Capítulo Veintiocho

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Rocco


Katherina había estado dándole demasiada importancia a la recuperación de Ginna, ella actuaba como si no le había dado un ultimátum, pero tenía cosas del club las cuales atender como para para preocuparme por la recuperación de la chica. Ginna sacaría su culo de las propiedades del club, Katherina iría conmigo a Asheville y asunto solucionado, por lo menos ese asunto.

La sangre goteó de mis nudillos con el último golpe. El cuerpo inerte se desplomó sobre la silla, aún se encontraba con vida, pero lo suficientemente lastimado como para parecer que no lo estaba. Faltaban pocos días para regresar a Asheville, y ahora era cuando pequeñas mierdas inútiles querían sabotear nuestros negocios.

Me acerqué al lavamanos y enjuagué la sangre de mis manos, pequeñeces como aquellos siempre teníamos, no era novedad, pero eso no hacía que me gustaran más que cualquier realmente enemigo. Cuando volví a mirar al sujeto el cual seguramente no pasa de los veinte años, West lo estaba desamarrando de la silla.

—Tírenlo por la carretera, eso les dará un mensaje a los que quieran intervenir en nuestros negocios— mocosos como aquellos siempre habíamos tenido, eran pequeños grupos que iban en solitario, creyendo que podían jugar en el negocio de armas vendiendo producto defectuoso a nuestro nombre.

Era una puta reputación que estaba en juego, esa mierda no se perdonaba.

—¿Todo listo para regresar a Asheville?— escuché a West preguntarle a By mientras nos dirigíamos a nuestras motocicletas luego de salir del lugar.

—Mierda que sí— gruñó mi vicepresidente.

El camino de regreso al club fue solamente interrumpido por el sonido de las motocicletas. Faltaba pocos días para regresar a Asheville, tenía que llamar a todos los lobos a una reunión cuando estuviera en la cede.

En el momento que llegué al club y escuché como algunos hermanos bromeaban sobre alguna pelea de faldas, supe que tendría que correr el culo traidor de Ginna antes de tiempo.

—¿Qué mierda sucedió?— exigí saber.

—La hermana de tu mujer y Merly— puto problema de faldas.

Katherina no estaba por la barra cuando me acerqué y encontré con Merly. Ella seguramente se encontraba con Ginna.

—Ven conmigo— gruñí y la rubia así lo hizo. La pequeña oficina era un lugar peligroso el cual me arriesgué a llevarla, pues solamente deseaba rodear su cuello y hacerla que dejara de respirar.

—Antes que empiece con todo tu mal humor, déjame decirte que la hermana de Kath fue quien empezó— tuve que apretarme la frente para tranquilizar el jodido mal humor que tenía desde que había escuchado problema de faldas.

—Mi puto club, Merly— gruñí y la vi retroceder, temiéndome. —Te dije que no aguantaría más tu mierda— le recordé.

—Tú no...

—¡Cállate!— nunca le había jodidamente pegado a Merly, pero ahora me estaba jodidamente provocando y haciéndome imaginar la una y mil manera en la cual sus ojos podrían perder la vida.

—Recoge tu mierda y regresa de una puta vez a Asheville— Melissa lo había hecho días atrás, era hora que su hermana lo hiciera.

—Rocco...

—Jodidamente hazlo— exigí con dureza. —Por lo que jodidamente más quiera, no me obligues a poner un puto dedo sobre ti, Merly— no era la primera vez que la amenazada de aquella manera y por la sorpresa y miedo en su rostro, supo que sería muy capaz de hacerlo esta vez.

Loving the Darkness (Dark Wolves MC, #1)Where stories live. Discover now