La Traición de Fairy Tail

Nuevo equipo

La misión consistía en encontrar 5 de las piedras preciosas que habían sido robadas hace algún tiempo por varios bandidos.

Aquel hombre decidido dividirnos en 5 grupos puesto a que cada grupo iría por una de las joyas así hasta reunirlas todas.

-- Bueno ya tengo los grupos, -- dijo y todos lo volteamos a ver - El primer grupo será.. Natsu, Eve y Rufus.. El segundo grupo.. Erza, Ichiya y Gajeel -- dijo el hombre y pude notar como titania comenzaba a sudar pobre le toco con Ichiya.

-- Erza! Tu parfum es increíble!- dijo el hombre con estrellas en los ojos.

-- Okay... Okay sigamos... El tercero grupo... Ren, Yukino y Gray, el cuarto grupo será de... Levy, Rogue y Hibiki.. Y bueno el tercer grupo será solo de Lucy y Sting. -- dijo

-- Me niego! - gritaron al unisono Natsu y Gajeel

-- Callaos! - grito erza dándoles un golpe en la cabeza dejándolos noqueados

-- Bueno trabajaremos juntos Lucy - dijo Sting sonriendo

-- Sting-kun ella es la chica que me habías hablado? - dijo un pequeño neko de color rojizo

-- Emm... Si, Lucy el es lector, Lector ella es lucy. -- dijo el chico rubio

-- Un gusto -- dijo el neko estirando su patica

-- Espero llevarnos bien Lector -- dije tomando su patita, Kawaiii! Bueno ya ya lucy cálmate.

El tiempo paso y nos dieron nuestras respectivas direcciones, natsu se despidió de mi de una forma bastante extrañe y a la ves enviándole miradas de odio a Sting.

Estamos caminando los todos los 3 por un pequeño empedrado que nos adentraba al bosque.

-- Lucy-san -- me llamo lector

-- Si?- dije mirándole

-- Como... Es fairy tail?- dijo de repente

-- Pues... Veamos... Fairy Tail es un gremio muy unido, tratamos de cuidarnos unos con otros... Y una de las principales características es junta rendirnos, - dije con una pequeña sonrisa al recordar todas esas aventuras.

-- Y te gusta Fairy Tail?- dijo Sting

-- Pues.. Si supongo - dije confundida

-- No has pensado en cambiarte de gremio? - dijo de nuevo el chico mirando hacia otro lado

-- Pues... Si lo he hecho pero aun no me he decido su quedarme o irme - dije

-- Ya veo.. -- dijo el chico

-- No te gustaría venir a Sabertooth??- pregunto lector mirándome

-- Lo pensaré - dije sonriendo de costado, caminamos otro rato en silencio y llegamos a un pequeño pueblo donde no se veían muchas personas.

-- Esto da miedo Sting-kun -- dijo el pequeño neko saltando a los brazos del chico.

-- Tranquilo lector, - dijo el rubio

-- Tengo una mala sensación... -- dije cerrando los ojos.

-- Yo igu... lucy cuidado! -grito y pude sentir como mi cuerpo caía al frío suelo, sentí como algo presionaba mi pecho, enseguida abrí los ojos y sentí como mi cara de colocaba roja.

-- S.. Sting... -- dije al ver que sus manos sujetaban con fuerza mis pechos,

-- Y.. Y... Yo lo siento! -grito completamente rojo y levantándose mientras me ayudaba.

-- Sting-kun es un pervertido.. - dijo el neko riendo

-- C.. Calla lector! - dijo el chico con las mejillas sonrojadas.

-- D.. Deberíamos irnos... -- dije mirando hacia otro lado puesto s que mi rostro sin seguida rojo.

Estuvimos preguntando y s la ves buscando sobre la piedra que se llamaba " La Flore" Pero nadie sabia sobre ella.
Pasamos toda la tarde buscando y buscando hasta que la noche callo.

-- Debemos buscar un lugar para quedarnos -- propusé

--Si, - dijo Sting

Buscamos en un pequeño hotel algo cómodo pero para nuestra sorpresa solo había una habitación disponible, aunque tenía dos camas la aceptamos ya que cada ves se hacía más oscuro y no podíamos acampar.

-- Cielos.. Estoy cansada!- dije dejándome caer en la cama.

-- No eres la única. -- dijo el chico sentándose en la otra recámara.

-- Bueno pido el baño primero! -dije corriendo hacia este y cerrando con llave

-- Rubiaa! - dijo a lo que reí , tome un baño caliente para relajar mi cuerpo vaya que lo necesitaba.
Me coloque una blusa de tirantes t unos shorts, salí del baño encontrándome con una pequeña sorpresa.
Sting y Lector se habían quedado completamente dormidos, se veían muy monos.

-- Sting... -- dije moviéndole pero. No daba ávido de despertar, agarre una manta y de la eche encima, me recosté en la otra cama y cerré mis ojos para poder descansar