Capítulo 21

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Capítulo 21


Daniella...

- Hola, Sarah ¿Cómo ha estado? Lamento no haberme puesto en contacto contigo e ignorarte, no debí hacerlo. No soy así de grosera como lo aparento, claro que lo sabes, porque me conoces. Respecto a lo que pasó pues... sinceramente sí quisiera hablarlo contigo pero respetaré si tú no quieres hacerlo. Creo que deberíamos dejar las cosas claras y ser sinceras la una a la otra ¿Sabes? Yo nunca había besado a una mujer y cuando nos besamos... fue raro, o sea no es que no me haya gustado, creo que hasta me gustó, no, de hecho no lo creo, lo sé. Sé que me gustó, pero puedo callarme si así lo deseas.

Bien. Eso es perfecto. Eso es lo que le diré.

Tomé mi mochila y me la puse en mi espalda. Después de haber practicado como media hora lo que le iba a decir a Sarah al fin me decidí. Bajé las escaleras y en la puerta me detuve. No me sentía lista, no aún.

Saqué mi celular del bolsillo de mi falda, entré a Whatsapp y entré al chat de Sarah ¿Y si se lo mando por escrito? Sería más fácil.

"Escribiendo..."

¡Sarah está escribiéndome!

Me quedé quieta sin respirar. Después ya no salía nada, sólo "En línea" y luego su última conexión. Se desconectó.

"¿Qué me estabas escribiendo?" le pregunté por mensaje. Después de unos segundos me respondió: "Me equivoqué de chat".

Apreté mi celular con fuerzas y volví a subir a mi habitación, cerré con seguro la puerta, apreté la el micrófono para enviarle un audio a Sarah con toda la ira que me cargaba.

- ¡¿Es en serio, Sarah?! ¿A quién tratas de engañar? Ni siquiera le mandas a alguien mensajes, sólo a mí. No tienes amigos. No me has hablado en tantos día y eso es lo único que me puedes escribir "Me equivoque de chat" ¡Eres una idiota, ¿lo sabes?! Debería sentirte avergonzada de arruinar nuestra amistad ¡Yo en serio te apreciba! ¡Te aprecié cuando nadie más lo hacía! Yo te hablé cuando todo el curso entero te ignoraba y se burlaba de ti. Yo te defendía cuando se ponían a hablar mal de ti, yo dejé de juntarme con ellos para que no estuvieras sola ¡Te ofrecí mi cariño! ¡Incluso mi confianza, mierda! Tú siempre ocultándome todo mientras yo me abría por completo a ti y no debí hacerlo, me arrepiento tanto de haberte hablado. Te di la oportunidad de reparar todo al hablarte pero no la aprovechaste ¡Eres una cobarde! "Me equivoqué de chat" ¡Qué pinche terquedad la tuya de verme la cara de idiota! No soy tonta y lo sabes y aún así querías verme la cara. Déjame te digo que si sigues así lo único que conseguirás es estar sola el resto de tu vida, con tu cara tan antipática y tu actitud que deja mucho que desear arruinaste todo lo que pudo haber en nosotras... y no me refiero solo a la amistad.

Suelta la pantalla, Daniella, suelta el micrófono y envíale a esa perra el puto audio.

Deslicé el dedo al bote de basura y no envié el audio.

Sarah no era una perra. Era una chica tímida y enamorada... y no necesitaba que alguien como yo le dijera esas cosas.

A pesar de que estaba furiosa con ella aún la apreciaba. Y lo que pasó hace días no lo iba a cambiar.

Mi celular vibró.

"¿Qué es lo que me querías enviar por audio?". Suspiré.

"Hoy no iré a la escuela. Te extraño, Sarah. Y mucho" le escribí antes de recostarme de nuevo en mi cama.

"¿Puedo ir a tu casa?" me preguntó.

"Siempre eres bienvenida". Le escribí. Y no me respondió. Al menos no al momento ni por escrito. En la tarde apareció en mi casa. Fuimos a mi habitación. Y yo quería decirle lo que había practicado en la mañana, pero no recordaba cómo iba.

Nos sentamos en el suelo con las piernas cruzadas. Qué más quisiera yo de meditar.

- Perdóname – dijo Sarah mirándome a los ojos.

Yo sólo asentí.

- No... no volverá a pasar – añadió –. Sé que estás cosas no te gustan.

Abrí mi boca para decirle que de hecho me gustó, pero ella se adelantó a decir:

- Lo que hice fue una completa abominación que hacen las personas sin moral. Y me siento avergonzada. Yo no soy un monstruo para disfrutar de esas cosas.

Yo cerré mi boca.

Mi boca de monstruo. Porque disfruté de algo que no era correcto.

Sarah se sentía arrepentida de lo que había hecho. Se sentía arrepentida de disfrutar un beso con alguien a quién quiere. Y eso estaba mal. Para ella estaba mal besar. Para ella estaba mal besar a la persona de la que estabas enamorada. Para ella estaba mal besarme.

Y para mí. Para mí no estaba mal besar. Para mí no era malo besar a la persona que querías. para mí no estaba mal disfrutar un beso. Para mí no estaba mal besar a Sarah, porque ella era una gran persona.

¿Qué era yo?

Acaso.

¿Acaso yo era algo malo?

¿Acaso yo era alguien mala?

Aparentemente nadie debería entirse orgulloso de besarme ni de quererme. Estaba mal. Para Sarah estaba mal.

Y yo sentía que lo que estaba mal era la manera en la que Sarah pensaba.

Porque amar no es malo. Amar es bueno. Da igual si la persona es hombre o mujer, ningún sexo es mejor que el otro.

El amor es bueno siempre y cuando no dañes a alguien tanto cercano como lejano. No se iban a provocar incendios que quemen la selva cada que Sarah me mirara; no iba a morir alguien cada que Sarah me besara; no iba a abortar alguien de manera natural cada que Sarah me abrazase; no le iba a dar cáncer a alguien cada que ella me acariciara. Sarah no hacía daño al quererme, pero por alguna extraña razón era malo para Sarah que dos personas se quisieran si eran del mismo sexo.

Tenía las vacaciones de semana santa para hacerla entrar en razón.

- Voy a ir a un campamento en semana santa – me dijo.

Tenía que hacerla entrar en razón cuando ella regresara.

Le tomé a Sarah la mano y ella la quitó de golpe. Negó.

Sentía tanta tristeza y decepción.

Yo negué.

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⏰ Última actualización: Jul 24, 2016 ⏰

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