Fobos y Deimos nos visitan.

1.7K 103 18
                                    

- Percy, ¿Qué sucede?- pregunté en cuanto ví a mi hermano entrar a la cabaña de Hades emitiendo sollozos ahogados.

Inmediatamente me paré de la cama en la cual estaba recostada y me acerqué a él, tenía su rostro, normalmente alegre, con ojeras que demostraban el cansancio de esta última semana. Nico me miró incomodo un momento y con la mirada le indiqué que nos dejara a solas. Desapareció mediante viaje sombra.

- Lo siento, de verdad lo siento mucho- me abrazó y sentí las lágrimas mojar mi camiseta- soy un idiota por tratarte tan mal. ¡Sé que no es tu culpa lo que nos está pasando!, ¡Sé que en realidad eres quien más se esfuerza para que las cosas salgan bien!, ¡Sé que no te merecías todo lo que te dije!, soy un maldito. No merezco que seas mi hermanita, te he hecho mucho daño. Perdóname, por favor- gimió dolido mientras escondía su rostro en mi cuello.

Le acaricié el cabello mientras él seguía farfullando cosas que no logré entender del todo, sus ojos rojos me mostraban que no era la primera vez que lloraba en el día, pero, detrás de todo aquello encontré algo más; miedo, terror, dolor. Algo le debe haber sucedido para que llegara así a la cabaña, su voz se encontraba rota, y, me hacía cuestionarme que es lo que pasaba por su cabeza en estos momentos.

- No sé qué me pasó. ¡Ni siquiera pienso algo de lo que te dije! Fue el pánico de ver a Annabeth pálida recostada en esa cama. No quiero perderla, pero tampoco te quiero perder a ti, no de nuevo- siguió sollozando esta vez un poco más tranquilo- Por favor no me dejes. No ahora-

- Sé que no piensas nada de lo que dijiste. Tampoco me iré, no sería capaz de abandonarte, eres mi hermanito, mi familia, no sería capaz de irme y dejarte. Entiendo el porqué de tu reacción. Mi vocabulario no fue el adecuado - le sonreí para que se calmara y no siguiera con su remordimiento- No quiero a Annie solo para crear un buen plan, la quiero sana y salva porque sé que si ella está bien, tú también lo estarás. No tengo una relación muy estrecha con ella, pero sé que te hace feliz, con eso me basta-

- ¿De verdad no me odias?- me miró dudoso y negué levemente en respuesta a su pregunta.

- No sería capaz de odiarte, eres mi pequeño renacuajo- lo miré enternecida- El mismo que conocí hace unos cuantos años, solo que ahora mayor-

- Te quiero princesa. Perdóname por decirte todas esas cosas, no quiero que te vayas, tampoco creo que no seas capaz de lidiar con esto. Estoy seguro que no hay nadie más capacitado para salvarnos que tú - me observó arrepentido y nuevamente con leves llantos- Tienes más coraje y humanidad que cualquiera de nosotros. En serio, en serio perdóname. No sé qué haría si te fueras, eres mi pequeña hermanita, se supone que yo te tengo que proteger, y lo único que he estado haciendo ha sido dañarte-

- También te quiero, hermanito -limpié las lágrimas que escurrieron por sus mejillas con mis pulgares y lo abracé.

- Estoy agradecido con Nico- susurró repentinamente con la voz quebrada- Te ha protegido como yo no lo he hecho-

-No quiero que me proteja, tampoco tú- respondí- Es mi deber protegerlos yo a ustedes, no viceversa -

- Por favor deja esas ideas. Por eso nos abandonarás- nuevamente sentí las lágrimas empapar mi camiseta, ¿Qué es lo que le sucede para que haya llegado tan afectado?- No quiero que nos dejes, déjanos protegerte, por favor- se separó del abrazo y me miró directamente a los ojos.

- Son mi familia, mi todo, es mi deber protegerlos. No sé qué haría si algo les llegara a pasar-

- ¿Y qué haríamos nosotros si nos dejas? Eres mi hermanita. Para Nico eres su todo, ¡Lo haz cambiado completamente! No puedes cambiarlo y después abandonarlo-

Ángeles y Semidioses (Nico Di Angelo y Tú) -Cancelada temporalmente-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora