Capítulo 1

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Hola, soy Ana Victoria Anderson, si me gusta más Victoria, por lo que todos me conocen como Vicky o Vika, soy estudiante de leyes de tercer año, tengo 21 años, mi vida puede decirse que es un "poco" bastante estresada, entre las tareas, el hogar, mis practicas universitarias, mis deberes como hermana, hija y nieta, me atormento mucho, no es que sea la mejor estudiante, muchos lo aseguran, pero no lo siento así, lo único que sé es que tengo que subir mi promedio de 81 a 85, tengo varios "amigos" y lo pongo entre comillas ya que muchas veces la amistad no es cierta, he tenido muchos problemas con amigos y amigas, puedo contar a mis verdaderos amigos con una sola mano.

Luisa, mi mejor amiga que está junto a mi desde primer año, lo curioso, es que tuve que aprender a decir bien su nombre pues le decía Lucia, y que puedo decir desde entonces se ha convertido en mi mejor amiga, esta Isabel, quien ha sido mi compañera de batallas y de tareas en la universidad, pueden creerlo, ella y yo tenemos casi los mismos gustos en común, de hecho, ambas compartimos nuestro primer nombre y el segundo apellido, mi querida Sharley, ella es una chica ejemplar, la adoro y es una niña linda, hemos tenido nuestros tropiezos pero como amiga la mejor, mi querido amigo Jose, que haría sin él, lo cierto es que es mi amor platónico desde segundo año y nos llevamos bien, es serio y muy concentrado, además de un poco gruñón, pero es un amor de persona, y bueno les resumiré ese día donde mi vida cambio por completo.

Flashback

-Jóvenes, favor comiencen la deliberación de la sentencia, en el presente caso  por el delito de asesinato, por favor, con toda la seriedad posible- Dijo mi catedrático seriamente.- Señorita Anderson por favor haga su papel de juzgadora.

-Si licenciado- Dije temblorosa. No me sentía bien, de hecho había pasado estudiando toda la noche y parte de la mañana, no había comido nada, y me sentía un poco mareada pero le reste importancia.

Me reuní junto mis compañeros, y con Jose.

-Princesa, te sientes bien- Dijo muy preocupado.- Si gustas puedo intervenir con el licenciado para que se aplace nuestra presentación un par de días, en verdad no te miro muy bien.- Dijo nuevamente con seriedad. Se lo mucho que se preocupa por mí y no me gusta angustiarlo, de seguro que este malestar se me pasará.

-Sí, vamos, ya es hora- Dije con mi mejor sonrisa.- Sabes lo importante que es esta presentación para el licenciado y que la gran parte de nuestra nota final se basa en la calificación que dé el dia de hoy.-Dije un poco más repuesta.

Me acerque el estrado y tome mi lugar en la silla de Juez, tome un poco de agua, y dentro de mí pedí tranquilidad y paz para superar esta prueba, mis compañeros tomaron su lugar y Jose tenía el puesto de Juez vocal, lo cual agradezco ya que él podía darme apoyo cuando lo necesitara, ya listos y en nuestras respectivas sillas comencé a dictar la resolución, claro está siempre ante la atenta y sigilosa mirada de nuestro licenciado.

-Tengan los presentes muy buenos días, nos encontramos constituidos en la torre de tribunales, en el juzgado segundo de sentencia y procedemos como tribunal a diligenciar esta última etapa, la cual consiste en demostrar en sentencia la inocencia o culpabilidad, en su caso siendo una sentencia condenatoria o absolutoria, del señor Juliano Barreda Zuñen, por el delito de.....- me quede callada, un suave dolor pero tenue se apoderó de mi cabeza. Jose, quien se encontraba alarmado me preguntó si me sentía bien, y con un movimiento de cabeza le indique que me sentía maso menos.

-Por el delito de asesinato, el cual el Ministerio Público le atribuye en el caso identificado con el número 1234-2016- Logre terminar, el dolor ya no era suave, iba aumentando y comencé e a sudar en frio, lo note al tomar mi lapicero y este resbalo de mi mano.

-Señorita le sucede algo- Pregunto mi licenciado molesto.-Sabe que no tolero a las personas mediocres y que busco la excelencia en este salón.-Se dio la vuelta y dijo al resto de mis compañeros.-Vean en que falla la señorita Anderson, para no fallar y cometer de nuevo el mismo error, como saben, al finalizar estas audiencias elegiré a los mejores 6 estudiantes para que hagan sus prácticas profesionales en mi despacho.-Se dio la vuelta y me dijo seriamente.- Le pregunto nuevamente señorita Anderson ¿Se encuentra en la capacidad de seguir con esta deliberación o le parece mejor olvidarse de su puesto como pasante en mi despacho.-Lo último me estremeció pues sabía lo mucho que yo quería ese puesto.

-No, licenciado, prosigamos- Dije pero sentí un balanceo inesperado en mi cuerpo y sentía que mi cabeza iba a estallar. No quise darle importancia, ahora todas las miradas estaban concentradas en mí, tenía muchísimo miedo, y para colmo de males no me sentía para nada bien, en ese instante me arrepentí de no haber comido nada, pues mi cabeza comenzó a doler cada segundo más y sabía que eso no era ninguna buena señal.

-Vicky, proseguimos- me dijo Jose con voz queda. Pude ver su preocupación, justo en ese momento intente tomar agua y allí fue donde supe que todo estaba mal, no respondían mis brazos y pies, sin mencionar que mi vista se nublo, sentí un poco de alivio, pues fue como si pudiera dormir en paz y con tranquilidad, solo escuchaba murmullos y gente que parecía estar gritando, pero no era fuerte, casi no entendía lo que sucedía, cada vez me iba apagando y creo que mi cuerpo lo agradecía, lo último que escuche fue un "princesa por favor reacciona". Luego no recuerdo nada de lo que sucedió

Desperté en una habitación para nada conocida, y cuando logre reaccionar vi que a mi lado estaba Jose acostado encima de mi cama, cosa que me sorprendió mucho, mire hacía mi alrededor y casi no había mucha luz, pero al mover mi mano esta dolía y vi que tenía puesta una vía intravenosa, y esta llegaba a unas bolsas que colgaban y estaban llenas de un líquido, vi como los monitores indicaban los latidos de mi corazón, estaba un poco sumergida en mis pensamientos cuando de repente se abrió la puerta y vi al ser más perfecto de todo el mundo. Un hombre guapísimo, con un uniforme de médico color azul marino, el cual hacía resaltar su tez blanca y sus ojos avellanados, creo que estoy en el cielo y no en el hospital.

-Señorita Anderson, veo que ha despertado, soy el doctor, Ignazio Razioli, ¿Se encuentra mejor?- Dijo un doctor, un ángel.

Mi doctor y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora