Sechs/Shest'/Seis/Six

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Un terrible y punzante dolor de cabeza levantó a Harry del sueño.

La brillante luz de día lo hizo achinar los ojos. No tuvo mucho tiempo para esperar a que el sueño se fuera de él, ya que pronto descubrió estar en un avión, esos que llevaban soldados y carga militar. Un par estaban parados, pero el resto de ellos sentados, todos con uniformes de camuflaje. Las cosas solo se ponían cada vez más raras.

Un alfa a su costado, muy parecido a él físicamente, comenzó a levantarse. Fue ahí cuando se percató de que ese era el otro nivel al que el moreno se había referido.

— ¿Últimamente han estado en algún restaurante? —preguntó en voz alta.

Todos se rieron.

—Finalistas del restaurante, eh.

— ¿Qué? ¿Hora del té?  

Harry miró a los soldados que habían estado en una sección aparte del avión, quienes ahora se acercaban a ellos y los levantaban bruscamente.

—Ehhhh

— ¡Hey, no sean tan malos!

Los soldados les estaban colocando arneses e instrumentos de seguridad. Los bastardos, entre ellos Harry, lanzaban comentarios burlescos. Así eran todos, hombres fuera de la ley que se vieron despojados de su tranquilidad. Sumamente desconsiderado por parte de quienes los hayan llevado hasta ese punto.

—Entendido —dijo uno de los soldados por su intercomunicador—. Abriendo puerta. Listos los paracaídas.

Harry y el resto se voltearon hacia la puerta abierta, extrañados.

— ¡¿Qué mierda es esto?! —exclamó Harry.

Un mini paracaídas blanco salió al aire y en cuanto estuvieron más cerca a la tierra, Harry volteó a ver a los malditos solados frente a él, pues sabía lo que pasaría después.

—Recibido —anunció un soldado junto a una palanca y la jaló. Las cuerdas atadas a sus arneses de seguridad se tensaron. Hubo muchos quejidos.

—Adiós —se despidió de manera burlesca otro soldado.

—Jódanse —espetó Harry y segundos después, se vio siendo arrastrado por las cuerdas y rodando por la tierra.

Se levantó primero y se limpió el polvo de su cara.

— ¡Wow! No ha estado mal. Repitámoslo.

Al momento siguiente, el grupo de alfas se encaminó en busca de lo que sea que les depare ese lugar. Cruzaron un riachuelo al ver que al otro lado habían varias personas de tez canela y trigueña, todos cosechando.

¡Papá, papá! —gritaba un pequeño en español y señaló hacia el grupo de alfas—. ¡Gringos!

— ¡GRINGOS! —avisó en español el padre regordete con su sombrero y todos los agricultores huyeron despavoridos.

—Una mierda —escupió uno de los alfas junto a Harry.

—Esto es Colombia —dijo otro—. ¡Cocaína hombre! ¡Son plantas de coca!

Ese alfa corrió a arrancar hojas de coca con ambición. 

— ¿Qué coños estás haciendo? Si sabes que estas plantas se toman como té, ¿verdad? —le preguntó Harry—. Para volverse cocaína tienen que pasar por todo un proceso químico.

— ¿Sabes lo mucho que esto vale en las calles? ¡Me importa una mierda!

Harry se apoyó en una carreta mientras esperaba a que algo pasara, no se podía discutir con gente como él. Unas motos y todo terreno venían por el camino de tierra hacia ellos, cruzando el cultivo.

— ¡DEMONIOS! —maldijo uno de sus compañeros y junto al otro, salieron corriendo.

—Sí, buena idea —concordó Harry, pero no se movió, esperaba fallar la prueba con eso.

Un par de motos pasaron de largo y se fueron a por sus compañeros, pero uno de los hombres se detuvo y bajó de su vehículo, tenía el cabello pelirrojo, a la altura de la barbilla y esponjado, se sacó la escopeta mientras Harry le hablaba.

—Supongo payasos que son más listos que yo. ¿Será que ya no he pasado la prueba?

Harry sintió a los otros alfas y a un beta tras de él, todos con armas. El que tenía frente suyo lo miró, serio, pero luego le sonrió con sus dientes de oro. Harry rodó los ojos y puso las manos en su cabeza.

— ¿Tienes algo de beber, tíos?

Y sin parar de sonreír, el alfa de dientes de oro lo golpeó con la culata de su escopeta y Harry cayó al suelo, noqueado.



Anarchy 99 ~[En Edición]~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora