Capítulo 11. Amigos.

2.1K 183 44
                                    

Pov. Kevin
Sonó la alarma, un fuerte y agudo sonido que me decía que era hora de comenzar un nuevo día. Salí de mi cama, y a pesar del frío que hacia fuera de las cobijas me dirigí al baño, a arreglarme. Me miré al espejo, me quede sorprendido de lo que veía. En mi rostro sonrojado se dibujaba una enorme y torpe sonrisa, lo cual hizo que me sonrojara aún más. Estaba feliz. Los recuerdo de la noche anterior seguían en mi mente, e incluso durante mi sueño. No tan apegada a la realidad.

Claro, en mi sueño había sucedido casi todo lo de la noche anterior, nos habíamos encontrado, habíamos tenido una cálida conversación para finalmente besarnos. El simple recuerdo me hacía enrojecer y mis labios temblaban un poco. Si, mi sueño era un hermoso recuerdo de ayer...

Aunque en la realidad nosotros no nos habíamos casado ni habíamos teníamos una hermosa casa- pensé.
Bueno, fue un sueño de fantasía al final.
Me enjuage la cara, la cual seguía de un color rojo y mi sonrisa no tenía rastro de querer desaparecer, era un tanto vergonzoso.
Me vestí, torpemente, tratando de elegir mi mejor conjunto de ropa, hice mi cama, tome mi mochila y baje a desayunar. Mamá estaba preparando mi desayuno, el cual tome gustosamente, me lave los dientes y al terminar solo tome mis llaves y mi mochila para salir de mi hogar.
Al dirigirme a mi motocicleta no puede evitar desviar la mirada hacia la casa de mi vecino. Eddward.
No lo vi, no estaba su auto, no había ni una luz prendida, no había nadie. Supuse que se había adelantado y que ya estaría camino al instituto, a pesar de que me entristecí un poco me entusiasme casi de inmediato al pensar que si me apuraba lo podría ver allá.
Subí a mi motocicleta, aceleré, mi manos estaba sudando y mi corazón latía desbocadamente con solo la idea de volver a verlo, estar frente a él.  Quería verlo. Aún si no hablamos de nada, aún si solo era una mirada, aún si él ni nota siquiera mi presencia. Quería verlo. Y ese sentimiento me impulsó una vez más a acelerar, podía divisar el instituto a lo lejos, la sonrisa que tenía no podía desaparecer, llegue.
Frene de golpe, la inercia casi me hacía caer de frente. El estacionamiento para estudiantes estaba completamente vacío, no había rastros del auto de Eddward, comencé a ponerme nervioso, y más que nada estaba preocupado. No estaba en su casa, no estaba tampoco en el instituto ¿En dónde más podría estar?
Deje mi motocicleta estacionada, con los nervios aumentando poco a poco, hasta que recordé algo, a más bien recordé a alguien. ¡Ah! Las hermana Kanker, ¡Claro!- pensé y enseguida un suspiro de alivio salió de mi.
Él siempre llegaba junto con las hermanas, esa era la razón por la que aún no estaba aquí, las había pasado a recoger, solo era cuestión de esperarlo para poder verlo.
Debido a que era un jueves por la mañana tenía la intención de esperar a Eddward en la alberca de la escuela, ya que hoy le tocaba practicar. Y como ya era una de mis costumbres me quede a esperarlo atrás de las gradas, pero, con la única diferencia de que esta vez no me escondería, si no, que me sentaría en una de ellas, así, cuando por fin lo vea lo saludare, o al menos esa era mi intención.
Sin embargo eso no fue lo qué pasó.
Nuestras clases, de ese día empezaban a las 7:50 am, por lo que Eddward solía llegar a la 7:00 am o incluso más temprano en algunos días, para así poder aprovechar el mayor tiempo posible debajo del agua.
Dieron las 7:25 am y Eddward no daba señal de llegar, comenzaba a preocuparme y salía de vez en cuando a asomarme al estacionamiento, pero él no llegaba, para las 7:40 am ya desilusionado me había rendido, no sabía el porque pero aún así seguía ahí, esperándolo. Finalmente terminó la hora y nunca llegó Eddward. Tome mis cosas, listo para irme a las clases, pero lamentablemente jamás llegue a ningún salón. Antes de poder salir entraron 5 bravucones, como era de esperar, con la intención de arruinar mi día, estaban justo en la entrada; no podría escapar, lo sabía, lo único que me quedaba era hacerme bolita y esperar que ellos se cansaran.
No me dieron ni siquiera la oportunidad de moverme, el más grande de ellos me tomó por el cuello, y haciendo evidente la diferencia de estaturas mis pies se elevaron, a pesar de patalear era obvio que el suelo estaba fuera de mi alcance, me aferré a las manos del sujeto que sostenía con fuerza mi cuello haciendo vanos intentos para que el aire logrará pasar, me estaba asfixiando, solo lograba escuchar la risa de los otro 4 sujetos que buscaban dentro de mi mochila mi cartera y alguna que otra cosa de valor. Comencé a ver borroso, para ese momento el miedo empezaba a apoderarse de mi, y mis ojos cristalizados amenazaban con dejar salir una interminable lluvia de lágrimas, evite por todos los medios que mis ojos miraran los suyos; ya que por mi experiencia hacerlo significaba una paliza segura; sin embargo, un segundo, un solo segundo lo miré, el de dio cuanto u con su otra mano libre comenzó a golpear mi estómago. Mi visión empeoraba con cada segundo que pasaba y con cada golpe que recibía, inconsistentemente rasguñaba las manos del bravucón en un desesperado intento por respirar, nada funcionaba. Sabía que iba a desmayarme en cualquier momento y sin embargo en lo único que podía pensar en ese horrible momento era: "¿Porque Eddward no habrá llegando temprano?, espero que este bien". Y finalmente mis ojos se cerraron, seguía siendo cociente de mi entorno, sin embargo no lograba moverme; el bravucón no suavizaba su agarre aún teniéndome inmóvil en su mano; a lo lejos solo pude escuchar una voz femenina, me era tan familiar ¿Nazz? Traté de abrir mis ojos pero me era imposible, era Nazz, estaba seguro; y finalmente quede inconsciente.

Es solo cuestión de sexo (Rev kevedd) [PAUSADA :(]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora