, pero seguía luciendo igual. Aquellos ojos mieles acaramelados la miraban fijamente, mientras pequeños cabellos florecían por su mentón, haciéndole entender que estaba dejando a su barba crecer. Su traje Armani se amoldaba contra la figura masculina que él poseía, mientras que su camisa blanco estaba prendida de unos cuantos botones, dejando ver pequeñas porciones de su pecho. 

Su compañero se encorvó detrás de ella, apretando suavemente sus brazos sobre su cintura para pegarla contra su cuerpo y ponerse rígido ante la presencia del muchacho. Oliver lo conocía, y sabía la historia que había tenido junto a Cassandra, por lo que su lado protector salió a renacer en ese mismo momento.

Cassandra totalmente aislada de la situación, enlazó su mano en la cintura de Justin y le sonrió animada. "Oliver y Cassandra, él es Justin Bieber." Lo señaló con una de sus manos, dejando aquella apoyada contra el pecho del nombrado.

Soltando una sarcástica risa ante la mención de la muchacha, Oliver se separó del cuerpo tibio de Cassandra para enfrentar al rubio. "No hace falta presentaciones, ya nos conocemos, muy bien." Murmuró quedando frente al ojimiel, mirándolo fijamente en busca de algún signo de arrepentimiento por estar allí, mas no lo encontró.

Caroline completamente ajena a lo que pasaba, miró a la muchacha sin entender la situación, haciendo que aquella tuviera que hablar para que entendiese. "Justin y yo estuvimos casados." Murmuró con una forzada sonrisa, haciendo que la chica soltara un respingo de sorpresa ante sus palabras.

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El reencuentro, omg. ¿Qué piensan que pasará luego de ésto? 

Perdonen por la tardanza, ayer andaba sin Internet y no pude subir el capítulo :( Espero que disfruten el capítulo.

No se olviden de votar y comentar, que me hace feliz saber que les gusta la novela. Las quiero, bonitas. 

Begin Again 2. ➸ j.b | OSWhere stories live. Discover now