Ángeles y Semidioses (Nico Di Angelo y Tú) -Cancelada temporalmente-

Reencuentro.

¿Saben los que es que te griten durante media hora por algo que no es del todo tu culpa? Yo sí.

Tuve que aguantar los gritos, regaños, murmullos de furia de Nico por media hora.

Treinta minutos de mi vida que nunca recuperaré.

Íbamos pasando por las cabañas mientras veía pasar a los campistas y que estos me miraran raro. Acabo de llegar y eso se nota.

- Así que dime... ¿Tienes novia?- pregunté sin darme cuenta.

No mames, ¿Yo dije eso?

- ¿Te importa?- respondió frio.

- ¿No crees que si te pregunte será por algo?-

- No, no tengo novia y tampoco me interesa. Las chicas son todos unos problemas-

- Estas hablando con una- conteste furiosa.

- Son solo cargas, no se saben ni cuidar-

- Porque solo conozcas a las hijas de Afrodita no quiere decir que todas seamos iguales. Una chica te acaba de salvar el jodido trasero, así que cuida tus palabras si no quieres que te deje a mitad del bosque inconsciente-

Me miro sin expresión alguna y se marchó sin despedirse. Entró a una cabaña negra como la noche. La de Hades seguramente.

- Bipolaridad- susurré.

Me dirigí al campo de entrenamiento de donde saque mi espada y comencé a destrozar algunos maniquís, necesitaba descargar mi rabia y dudo que hacerlo con una persona sea buena idea.

- Pero si aquí tenemos a la pequeña ____, no has cambiado nada- comentaron en mi oído. Me di vuelta dispuesta a atravesar con mi espada al que se haya atrevido a hablarme, hasta que me di cuenta de quién era.

Percy Jackson estaba parado al frente mío. Mi mejor amigo al que tuve que dejar pasar por horribles cosas solo. La culpa me carcome.

¿Qué cómo lo conozco? Lo salve de una Furia años atrás, nos conocimos y nos hicimos grandes amigos. Siempre supe que era un mestizo, solo que quería que se enterara solo.

- No sé si lo recuerdas, pero cuando nos conocimos yo era mayor que tú-

- Como olvidarlo, para un pequeño niño ver a alguien con alas doradas es muy fascinante, especialmente si te salva de ser devorado-

- Eras un pequeño adorable. Aunque ahora no puedo decir lo mismo, eres todo un joven adulto-

- Lamento no decir lo mismo de ti. Sigues siendo la chica de dieciséis años que conocí-

Sabe mi secreto, se enteró cuando lo salve, por eso es que tuve que seguir con el algunos años más, hasta que se lo llevaron al campamento. Me dolió separarme de él, pero era por su bien, no quería que más monstruos lo atacaran.

- Me encanta volver a verte renacuajo- murmure con lágrimas en mis ojos. Lo abrace y el hizo lo mismo. Cuanto lo extrañaba.

- No sabes la falta que me hiciste durante todo este tiempo. Diez años es mucho. Han pasado tantas cosas- dijo escondiendo su cara en mi cuello donde sollozo en silencio.

- Lose, la guerra contra Cronos y Gea. Se por lo que pasaste y lamento no haber estado ahí para ti, pero no podía interferir. No podía ayudarlos, solo mirarlos desde lejos he intervenir en pequeños momentos- expliqué bajando la mirada sin atreverme a ver sus ojos, seguramente con decepción.

- No bajes la mirada Princesa, se te va a caer la corona- sonrió- Nunca te culparía, sé que no pudiste. Después de todo eres un ángel caído, vienes de otro mundo-